Blog del Profesorado de Religión Católica: Papado

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viernes, 25 de octubre de 2024

Carta encíclica "Dilexit nos" disponible en Ed. Verbo Divino

 Carta encíclica "Dilexit nos"

Carta encíclica "Dilexit nos"

Sobre el amor humano y divino del Corazón de Jesucristo
Lo expresado en este documento nos permite descubrir que lo escrito en las encíclicas sociales Laudato si' y Fratelli tutti no es ajeno a nuestro encuentro con el amor de Jesucristo, ya que bebiendo de ese amor nos volvemos capaces de tejer lazos fraternos, de reconocer la dignidad de cada ser humano y de cuidar juntos nuestra casa común.

Hoy todo se compra y se paga, y parece que la propia sensación de dignidad depende de cosas que se consiguen con el poder del dinero. Sólo nos urge acumular, consumir y distraernos, presos de un sistema degradante que no nos permite mirar más allá de nuestras necesidades inmediatas y mezquinas. El amor de Cristo está fuera de ese engranaje perverso y solo él puede liberarnos de esa fiebre donde ya no hay lugar para un amor gratuito. Él es capaz de darle corazón a esta tierra y reinventar el amor allí donde pensamos que la capacidad de amar ha muerto definitivamente.
 
 
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viernes, 2 de febrero de 2024

Francisco: "La educación religiosa es esencial porque expande el corazón"

"Que uno piense lo que siente y hace, que uno sienta lo que piensa y hace, que uno haga lo que siente y piensa. Ese es el núcleo, no lo olviden"

Francisco recibió en audiencia al presidente y al patronato de la Universidad de Notre Dame, universidad católica de Indiana, a quienes recordó los tres lenguajes de "cabeza, corazón y manos" para llevar a cabo su misión

Este arte se realiza no sólo con la cabeza, sino también con el corazón y las manos. "Es el secreto de la educación", dijo el Papa, desprendiéndose del texto escrito. "¿Ayudáis a los jóvenes a soñar?"

El Pontífice anima a promover entre los estudiantes "el compromiso con las necesidades de las comunidades desfavorecidas" e insta a los educadores a ayudar a los jóvenes a "soñar" y a "cultivar la apertura a todo lo que es verdadero, bueno y bello"

(Vatican News).- "Cabeza", para desarrollar el conocimiento a través del estudio académico y la investigación, teniendo en cuenta también la "tradición intelectual católica" y el "papel" de la religión, que "nos compromete, entre otras cosas, a construir un mundo mejor, enseñando la convivencia mutua, la solidaridad fraterna y la paz". "Corazón", para establecer "relaciones auténticas entre educadores y alumnos", caminando juntos y comprendiendo las necesidades y los interrogantes de la vida. "Manos", entendidas como compromiso solidario con las necesidades de los más desfavorecidos.

Campaña en defensa del Papa: Yo con Francisco

El Papa repite los "tres lenguajes" en la base de la misión educativa a los miembros de la Universidad de Notre Dame, institución católica de Indiana (EEUU), fundada en 1842 por el padre Edward Sorin, sacerdote francés de la Congregación de la Santa Cruz.

Pope Francis meets with a delegation from the University of Notre Dame

El Pontífice recibió al Presidente y al Patronato en el Vaticano y en su breve saludo, recordando la misión de la universidad de "anunciar el Evangelio mediante la formación de cada persona en todas sus dimensiones", recordó las palabras del Beato Basilio Moreau, fundador de la Congregación de la Santa Cruz: "La educación cristiana es el arte de conducir a los jóvenes hacia la plenitud".

Los tres lenguajes

Este arte se realiza no sólo con la cabeza, sino también con el corazón y las manos. "Es el secreto de la educación", dice el Papa, desprendiéndose del texto escrito.

Que uno piense lo que siente y hace, que uno sienta lo que piensa y hace, que uno haga lo que siente y piensa. Ese es el núcleo, no lo olviden".

