@elprofebati
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La Conferencia de las Naciones
Unidas sobre Cambio Climático de 2021 (COP26) es un momento clave para la
humanidad, una cumbre que ha despertado de nuevo nuestra preocupación por el
cuidado de la casa común en el que tanto ha insistido el papa Francisco, de
manera especial con la promulgación en 2015 de la Carta
encíclica "Laudato si'". Sobre el
cuidado de la casa común, publicada y distribuida en el ámbito hispano por
Editorial Verbo Divino.
¿Qué está pasando con el clima?,
¿Cómo cuidar de la casa común y de la creación?, ¿Cómo transmitir y
sensibilizar a todas las personas para una mejora ambiental y mejora social?
Estamos lejos de alcanzar los ya
de por sí insuficientes compromisos y acuerdos de la Cumbre de París. La
humanidad y el planeta esperan un esfuerzo a nivel político, acciones decididas
que han de ir acompañadas por el compromiso personal de todas las personas que
cohabitamos esta casa común.
Desde Editorial Verbo Divino expresamos nuestra
confianza y nuestro deseo de que la COP26 sirva para avanzar en la cooperación internacional
destinada a limitar el aumento de temperatura de la Tierra. Pero estos
avances se han de basar en un convencimiento pleno, y es por ello por lo que
queremos subrayar la importancia de la carta encíclica Carta
Encíclica “Laudato si'” como documento en el que las personas
creyentes encuentren la fundamentación para su necesaria implicación en esta
ingente tarea común.
En este artículo ofrezco algunos videos interesantes para trabajar el tema del medio ambiente o la naturaleza en el aula de Religión, pastoral o catequesis.
Marcelino fue el vigésimo noveno Papa de la Iglesia católica, desde el año 296 hasta el año 304, y uno de los únicos hombres que utilizó su nombre personal como Papa. Gobernó durante más de siete años y tenía 50 años cuando falleció.
Este papa entra dentro de la serie de papas que reciben la denominación de "santo" de manera tradicional. Desde san Pedro a san Félix IV (III), del siglo VI, todos los papas (excepto Liberio, del 352 al 366, cuya debilidad puso en gran peligro a la fe) fueron considerados santos; muchas veces no por sus méritos personales, sino por la pertenencia a la sucesión petrina.
Por eso mismo no es raro que san Marcelino siga siendo llamado santo, a pesar de que la revisión del Martirologio Romano lo retiró de la lista ya desde el Concilio Vaticano II, luego de amplias dudas sobre el desempeño de su pontificado, que se arrastraban desde la antigüedad.
Se celebraba tradicionalmente como mártir el 26 de abril.
No hay registros que indiquen una causa oficial de muerte del Papa Marcelino, pero algunos historiadores creen que murió como mártir.
Durante su papado Armenia se convirtió en el año 201 en el primer país que estableció el cristianismo como religión de Estado, cuando San Gregorio el Iluminador convenció a Tiridates III, rey de Armenia, a convertirse al cristianismo.
Película: El papa bueno / El Santo Padre Juan XXIII (2003)
Las encíclicas son cartas solemnes sobre asuntos de la Iglesia o de la doctrina católica dirigidas por el Papa a los obispos y fieles católicos de todo el mundo en las que expresan su enseñanza en materia que consideran de una gran importancia.
Al inicio de la década de los setenta del siglo XX, el mundo tembló ante lo que parecía el inminente estallido de una Tercera Guerra Mundial: el apogeo de la Guerra Fría con los misiles soviéticos apuntando a Estados Unidos desde Cuba y la guerra de Vietnam cobrándose víctimas inocentes. San Juan XXIII, ya muy enfermo (moriría 53 días después), no se resignó y publicó el 11 de abril de 1963 una encíclica sobre la paz: Pacem in terris. Fue un llamamiento a los cristianos y a todos los hombres de buena voluntad para que defendiesen la paz.
La encíclica Pacem in terris recuerda que la paz entre todos los pueblos debe fundamentarse en la verdad, la justicia, el amor y la libertad.
"En la educación se encuentra la semilla de la
esperanza: una esperanza de paz y de justicia. Una esperanza de
belleza, de bondad; una esperanza de armonía social", afirma el Papa en
un video mensaje publicado el jueves 15 de octubre, durante un encuentro
en la Pontificia Universidad Lateranense de Roma sobre el Pacto
Educativo Global, promovido y organizado por la Congregación para la
Educación Católica: "Pacto Mundial sobre la Educación. Juntos para mirar
más allá".
