Por Harold Beltrán Jiménez
El artículo presenta una perspectiva de los proyectos de aula como
referentes de una pedagogía integral. La argumentación describe el
aporte que hacen a la renovación pedagógica en aspectos como: la
orientación transdisciplinar, la integración curricular, el trabajo
colaborativo, la inclusión, el uso de las TIC, los vínculos con la
investigación y la innovación, el impacto en la sistematicidad, el rigor
y la evaluación. Se concluye con una reflexión que afirma la vigencia
de los proyectos de aula y su impacto en la escuela contemporánea.
Palabras clave: Proyectos de aula, pedagogía integral, transdisciplinariedad, integración curricular, trabajo colaborativo.
Introducción
La formulación e implementación de los proyectos de aula constituye
una práctica pedagógica con plena vigencia para la escuela de hoy.
Trascendida la novedad y el impacto de la moda de los primeros años, los
Proyectos de Aula hoy disfrutan del prestigio que da el hecho de ser
una estrategia que ha probado su eficiencia y ha demostrado su valor
como dispositivo pedagógico integral.
En este artículo se intenta demostrar el importante impacto de los
proyectos de aula en la constitución de una pedagogía integral. Se
entiende aquí una pedagogía integral como una propuesta dirigida a
incorporar las tendencias más actuales en el campo de la enseñanza y el
aprendizaje en el aula, orientadas a la atención de los requerimientos
más apremiantes que la sociedad y las políticas educativas hacen a la
escuela de hoy.
Retrospectiva y actualidad de los proyectos de aula
Para encontrar los fundamentos de las propuestas más actuales de los
proyectos de aula y de la pedagogía por proyectos, es necesario
remontarse a las ideas pedagógicas que surgen a principios del siglo XX.
En especial la contribución de autores como John Dewey y su Escuela
Progresiva en la educación norteamericana de las primeras décadas de la
centuria pasada. El aporte de esta propuesta consiste en convertir al
estudiante en el centro de la actividad pedagógica, brindarle
protagonismo a través del reconocimiento de su iniciativa, de la
reivindicación de su experiencia y de la aplicación de sus propias
elaboraciones a la realidad en la que se encuentra inmerso (Zapata,
1994).
El trabajo posterior de Kilpatrick, quien retoma a Dewey, es el que
da estatuto de existencia a lo que se ha acostumbrado llamar
“metodología por proyectos”. En esta idea se plasman algunos de los que
se pueden identificar como principios esenciales de los proyectos de
aula: planeación previa de las actividades, coherencia entre objetivos,
plan de acción y evaluación, así como motivación intrínseca del proyecto
(Rincón, 2012).
Más recientemente, el aporte de autoras como Josette Jolibert, Delia
Lerner, Ana Teberozky y otras, preocupadas por la necesidad de superar
la tensión entre la tradición y la innovación en los procesos de
enseñanza y aprendizaje de la lectura y la escritura, reactualiza la
propuesta de los proyectos de aula. Esta nueva oleada se ocupa de
incorporar elementos nuevos de la cotidianidad escolar y re-significar
el protagonismo del estudiante en la construcción del proyecto.
Pero, ¿qué es un proyecto de aula?
En el interés de construir nociones operativas que puedan orientar la
formulación y ejecución de los proyectos de aula, se intentará
recuperar algunas definiciones de la pedagogía por proyectos. Por un
lado, se puede concebir como una estrategia que pretende formar a partir
de la eficiencia y eficacia de la construcción del conocimiento en un
ambiente que vivencie valores democráticos, a través de un trabajo
cooperativo, de co-elaboración del plan, de co-realización, de
co-teorización, que debe involucrar a todos los actores:
maestros-alumnos (Jolibert, 1994).
Puede entenderse también como una estrategia pedagógica que consiste
en generar un tema o problema que será abordado por los estudiantes de
un curso, a través de un proyecto que involucra todos los componentes
del currículo. Los proyectos de aula tienen como contexto conceptos como
las pedagogías activas, están orientados hacia la investigación en el
aula e implican la participación de la comunidad del aula en la
construcción de preguntas y respuestas, que surgen del entorno y la
cultura que los rodean (Gutiérrez y Zapata, 2011).
La utilización de los proyectos de aula como dispositivo o estrategia
pedagógica, requiere de la puesta en marcha de un proceso que se
compone de varias fases o momentos. Idealmente, todas las fases del
proceso demandan la participación y contribución del grupo, y solo la
eventual división del trabajo para la ejecución diferenciará los aportes
de los integrantes del equipo. Gutiérrez y Zapata (2011) distinguen
ocho fases o momentos de la formulación e implementación de los
proyectos de aula:
- La elección del tema. Basada en la exploración de los intereses, necesidades y motivaciones de los estudiantes.