Las tres lenguas juntas, subraya el Pontífice, "forman un horizonte dentro del cual las comunidades académicas católicas pueden esforzarse por formar personalidades sólidas y bien integradas, cuya visión de la vida esté animada por las enseñanzas de Cristo".

Un enfoque interdisciplinar

Primero: la cabeza. Las universidades católicas, por su propia naturaleza, persiguen el desarrollo del conocimiento a través del estudio académico y la investigación. Pero "en el mundo globalizado, esto implica la necesidad de un enfoque colaborativo e interdisciplinar, que reúna diversos campos de estudio e investigación", afirma Francisco.

En efecto, el esfuerzo educativo emprendido por las instituciones católicas se basa en la firme convicción de la armonía intrínseca entre fe y razón -armonía intrínseca, fe y razón-, de la que brota la relevancia del mensaje cristiano para todas las esferas de la vida, personal y social.De ahí que tanto educadores como alumnos estén llamados a "apreciar" cada vez más "la riqueza de la tradición intelectual católica en particular". Una tradición que "no significa cerrarse", sino que "es apertura", dice el Papa.Por tanto, debemos conservarla y hacerla crecer siempre".

O Papa recebe uma delegação da Universidade de Notre Dame

Expandir el corazón

Además de desarrollar la mente, la universidad católica también debe "dilatar el corazón", porque "si pensamos y no sentimos no somos humanos".

Por tanto, toda la comunidad universitaria está llamada a acompañar a las personas, especialmente a los jóvenes, con sabiduría y respeto, por los caminos de la vida y a ayudarles a cultivar la apertura a todo lo que es verdadero, lo que es bueno y lo que es bello - las tres (cosas): bello, bueno y bello (verdadero). Esto requiere "establecer relaciones auténticas entre educadores y alumnos, para que puedan caminar juntos y comprender las preguntas, las necesidades y los sueños más profundos de la vida", dice el Papa Francisco. Y pregunta: "¿Ayudáis a los jóvenes a soñar?".

"¿Ayudáis a los jóvenes a soñar?"

Significa también "promover el diálogo y la cultura del encuentro, para que todos aprendan a reconocer, apreciar y amar a cada uno como hermano y, ante todo, como hijo amado de Dios".

Capacitar a alumnos y profesores para dar testimonio del Evangelio

En este sentido, el Papa subraya que "no se puede descuidar el papel esencial de la religión en la educación del corazón de las personas". Por eso dice alegrarse de que "la Universidad de Notre Dame se caracterice por un ambiente que permite a los antiguos alumnos, al profesorado y al personal crecer espiritualmente y dar testimonio de la alegría del Evangelio, de su poder transformador para la sociedad y de su capacidad de dar a todos la fuerza para afrontar con sabiduría los desafíos de nuestro tiempo".Un poderoso medio para el bienPor último, "las manos".

"No se puede descuidar el papel esencial de la religión en la educación del corazón de las personas"

"No podemos permanecer encerrados dentro de los muros o límites de nuestras instituciones, sino que debemos esforzarnos por salir a las periferias, para encontrar y servir a Cristo en el prójimo", dice el Pontífice. Y alienta los esfuerzos continuos de la Universidad para "promover en sus estudiantes el compromiso solidario con las necesidades de las comunidades más desfavorecidas".

El deseo es que la Universidad, como deseaba su fundador, pueda seguir siendo "un poderoso medio de bien".

Traducción realizada con la versión gratuita del traductor DeepL.com

Fuente: https://www.religiondigital.org/el_papa_de_la_primavera/Francisco-educacion-religion-esencial-construir_0_2638836103.html

El Papa reivindica la asignatura de Religión para la construcción de un mundo mejor

El Papa reivindica la asignatura de Religión para la construcción de un mundo mejor 

ROMA, 1 Feb. (EUROPA PRESS) -

El Papa ha reivindicado el papel de la materia de Religión Católica en la construcción de un mundo mejor, durante su audiencia a los miembros a los miembros de la Universidad de Notre Dame, institución católica de Indiana (EEUU), fundada en 1842 por el padre Edward Sorin, sacerdote francés de la Congregación de la Santa Cruz.

