«La madurez personal, con toda su dignidad, derechos y libertades». Este es uno de los objetivos de la asignatura de Religión en Bachillerato.
La Comisión Episcopal para la Educación y la Cultura ha publicado las seis competencias del currículo de Religión y recuerda que el plazo para aportaciones concluye este 29 de octubre.

Comprender el proyecto de fraternidad humana, anunciado en Jesucristo
En el nuevo currículo «se propone comprender el proyecto de
fraternidad humana, anunciado en Jesucristo: la superación de la
injusticia y la violencia, de los fundamentalismos políticos e
integrismos religiosos».
Supone, por tanto, «la propuesta de ideales para la construcción de
la casa común, la cultura del encuentro, el cuidado del planeta, la
diversidad y la inclusión de todos y cada uno de los seres humanos en un
ámbito de vida y de humanidad plena. Implica el análisis crítico de los
desafíos económicos, analizando sus causas y consecuencias desde la
moral social de la Iglesia», se explica.
Raíces familiares y culturales, y la interdependencia de los demás
Otro aspecto recogidos en el currículo de la materia tiene que ver
con el reconocimiento de la dimensión espiritual como fuente de sentido.
«Implica valorar la riqueza y diversidad de la vida humana gestionando
con criterio propio las propias experiencias, las raíces familiares y
culturales, y la interdependencia de los demás».
Conlleva, de la misma forma, «el desarrollo de la dimensión
vocacional y profesional de la propia vida, identificando las propias
ideas y creencias en diálogo crítico con otras cosmovisiones en
contextos de pluralidad».
Maduración de un proyecto de vida personal
En el desarrollo de esta competencia «desempeña un papel esencial la
maduración de un proyecto de vida personal a partir de las propias
raíces y experiencias, y en diálogo con las diversas ideologías y
religiones que conforman las sociedades actuales».
Las propuestas sobre la dignidad humana y los derechos sociales son
finalidades formativas de esta etapa educativa a los que la asignatura
de Religión Católica. Algo que según el texto, «contribuye y, además,
trata de motivar su aprendizaje que fundamenta en su propuesta de
plenitud humana expresada en el Reino de Dios».
Pensamiento crítico y el diálogo intercultural e interreligioso
Por último, conocer el método propio de la Teología y sus distintas
especialidades analizando su lugar entre los saberes y disciplinas, es
otra de las competencias del currículo. Para ello, se establece «un
diálogo transdisciplinar con las otras ciencias, para afrontar
críticamente los desafíos éticos y la transformación social».
Supone promover con pensamiento crítico y el diálogo intercultural e
interreligioso con las aportaciones de todos los saberes. «Implica la
búsqueda de soluciones, afrontar los desafíos éticos, los procesos de
transición ecológica, digital y la transformación social propios de
nuestro contexto local y global».
Fuente: https://www.revistaecclesia.com/un-proyecto-de-formacion-integral-consulta-la-propuesta-del-nuevo-curriculo-de-religion/