- Planeación. Es un momento crítico del proceso que impulsa a abordar
preguntas esenciales sobre el proyecto: el qué, cómo, cuándo, dónde, por
qué, para qué, quiénes, con qué.
- Diagnóstico. Demanda la exploración de saberes previos de los
estudiantes, también la identificación de sus intereses y habilidades,
así como de las facilidades y dificultades del proceso.
- Problematización. A partir de la mirada previa, del diagnóstico y
del reconocimiento del contexto, se formula el problema o pregunta a
resolver. Este componente facilita la conversión del proyecto de aula en
proyecto de investigación o innovación.
- Diseño. Implica la organización del proceso en términos del formato
de proyecto. Esto conduce a desarrollar habilidades en la formulación de
objetivos, elección de estrategias e instrumentos, realización de
cronogramas de actividades, identificación de recursos requeridos, etc.
- Ejecución. Puesta en marcha de la planeación y proyección. El
proceso debe ser sistemático, pero flexible. La ejecución debe estar
mediada por procesos de diálogo, retroalimentación permanente, espacios
específicos para el reconocimiento de los nuevos aprendizajes y la
reflexión sobre los logros y dificultades.
- Evaluación. Este proceso debe ser permanente y acompañar cada una de
las fases del proyecto. Implica dos dimensiones: en primera instancia,
una mirada sobre el proyecto, sus avances, dinámica y logros. En segundo
plano, debe orientarse hacia los aprendizajes, los conocimientos
adquiridos, las destrezas que se han desplegado y los nuevos
requerimientos.
- Sistematización. Reflexión y escritura sobre la experiencia. Divulgación de productos del proyecto y visibilización de logros.
A partir de estas definiciones y de la descripción del proceso, es
posible rastrear un conjunto de aportes significativos de los proyectos
de aula en la construcción de una pedagogía integral. Estos aportes, que
serán apenas insinuados en el presente artículo pero que constituyen un
programa para desarrollos teórico-conceptuales más amplios, vinculan la
formulación e implementación de los proyectos del aula con necesidades,
exigencias, realidades y propósitos que enfrenta la escuela
contemporánea en contextos como el nuestro.
- Orientación al emprendimiento. Los proyectos de aula parten de una
iniciativa de los estudiantes como parte activa de una comunidad.
Implican la formulación y proyección de la iniciativa, de modo que
movilizan a los estudiantes alrededor de su propósito. Esto hace del
proyecto de aula una empresa y, de su desarrollo, una meta de
emprendimiento, lo que lo convierte en un poderoso motor de los valores
asociados al emprendimiento y de las habilidades individuales y sociales
que se requieren para este tipo de situaciones: solución de conflictos,
toma de decisiones, reconocimiento del punto de vista del otro, etc.
- Factores motivacionales. Uno de los aspectos más problemáticos que
enfrentan los contextos escolares hoy, es la ausencia de motivación e
interés de los estudiantes hacia los procesos de construcción del
conocimiento. En la esencia de los proyectos de aula está el hecho de
que se constituyen a partir de los intereses y necesidades de los
estudiantes, ya sea vinculando la observación del contexto, la
identificación de situaciones problemáticas en su entorno o centrando su
atención en temas, ambientes o situaciones de actualidad. Esto impacta
significativamente en la motivación de la comunidad, el compromiso y
empoderamiento de los estudiantes, en el esfuerzo adicional que le
consagran a las tareas. Todos estos factores incidirán también, como es
de esperar, en la eficiencia de los equipos de trabajo y en su
productividad.
- Integración curricular. Los proyectos de aula ofrecen la oportunidad
de que el docente incorpore dentro de la lógica del proyecto
desarrollos temáticos, metodológicos y de competencias que involucren a
diferentes áreas curriculares. Esto genera un equilibrio importante
entre tiempos, esfuerzos y logros curriculares esperados, a la vez que
replantea de hecho el asunto de la flexibilidad del currículo como una
necesidad de los procesos escolares actuales. Cada proyecto de aula
puede presentar limitaciones de muy variados tipos frente a este logro, y
un reto para el maestro será el de orientar el proyecto de modo tal que
no genere desequilibrios extremos en términos del énfasis curricular,
sin desnaturalizar y encasillar el trabajo de los estudiantes.
- Orientación transdisiciplinar. Una de las bondades más interesantes
de los proyectos de aula ha sido la de facilitar la comprensión de las
intervenciones transdisciplinares. El proyecto de aula puede suscitar la
necesidad de crear objetos de conocimiento que deban agotarse en su
estudio desde miradas que permean y desarticulan los rígidos y
arbitrarios límites de las disciplinas. Esto implica la necesidad de
abandonar la mirada tradicional, según la cual ciertos campos de
conocimiento u objetos de estudio le pertenecen a alguna disciplina en
particular, con el propósito de incorporar una mirada y una intervención
que privilegien perspectivas transdisciplinares. Como consecuencia, la
realidad puede abordarse sin el excesivo sesgo que con frecuencia aporta
la especialización de las disciplinas cuando a la construcción del
conocimiento se refiere.