En este sentido, ha subrayado que estudiar religión católica "compromete" a los alumnos "entre otras cosas, a construir un mundo mejor" porque se enseñan "la convivencia mutua, la solidaridad fraterna y la paz".

También ha instado a los profesores a poner en práctica "relaciones auténticas entre educadores y alumnos", caminando juntos y comprendiendo las necesidades e interrogantes de la vida, teniendo también un "empeño solidario ante las necesidades de los más desfavorecidos".

Igualmente, ha destacado la necesidad de "apreciar" cada vez más "la riqueza de la tradición intelectual católica" que "no significa cerrarse", sino que "es apertura". Además, ha destacado la misión de las universidades católicas de "anunciar el Evangelio mediante la formación de cada persona en todas sus dimensiones". "La educación cristiana es el arte de conducir a los jóvenes hacia la plenitud", ha concluido.

Fuente: https://www.europapress.es/sociedad/noticia-papa-reivindica-asignatura-asignatura-religion-construccion-mundo-mejor-20240201135452.html

lunes, 22 de enero de 2024

El papa Francisco lanza el Año de la Oración en preparación del Jubileo

 


Para vivir el "tiempo de gracia" hasta la apertura de la Puerta Santa, el papa Francisco inaugura el Año de la Oración, "un año dedicado a redescubrir el gran valor y la absoluta necesidad de la oración".

El Pontífice en el Ángelus del 20 de enero pidió a los fieles "intensificar" la oración. Inicia así este año especial en el que todas las diócesis están invitadas a proponer peregrinaciones, itinerarios o momentos de oración individual o comunitaria con los obispos y los fieles. El Dicasterio para la Evangelización publicará una serie de "Apuntes sobre la oración" para la ocasión.

Vivir un tiempo de gracia

El anuncio del Pontífice se produjo al final del Ángelus de este domingo 21 de enero, V Domingo de la Palabra de Dios. Tras la catequesis, el Papa recordó a los 20.000 fieles presentes en la Plaza de San Pedro que "los próximos meses nos conducirán a la apertura de la Puerta Santa con la que iniciaremos el Jubileo. Les pido que intensifiquen la oración para vivir este tiempo de gracia».

Iniciativas en las diócesis del mundo

Para ello, el papa Francisco da comienzo a este año especial -que sigue al dedicado a la reflexión sobre los documentos y al estudio de los frutos del Concilio Vaticano II- durante el cual se trabajará en las diócesis de todo el mundo para redescubrir la centralidad de la oración.

En preparación del Año Santo 2025, se invita a las diócesis a promover momentos de oración individual y comunitaria. Se proponen "peregrinaciones de oración" hacia el Jubileo o itinerarios de escuelas de oración con etapas mensuales o semanales, presididas por los obispos, en las que implicar a todo el Pueblo de Dios.

Una serie de "Notas" del Dicasterio para la Evangelización

Para vivir plenamente este año, el Dicasterio para la Evangelización publicará una serie de "Apuntes sobre la oración", para volver a poner en el centro la relación profunda con el Señor, a través de las múltiples formas de oración contempladas en la rica tradición católica.