VaticanNews.- El jueves 15 de octubre a las 14.30 hora
central europea, tuvo lugar un encuentro en la Pontificia Universidad
Lateranense de Roma sobre el Pacto Educativo Global. Durante esta
iniciativa presentada por Alessandro Gisotti, vicedirector editorial del
Dicasterio para la Comunicación de la Santa Sede, se proyectó un video
mensaje del Papa Francisco y otro de la Directora General de la UNESCO,
Audrey Azoulay, junto con testimonios y experiencias internacionales,
que buscan mirar más allá de la pandemia con creatividad.
El evento fue organizado por la Congregación para la Educación Católica
y transmitido por Vatican News de manera online en italiano, con
traducción simultánea en inglés, francés, español y portugués.
En su video mensaje, el Santo Padre explica que cuando invitó a iniciar
este viaje de preparación, participación y planificación de un pacto
educativo global, "nunca pudimos imaginar la situación en la que se
desarrollaría", ya que "el Covid-19 ha acelerado y amplificado muchas de
las emergencias y urgencias que estábamos experimentando y ha revelado
muchas otras".
Catástrofe educativa: millones de niños sin escuela
"A las dificultades de salud siguieron las económicas y sociales",
asevera el Santo Padre indicando que los sistemas educativos de todo el
mundo han sufrido la pandemia tanto a nivel escolar como académico y han
mostrado una marcada disparidad en las oportunidades educativas y
tecnológica.
Según algunos datos recientes de los organismos internacionales, se
habla de una "catástrofe educativa" -afirma el Papa- ante los
aproximadamente diez millones de niños que podrían verse obligados a
abandonar la escuela debido a la crisis económica generada por el
coronavirus.
Este hecho aumentaría una brecha educativa ya alarmante con más de 250
millones de niños en edad escolar excluidos de toda actividad educativa.
"Dar vuelta al modelo de desarrollo"
En el video el Pontífice hace hincapié en que esta situación ha hecho
que se tome conciencia de que "hay que dar la vuelta al modelo de
desarrollo", el modo que tenemos de desarrollarnos como sociedades,
economías y como humanidad.
Centrándose en el poder transformante de la educación, Francisco
recuerda que educar es siempre un acto de esperanza "que invita a la
coparticipación y a la transformación de la lógica estéril y paralizante
de la indiferencia; en una lógica diversa capaz de acoger nuestra
pertenencia común". Y añade:
“También somos conscientes de que un camino de vida necesita una
esperanza basada en la solidaridad, y que todo cambio requiere una
trayectoria educativa, para construir nuevos paradigmas capaces de
responder a los desafíos y emergencias del mundo contemporáneo, para
comprender y encontrar soluciones a las necesidades de cada generación y
para hacer que la humanidad florezca hoy y mañana”
Asimismo, el Papa puntualiza que la educación es una de las formas más efectivas de humanizar el mundo y la historia.
“La educación es sobre todo una cuestión de amor y responsabilidad
que se transmite de generación en generación. La educación, por lo
tanto, se propone como el antídoto natural a la cultura individualista,
que a veces degenera en un verdadero culto al yo y a la primacía de la
indiferencia. Nuestro futuro no puede ser la división, el
empobrecimiento de las facultades de pensamiento y de imaginación, de
escucha, de diálogo y de comprensión mutua. Nuestro futuro no puede ser
este. Hoy en día se necesita una etapa renovada de compromiso educativo,
que involucre a todos los componentes de la sociedad”
En este sentido, Francisco hace referencia a "un camino compartido, en
el que no se permanezca indiferente al flagelo de la violencia y el
abuso infantil, al fenómeno de los niños novios y los niños soldados, al
drama de los niños vendidos y esclavizados".
Llamamiento a "firmar el pacto"
Igualmente, el Santo Padre lanza un llamamiento especial, "a todas las
partes del mundo, a los hombres y mujeres de la cultura, la ciencia y el
deporte, a los artistas y a los trabajadores de los medios de
comunicación, para que también ellos firmen este pacto y, a través de su
testimonio y su trabajo, promuevan los valores de cuidado, paz,
justicia, bondad, belleza, aceptación de los demás y hermandad".
"No debemos esperar todo de aquellos que nos gobiernan, sería infantil"
-afirma el Papa- "disfrutamos de un espacio de corresponsabilidad capaz
de iniciar y generar nuevos procesos y nuevas transformaciones. Debemos
ser parte activa en la rehabilitación y el apoyo de las sociedades
heridas".
Compromiso personal y conjunto
Es por ello, que el Pontífice subraya que lo que necesitamos
actualmente es "capacidad para crear armonía" e invita a todos a
adherirse a este Pacto Educativo Global, comprometiéndonos personal y
conjuntamente a:
1- Poner en el centro de todo proceso educativo formal e informal a la
persona, su valor, su dignidad, poner de relieve su propia
especificidad, su belleza, su singularidad y, al mismo tiempo, su
capacidad de relacionarse con los demás y con la realidad que le rodea,
rechazando aquellos estilos de vida que favorecen la difusión de la
cultura del derroche.