- Trabajo colaborativo. Este sigue siendo sin duda uno de los aportes
más fuertes del proyecto de aula como estrategia pedagógica. El
desarrollo de habilidades para el trabajo en grupo, la instauración de
una cultura de lo colectivo, como resultado del logro alcanzado por el
grupo, hacen parte de los aportes que se evidencian en la pedagogía por
proyectos. El reto, en un contexto tan difícil como el nuestro, es
instalar una adecuada dinámica del trabajo grupal que permita que los
estudiantes puedan agenciar los tiempos, esfuerzos y conocimientos
requeridos para el alcance de los objetivos del proyecto.
- Inclusión. Otro de los aspectos que puede verse potenciado por las
dinámicas de trabajo propias de los proyectos de aula, es el reto de la
inclusión educativa. El trabajo colaborativo y la posibilidad de
explorar y aprovechar las formas en que se expresa la diversidad, son
factores de importancia en la organización de los grupos de estudiantes
que se involucran en los proyectos de aula. Estas dinámicas generan los
escenarios propicios para potenciar la inclusión educativa en el
contexto de una educación para la diversidad, y sus beneficios para los
procesos educativos.
- Uso de las TIC. El uso y aprovechamiento de las Tecnologías de la
Información y la comunicación es uno de los factores esenciales que se
integra en la formulación e implementación de los proyectos de aula. El
proyecto de aula puede ser aprovechado por maestras y maestros para
evidenciar las competencias de los niños, niñas y jóvenes en materia del
uso e incorporación de las TIC a la cotidianidad y a los procesos de
construcción del conocimiento. Ya sea que se trate de gestionar
información, de comunicarse, de recuperar datos o de divulgar, los
proyectos de aula brindan la oportunidad de que las TIC hagan parte
sustancial del trabajo que se realiza con niños, niñas y jóvenes.
- Impacto en sistematicidad, rigor y evaluación. Lograr los objetivos
planteados para un proyecto de aula y acompañar el proceso, permite que
el maestro pueda inculcar como parte de la formación valores esenciales
para la vida académica del estudiante. La necesidad de que el trabajo
sea sistemático y riguroso, como condición mínima de la noción de
proyecto, trae beneficios incidentales que hacen una contribución
esencial para la formación del espíritu científico.
- Vínculos con la investigación y la innovación. Un proyecto de aula
es un espacio abierto a la investigación en el aula y a la generación de
estrategias pedagógicas innovadoras. Los maestros y maestras pueden
articular y vincular sus propias preguntas y sus intereses
investigativos, a la formulación e implementación de los proyectos
pedagógicos de aula. De esta manera, el maestro no solo se puede ver
implicado en términos del acompañamiento y evaluación del proyecto de
aula, sino que además puede ver facilitado el trabajo de formular una
pregunta de investigación y desarrollar el proyecto investigativo con
solo seguir la lógica misma del proyecto de aula.
Vale decir, a modo de conclusión, y luego de esta breve valoración de
aspectos que pueden ser potenciados a través de las estrategias
pedagógicas basadas en los proyectos de aula, que hay una evidente
vigencia de esta propuesta pedagógica que hace innegables prestaciones a
una escuela necesitada de transformarse y de incorporar innovaciones
que se sustenten en modelos de intervención cuya utilidad ha sido
sometida a prueba. Los proyectos de aula siguen siendo una estrategia
pedagógica esencial para que la actividad educativa y el trabajo del
maestro estén más conectados con los intereses y la cotidianidad de
niños, niñas y jóvenes en nuestros contextos educativos de referencia.
Referencias
Gutiérrez, M., y Zapata, M. (2011). Los Proyectos de aula. Una
estrategia pedagógica para la educación. Bogotá: Red Alma Mater y
Universidad Tecnológica de Pereira.
Jolibert, J. (1994).
Formar niños lectores y productores de textos. Santiago: Dolmen.
Rincón B., G. (2012). Los proyectos de aula y la enseñanza y el
aprendizaje del lenguaje escrito. Bogotá: Kimpres, Red Colombiana para
la Transformación de la Formación Docente en Lenguaje.
Zapata, V., et al. (1994).
Historia de la pedagogía. Medellín: Editorial Universidad de Antioquia.
Fuente:
http://ciec.edu.co/pedagogia-e-innovacion/los-proyectos-de-aula-y-la-renovacion-de-las-practicas-escolares-claves-para-la-formulacion-de-una-pedagogia-integral/?utm_source=Base+CIEC2&utm_campaign=b74e5ae3fa-EMAIL_CAMPAIGN_2018_10_17_01_40_COPY_01&utm_medium=email&utm_term=0_9c316b539c-b74e5ae3fa-55820109