Es
momento de hacer matrículas y es momento de elegir. Es ahora, cuando se
está tramitando la nueva Ley de Educación, LOMLOE, en la que se reduce
la presencia curricular de la Clase de Religión, cuando sería bueno
recordar que apostar y elegir Religión Católica, en el colegio e
instituto, es un derecho. Hoy, más que nunca, todos necesitamos, en un
momento u otro de nuestra vida, entender el mundo que nos rodea y buscar
justificación tanto a las cosas buenas que nos pasan como, sobre todo, a
las menos buenas. Y, por eso, poder darles las herramientas para que
vayan comprendiéndolo desde pequeños, ya que les permitirá crecer más
rápido y mejor como personas. Compartimos algunos testimonios.
La
Religión siempre ha ocupado un lugar primordial en mi vida. Desde el
bautismo, mi familia me inculcó que la grandeza de la persona no se
consigue teniendo sino dando y el cristianismo, ha sido y es mi guía
para conseguirlo. Desde los tres años, mis padres tuvieron claro
matricularme en Religión para continuar mi educación, conocer a
Jesucristo y enseñarme a ser persona.
Pero un día fui yo quien
decidí que esta asignatura me acompañaría en todo mi trayecto escolar.
En ESO, el interés por mi Religión creció y me apunté al grupo de
confirmación, tras tomar la comunión. También quise ser catequista para
enseñar a los niños todo lo que yo había aprendido. Empecé a mostrarles,
con toda la ilusión del mundo, todos mis conocimientos de la manera más
interactiva posible. Después de cuatro años, sigo queriendo educar a
más niños y enseñarles todos los beneficios que nos aporta vivir la vida
cristiana. Todo esto, unido a las clases de religión y a la Semana
Santa (parte fundamental de mi familia), hicieron de mí una persona que
tiene el pensamiento claro de no querer abandonar esta religión nunca.
Lucía Toledo Romero, I.E.S Bernardino del Campo. 1º Bachillerato
Si
algo nos ha enseñado esta pandemia, es la importancia que tiene para
nuestra sociedad una vida cimentada en valores basados en la
solidaridad, la ayuda al prójimo, la cooperación y la dignidad de la
persona. Si es en la escuela donde deben desarrollarse las capacidades
íntegras del alumnado, es en la asignatura de religión donde se
desarrollan las capacidades afectivas y espirituales necesarias para
emprender un lenguaje vertebrado entre todas las asignaturas. La
Religión Católica proyecta todos estos valores desde los primeros años
de nuestro alumnado, dando una educación integral que les permitirá a su
vez desarrollar capacidades culturales, literarias, musicales y
artísticas, pues todas ellas, de una manera u otra, han tenido su origen
en la fe cristiana formando parte de nuestra vida cotidiana y ayudando a
comprender el mundo que nos rodea.
F. Jesús Bautista García, maestro C.E.I.P Alcalde Galindo, de Chinchilla
Somos
familia numerosa formada por mi marido, José Manuel, constructor, mis
hijos: José Manuel, 13 años, Juan, 9 años y Valeria, 8 años y por mí,
Yolanda, profesora de Lengua Castellana. Cuando me preguntan por qué mis
hijos cursan Religión, yo siempre contesto que simplemente porque somos
creyentes. Pero es cierto que estudiar Religión no es como ir a
catequesis. Por formación es más que sabido que en esta materia se trata
de conocer las creencias, actitudes y valores básicos de nuestra
tradición y patrimonio cultural, aprender a valorarlos críticamente,
etc. Actualmente cada vez es más evidente la decadencia de los valores
en nuestra sociedad. Necesitamos adquirir valores como la libertad, la
vida, el respeto, la tolerancia, el compromiso, etc. De ahí, que el fin
de la Religión sea formar a personas razonables, pero también que
tengan la capacidad afectiva, espiritual, sin olvidar que la Fe es un
saber razonable que debe entrar en diálogo con los otros saberes de la
escuela.
Para nosotros como familia, la asignatura de Religión es tan importante como el resto de materias.
José Manuel y Yolanda, padres
A
nosotros, nos gustan las clases de Reli porque nos encanta nuestra seño
y estamos con ella desde que empezamos a ir al cole. Las clases son muy
divertidas y podemos hablar con ella de todo, conocemos personajes y
aprendemos muchas cosas sobre Jesús: dónde vivió, quiénes eran sus
amigos y las cosas buenas que hacía por todas las personas. Hacemos
lecturas de la Biblia y vemos películas y documentales sobre ellas, que
son muy divertidas. La clase de religión nos ayuda a ser buenas personas
e intentar ayudar a los demás y llevarnos bien con todos nuestros
compañeros.
Juan y Valeria, C.P. Vera Cruz de Alpera, alumnos de primaria
La
asignatura de Religión Católica es necesariamente apasionante en todos
los sentidos. La figura de Jesucristo es la más importante en toda la
historia de humanidad: es fascinante, interpela, interroga y sacude
nuestros corazones, seamos creyentes o no. La clase de Religión no es
catequesis, es asignatura y trata de entender a la persona en su
totalidad como ser moral y, por tanto, responsable de las decisiones que
toma libremente. Los que se consideren creyentes podrán serlo con
conocimiento de causa, los que se consideren no creyentes lo serán de
forma más responsable. No nos podemos permitir una “ignorancia
religiosa” porque la religión nos va a ayudar a conocer la cultura y los
valores que hemos heredado de las personas que nos precedieron. También
son los “pies” y donde se sustentan el resto de asignaturas, “pies” sin
los cuales la persona no puede ni debe caminar por la vida.
Juan Díaz Villada. Profesor de IES Al-Basit