2- Escuchar la voz de los niños, y los jóvenes a los que transmitimos
valores y conocimientos, para construir juntos un futuro de justicia y
paz, una vida digna para cada persona.
3- Fomentar la plena participación de las niñas en la educación.
4- Ver en la familia al primer e indispensable educador.
5- Educar y educarnos para acoger, abriéndonos a la los más vulnerables y marginados.
6- Comprometernos a estudiar para encontrar otras formas de entender la
economía, la política, el crecimiento y el progreso, para que estén
verdaderamente al servicio del hombre y de toda la familia humana en la
perspectiva de una ecología integral.
7 - Salvaguardar y cultivar nuestra casa común, protegiéndola de la
explotación de sus recursos, adoptando estilos de vida más sobrios y
buscando el aprovechamiento integral de las energías renovables y
respetuosas del entorno humano y natural, siguiendo los principios de
subsidiariedad y solidaridad y de la economía circular.
LA DOCTRINA SOCIAL DE LA IGLESIA, PUNTO DE REFERENCIA
En definitiva, el Papa destaca que lo que queremos es comprometernos
con valentía "para dar vida, en nuestros países de origen, a un proyecto
educativo, invirtiendo nuestras mejores energías e iniciando procesos
creativos y transformadores en colaboración con la sociedad civil".
Y para ello, Francisco asegura que en este proceso, un punto de
referencia es la "Doctrina Social" que, inspirada en las enseñanzas de
la Revelación y el humanismo cristiano; se ofrece como base sólida y
fuente viva para encontrar los caminos a seguir en la actual situación
de emergencia.
Antes de despedirse, el Papa señala un punto fundamental ya que las grandes transformaciones no se construyen en el escritorio:
“Hay una «arquitectura de la paz» en la que intervienen las diversas
instituciones y personas de una sociedad, cada una según su propia
competencia, pero sin excluir a nadie. Así tenemos que seguir: todos
juntos, cada uno como es, pero siempre mirando juntos hacia adelante,
hacia esta construcción de una civilización de la armonía, de la unidad,
donde no haya lugar para esta virulenta pandemia de la cultura del
descarte”
En los primeros meses de 2020, el Papa Francisco ha reflexionado frecuentemente sobre la pandemia de COVID- 19, a medida que ésta se extendía por la familia humana. Aquí se recogen ocho significativos textos, pronun-ciados o escritos desde el 27 de marzo al 22 de abril. ¿A quién se dirige el Papa, y cómo? ¿Qué dice y por qué?
Carta apostólica Admirabile signum del Santo Padre Francisco sobre el significado y el valor del Belén, 01.12.2019
CARTA APOSTÓLICA EL HERMOSO SIGNO DEL PESEBRE DEL SANTO PADRE FRANCISCO SOBRE EL SIGNIFICADO Y EL VALOR DEL BELÉN
1. El hermoso signo del pesebre, tan estimado por el pueblo
cristiano, causa siempre asombro y admiración. La representación del
acontecimiento del nacimiento de Jesús equivale a anunciar el misterio
de la encarnación del Hijo de Dios con sencillez y alegría. El belén, en
efecto, es como un Evangelio vivo, que surge de las páginas de la
Sagrada Escritura. La contemplación de la escena de la Navidad, nos
invita a ponernos espiritualmente en camino, atraídos por la humildad de
Aquel que se ha hecho hombre para encontrar a cada hombre. Y
descubrimos que Él nos ama hasta el punto de unirse a nosotros, para que
también nosotros podamos unirnos a Él.
Con esta Carta quisiera alentar la hermosa tradición de nuestras
familias que en los días previos a la Navidad preparan el belén, como
también la costumbre de ponerlo en los lugares de trabajo, en las
escuelas, en los hospitales, en las cárceles, en las plazas... Es
realmente un ejercicio de fantasía creativa, que utiliza los materiales
más dispares para crear pequeñas obras maestras llenas de belleza. Se
aprende desde niños: cuando papá y mamá, junto a los abuelos, transmiten
esta alegre tradición, que contiene en sí una rica espiritualidad
popular. Espero que esta práctica nunca se debilite; es más, confío en
que, allí donde hubiera caído en desuso, sea descubierta de nuevo y
revitalizada.
2. El origen del pesebre encuentra confirmación ante todo en algunos
detalles evangélicos del nacimiento de Jesús en Belén. El evangelista
Lucas dice sencillamente que María «dio a luz a su hijo primogénito, lo
envolvió en pañales y lo recostó en un pesebre, porque no había sitio
para ellos en la posada» (2,7). Jesús fue colocado en un pesebre;
palabra que procede del latín: praesepium.
