Queridos diocesanos:
Ya está en marcha la inscripción para el nuevo curso escolar 2023-24,
y en breves semanas tendrá lugar la matriculación. Una vez recuerdo la
importancia de elegir la asignatura de Religión y Moral Católica, ante
los intentos de marginarla.
La ley vigente educativa, la LOMLOE, ha disminuido ciertamente la
presencia de la asignatura de Religión en la totalidad de las horas
lectivas, pero no la ha suprimido. Ha de ser ofrecida de forma
obligatoria por todos los centros educativos, de iniciativa pública o
social, sean concertados o privados. De otro lado, esta asignatura es de
libre elección para los padres y los alumnos, y ha de ser elegida
expresamente por ellos. Por ello, corresponde a los padres, de modo
individual y asociadamente, velar para que los colegios la oferten y que
lo hagan en las condiciones establecidas y adecuadas. Es el momento en
que los padres católicos manifestéis vuestra coherencia de fe
inscribiendo a vuestros hijos a la clase de Religión o alentándoles, si
lo han de hacer ellos mismos. Es vuestro derecho fundamental ante el
Estado que vuestros hijos reciban la formación religiosa y moral de
acuerdo con vuestras convicciones religiosas. Sois los padres -y no el
Estado- los primeros y originarios educadores de vuestros hijos, aunque
haya partidos y gobernantes que digan e intenten imponer lo contrario.
Eligiendo para vuestros hijos la asignatura de religión, los padres
católicos lleváis a cabo vuestro compromiso de educar en la fe a
vuestros hijos, tal como libremente prometisteis el día de su bautismo.
Juntamente con la vivencia de la fe en la familia y en la parroquia, la
clase de religión en el colegio es necesaria para que vuestros hijos
crezcan sanamente, encontrando respuestas a sus interrogantes desde la
armonía entre la fe y la razón. Para este fin, familia, parroquia y
colegio son ámbitos necesarios y complementarios.
Sin duda, que queréis lo mejor para vuestros hijos. Al elegir la
educación religiosa católica, el primer beneficio que reciben es el
testimonio público de vuestra coherencia con vuestro compromiso.
La formación religiosa es fundamental para lograr el pleno desarrollo
de su personalidad, del que no se puede excluir la dimensión religiosa,
connatural a toda persona. No existe una auténtica educación integral
sin incluir esta dimensión trascendente. La asignatura de Religión y
Moral católica, al proyectar luz sobre todas las áreas del pensamiento,
da unidad a todo el desarrollo y maduración de la persona desde su libre
adhesión a la Palabra de Dios. Además, es fuente de valores como el
respeto al otro, a los padres y mayores, el cuidado de la casa común de
la creación, la solidaridad con todos, en especial con los más
necesitados, y la búsqueda del bien común.
Esta asignatura ayuda también a dar sentido a la propia existencia y
promueve el diálogo con la cultura y la convivencia fundada en el
reconocimiento de los derechos y deberes de la persona, en el respeto a
las convicciones morales y religiosas del prójimo y en el servicio a la
causa de la paz y de la justicia. La convivencia entre los hombres sólo
se realiza si se basa en la verdad y en una correcta comprensión de la
persona humana. A este fin contribuye esta asignatura al proponer una
visión del ser humano acorde con su naturaleza, su biología y su
dignidad inviolable. Les ayudará a tener criterios claros frente la
confusión que algunas ideologías intentan imponer mediante el
adoctrinamiento en la escuela. Finalmente, la clase de Religión ayuda a
conocer y comprender nuestra propia historia y cultura, pues quien no
conoce su pasado, no entiende su presente ni puede proyectar su futuro.
Queridos diocesanos: si bien los padres son los primeros responsables
de la educación religiosa de sus hijos, toda la comunidad cristiana es
también corresponsable en esta tarea. Con frecuencia lamentamos
acontecimientos de menores que denotan una carencia absoluta de valores,
y que hacen patente que vivimos una auténtica “emergencia educativa”.
Educar es urgente y es prioritario. Es tiempo de sumar energías, de
caminar unidos, de aportar la luz y la fragancia del Evangelio a nuestro
mundo.
Por todo esto, no nos puede ser indiferente que los más pequeños
vayan o no a clase de Religión. Todos -sacerdotes, seglares, religiosos,
catequistas, – hemos de valorar la clase de Religión y comprometernos a
animar a los padres a pedirla para sus hijos.
Con mi afecto y bendición,
+Casimiro López Llorente
Obispo de Segorbe-Castellón
Fuente: https://obsegorbecastellon.es/la-importancia-de-la-clase-de-religion/