Fuente: https://www.diocesismalaga.es/pagina-de-inicio/2014058615/el-papa-francisco-lanza-el-ano-de-la-oracion-en-preparacion-del-jubileo/

miércoles, 17 de enero de 2024

Ver película: Juan XXIII, el Papa de la paz

 Dispones de ésta y muchas más películas y series en https://profesoradoreligion.blogspot.com/p/peliculas-y-series.html

https://es.web.img2.acsta.net/pictures/14/04/22/09/51/284352.jpg

Juan XXIII: El Papa de la paz, película de TV del año 2002

Año: 2002  –  Duración: 180 min. – País: Italia

Dirección: Giorgio Capitani

Guion: Massimo Cerofolini, Francesco Scardamaglia (Historia: Giancarlo Zizola)

Música: Marco Frisina – Fotografía: Luigi Kuveiller

Reparto: Ed Asner, Massimo Ghini, Claude Rich, Michael Mendl, Franco Interlenghi, Sydne Rome, Jacques Sernas, Roberto Accornero, Paolo Gasparini

Productora: Coproducción Italia-Alemania

Género: Drama | Biográfico. Religión. Telefilm

Sinopsis:

En 1958, tras la muerte de Pío XII, el anciano Cardenal Angelo Roncalli, Patriarca de Venecia, viaja a Roma para participar en el cónclave que debe elegir al nuevo Papa, cónclave dominado por toda clase de maniobras políticas. En efecto, una vez en el Vaticano, Roncalli asiste atónito al enconado enfrentamiento entre las distintas facciones eclesiásticas. Durante el cónclave se van desvelando aspectos extraordinarios del pasado del viejo cardenal: su apoyo espiritual y económico a un grupo de trabajadores en huelga, cuando todavía era un joven sacerdote; su ayuda a los cristianos ortodoxos de Bulgaria, cuando estuvo destinado en ese país; sus hábiles negociaciones con el embajador nazi de Estambul para salvar un tren de prisioneros judíos, cuando era diplomático del Vaticano en Turquía; sus finas dotes diplomáticas para evitar que De Gaulle repudiase a treinta obispos que habían apoyado el régimen de Vichy. Hubo que llegar a la undécima votación para que hubiera «fumata bianca»: el elegido, contra todo pronóstico, fue Roncalli, que tomó el nombre de Juan XXIII.


Ver película: Juan XXIII, el papa bueno

Dispones de ésta y muchas más películas y series en https://profesoradoreligion.blogspot.com/p/peliculas-y-series.html

Aquí os dejo varias opciones para ver la película:



Juan XXIII El Papa Bueno (Película - Parte 1)


Juan XXIII El Papa Bueno (Película - Parte 2)

martes, 19 de diciembre de 2023

El Vaticano contempla bendecir parejas homosexuales e "irregulares" sin equipararlas al matrimonio

Por Redacción Religión 

La Santa Sede abre "la posibilidad de bendecir a las parejas en situaciones irregulares y a las parejas del mismo sexo, sin convalidar oficialmente su status ni alterar en modo alguno la enseñanza perenne de la Iglesia sobre el Matrimonio”. Así lo ha explicado en el prefecto del Dicasterio para la Doctrina de la Fe, el cardenal Víctor Manuel Fernández, que ha publicado este 18 de diciembre un documento sobre las bendiciones a parejas en situaciones irregulares y parejas del mismo sexo.

La doctrina tradicional sobre el matrimonio se mantiene inalterable, pero podrán ser bendecidas otras uniones de parejas "en situaciones irregulares y a las parejas del mismo sexo". No existirá ningún rito específico que pueda provocar una confusión con el matrimonio. Por eso, "siguiendo la enseñanza autorizada del Santo Padre Francisco, este Dicasterio quiere finalmente recordar que este mundo necesita bendición y nosotros podemos dar la bendición y recibir la bendición. De este modo, cada hermano y hermana podrán sentirse en la Iglesia siempre peregrinos, siempre suplicantes, siempre amados y, a pesar de todo, siempre bendecidos”.



Firme en la doctrina tradicional de la Iglesia sobre el matrimonio

No obstante, el documento asegura seguir “firme en la doctrina tradicional de la Iglesia sobre el matrimonio, no permitiendo ningún tipo de rito litúrgico o bendición similar a un rito litúrgico que pueda causar confusión”.