El Hijo de Dios, viniendo a este mundo, encuentra sitio donde los
animales van a comer. El heno se convierte en el primer lecho para Aquel
que se revelará como «el pan bajado del cielo» (Jn 6,41). Un
simbolismo que ya san Agustín, junto con otros Padres, había captado
cuando escribía: «Puesto en el pesebre, se convirtió en alimento para
nosotros» (Serm. 189,4). En realidad, el belén contiene diversos
misterios de la vida de Jesús y nos los hace sentir cercanos a nuestra
vida cotidiana.
Pero volvamos de nuevo al origen del belén tal como nosotros lo
entendemos. Nos trasladamos con la mente a Greccio, en el valle Reatino;
allí san Francisco se detuvo viniendo probablemente de Roma, donde el
29 de noviembre de 1223 había recibido del Papa Honorio III la
confirmación de su Regla. Después de su viaje a Tierra Santa, aquellas
grutas le recordaban de manera especial el paisaje de Belén. Y es
posible que el Poverello quedase impresionado en Roma, por los
mosaicos de la Basílica de Santa María la Mayor que representan el
nacimiento de Jesús, justo al lado del lugar donde se conservaban, según
una antigua tradición, las tablas del pesebre.
Las Fuentes Franciscanas narran en detalle lo que sucedió en
Greccio. Quince días antes de la Navidad, Francisco llamó a un hombre
del lugar, de nombre Juan, y le pidió que lo ayudara a cumplir un deseo:
«Deseo celebrar la memoria del Niño que nació en Belén y quiero
contemplar de alguna manera con mis ojos lo que sufrió en su invalidez
de niño, cómo fue reclinado en el pesebre y cómo fue colocado sobre heno
entre el buey y el asno»[1].
Tan pronto como lo escuchó, ese hombre bueno y fiel fue rápidamente y
preparó en el lugar señalado lo que el santo le había indicado. El 25 de
diciembre, llegaron a Greccio muchos frailes de distintos lugares, como
también hombres y mujeres de las granjas de la comarca, trayendo flores
y antorchas para iluminar aquella noche santa. Cuando llegó Francisco,
encontró el pesebre con el heno, el buey y el asno. Las personas que
llegaron mostraron frente a la escena de la Navidad una alegría
indescriptible, como nunca antes habían experimentado. Después el
sacerdote, ante el Nacimiento, celebró solemnemente la Eucaristía,
mostrando el vínculo entre la encarnación del Hijo de Dios y la
Eucaristía. En aquella ocasión, en Greccio, no había figuras: el belén
fue realizado y vivido por todos los presentes[2].
Así nace nuestra tradición: todos alrededor de la gruta y llenos de
alegría, sin distancia alguna entre el acontecimiento que se cumple y
cuantos participan en el misterio.
El primer biógrafo de san Francisco, Tomás de Celano, recuerda que
esa noche, se añadió a la escena simple y conmovedora el don de una
visión maravillosa: uno de los presentes vio acostado en el pesebre al
mismo Niño Jesús. De aquel belén de la Navidad de 1223, «todos
regresaron a sus casas colmados de alegría»[3].
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Somos una Misión dentro de la función educadora de la
Iglesia, difundir sus reflexiones es una tarea que nos compete
cumplir por lo que La Gestión de la Misión Educativa Lasallista y
Asociación ha elaborado esta serie de diez y seis (16) guías para
comprender y asumir el contenido de la Encíclica Laudato Sí’, aún
nuestro Ideario Educativo es uno de los proceso que pertenecen al
grupo que nos despliega el Horizonte de Sentido, cuya luz ilumina
el camino que debemos recorrer “juntos y por asociación”
La encíclica LAUDATO
SI es la segunda encíclica del Papa Francisco y la
primera de él sobre “Doctrina social”. Fue firmada por el Papa el 24 de
mayo del 2015, en la fiesta de Pentecostés y presentada al público el 18
de junio del mismo año.
Entre los diversos documentos de la Iglesia, la encíclica es una
carta circular que el Papa dirige a toda la Iglesia a toda la humanidad o
a un sector de ella. En este caso va dirigida a toda la humanidad. “Quiero dirigirme a toda persona que
habita este planeta…para entrar en diálogo con todos acerca de nuestra
casa común”. Las encíclicas se suelen identificar por
las primeras palabras del texto. (LAUDATO
SI).
La tecnología ha remediado innumerables males que dañaban o
limitaban al ser humano. Los aportes más significativos, tal vez, han
sido en la medicina, la ingeniería, las comunicaciones y el desarrollo
sostenible. La tecnociencia, bien orientada, puede producir cosas
valiosas para mejorar la calidad de la vida humana (utensilios domésticos,
puentes. rascacielos, parques, etc.). También puede producir belleza para
sacar al ser humano fuera de la materialidad (edificios, aviones, arte,
etc.).