Lo que se pretende es “ofrecer una contribución específica e innovadora al significado pastoral de las bendiciones, que permite ampliar y enriquecer la comprensión clásica de las bendiciones estrechamente vinculada a una perspectiva litúrgica”. Tal reflexión teológica, basada en la visión pastoral del Papa Francisco, “implica un verdadero desarrollo de lo que se ha dicho sobre las bendiciones en el Magisterio y en los textos oficiales de la Iglesia”. Esto explica que el texto haya adoptado la forma de una “declaración”. Es precisamente en este contexto, explica el texto, “en el que se puede entender la posibilidad de bendecir a las parejas en situaciones irregulares y a las parejas del mismo sexo”.

El texto, que reproducimos en su integridad, “quiere ser también un homenaje al Pueblo fiel de Dios, que adora al Señor con tantos gestos de profunda confianza en su misericordia y que, con esta actitud, viene constantemente a pedir a la madre Iglesia una bendición”.

Declaración Fiducia supplicans sobre el sentido pastoral de las bendiciones

Presentación

La presente Declaración ha tomado en consideración varias cuestiones que han llegado a este Dicasterio tanto en años pasados como más recientemente. Para su redacción, como es práctica habitual, se consultó a expertos, se llevó a cabo un amplio proceso de elaboración y el borrador se debatió en el Congreso de la Sección Doctrinal del Dicasterio. Durante este tiempo de elaboración del documento, no faltaron las conversaciones con el Santo Padre. Finalmente, la Declaración fue presentada al Santo Padre, que la aprobó con su firma.

Durante el estudio de la materia objeto de este documento, se dio a conocer la respuesta del Santo Padre a los Dubia de algunos Cardenales, que aportó importantes precisiones para la reflexión que ahora se ofrece aquí, y que representa un elemento decisivo para el trabajo del Dicasterio. Dado que «la Curia Romana es, en primer lugar, un instrumento de servicio para el sucesor de Pedro» (Const. Ap. Praedicate Evangelium, II, 1), nuestro trabajo debe favorecer, junto a la comprensión de la doctrina perenne de la Iglesia, la recepción de la enseñanza del Santo Padre.

Como en la ya citada respuesta del Santo Padre a los Dubia de dos Cardenales, la presente Declaración se mantiene firme en la doctrina tradicional de la Iglesia sobre el matrimonio, no permitiendo ningún tipo de rito litúrgico o bendición similar a un rito litúrgico que pueda causar confusión. No obstante, el valor de este documento es ofrecer una contribución específica e innovadora al significado pastoral de las bendiciones, que permite ampliar y enriquecer la comprensión clásica de las bendiciones estrechamente vinculada a una perspectiva litúrgica. Tal reflexión teológica, basada en la visión pastoral del Papa Francisco, implica un verdadero desarrollo de lo que se ha dicho sobre las bendiciones en el Magisterio y en los textos oficiales de la Iglesia. Esto explica que el texto haya adoptado la forma de una “Declaración”.

Y es precisamente en este contexto en el que se puede entender la posibilidad de bendecir a las parejas en situaciones irregulares y a las parejas del mismo sexo, sin convalidar oficialmente su status ni alterar en modo alguno la enseñanza perenne de la Iglesia sobre el Matrimonio.

La presente Declaración quiere ser también un homenaje al Pueblo fiel de Dios, que adora al Señor con tantos gestos de profunda confianza en su misericordia y que, con esta actitud, viene constantemente a pedir a la madre Iglesia una bendición.

Víctor Manuel Card. FERNÁNDEZ

Prefecto

Introducción

1. La confianza suplicante del Pueblo fiel de Dios recibe el don de la bendición que brota del corazón de cristo a través de su Iglesia. Como recuerda puntualmente el Papa Francisco, «la gran bendición de Dios es Jesucristo, es el gran don de Dios, su Hijo. Es una bendición para toda la humanidad, es una bendición que nos ha salvado a todos. Él es la Palabra eterna con la que el Padre nos ha bendecido “siendo nosotros todavía pecadores” (Rm 5,8) dice san Pablo: Palabra hecha carne y ofrecida por nosotros en la cruz».[1]

2. Sostenido por una verdad tan grande y consoladora, este Dicasterio ha tomado en consideración algunas preguntas, tanto formales como informales, sobre la posibilidad de bendecir parejas del mismo sexo y sobre la posibilidad de ofrecer nuevas precisiones, a la luz de la actitud paterna y pastoral del Papa Francisco, sobre el Responsum ad dubium[2]formulado por la entonces Congregación para la Doctrina de la Fe y publicado el 22 de febrero de 2021.

3. Dicho Responsum ha suscitado no pocas y diferentes reacciones: algunos han acogido con beneplácito la claridad de este documento y su coherencia con la constante enseñanza de la Iglesia; otros no han compartido la respuesta negativa a la pregunta o no la han considerado suficientemente clara en su formulación o en las motivaciones expuestas en la Nota explicativa adjunta. Para salir al encuentro, con caridad fraterna, a estos últimos, parece oportuno retomar el tema y ofrecer una visión que componga con coherencia los aspectos doctrinales con aquellos pastorales, porque «todo adoctrinamiento ha de situarse en la actitud evangelizadora que despierte la adhesión del corazón con la cercanía, el amor y el testimonio».[3]

I. La bendición en el sacramento del matrimonio

4. La reciente respuesta del Santo Padre Francisco a la segunda de las cinco preguntas propuestas por dos Cardenales[4] ofrece la posibilidad de profundizar más en el tema, sobre todo en sus consecuencias de orden pastoral. Se trata de evitar que «se reconoce como matrimonio algo que no lo es».[5] Por lo tanto son inadmisibles ritos y oraciones que puedan crear confusión entre lo que es constitutivo del matrimonio, como «unión exclusiva, estable e indisoluble entre un varón y una mujer, naturalmente abierta a engendrar hijos»,[6] y lo que lo contradice. Esta convicción está fundada sobre la perenne doctrina católica del matrimonio. Solo en este contexto las relaciones sexuales encuentran su sentido natural, adecuado y plenamente humano. La doctrina de la Iglesia sobre este punto se mantiene firme.

5. Esta es también la comprensión del matrimonio ofrecida por el Evangelio. Por este motivo, a propósito de las bendiciones, la Iglesia tiene el derecho y el deber de evitar cualquier tipo de rito que pueda contradecir esta convicción o llevar a cualquier confusión. Tal es también el sentido del Responsum de la entonces Congregación para la Doctrina de la Fe donde se afirma que la Iglesia no tiene el poder de impartir la bendición a uniones entre personas del mismo sexo.

6. Hay que subrayar que, precisamente en el caso del rito del sacramento del matrimonio, no se trata de una bendición cualquiera, sino del gesto reservado al ministro ordenado. En este caso, la bendición del ministro ordenado está directamente conectada a la unión específica de un hombre y de una mujer que, con su consentimiento establecen una alianza exclusiva e indisoluble. Esto nos permite evidenciar mejor el riesgo de confundir una bendición, dada a cualquier otra unión, con el rito propio del sacramento del matrimonio.

II. El sentido de las distintas bendiciones

7. Por otra parte, la respuesta del Santo Padre, anteriormente mencionada, nos invita a hacer el esfuerzo de ampliar y enriquecer el sentido de las bendiciones.

8. Las bendiciones pueden considerarse entre los sacramentales más difundidos y en continua evolución. Ellas, de hecho, nos llevan a captar la presencia de Dios en todos los acontecimientos de la vida y recuerdan que, incluso cuando utiliza las cosas creadas, el ser humano está invitado a buscar a Dios, a amarle y a servirle fielmente.[7] Por este motivo, las bendiciones tienen por destinatarios las personas, los objetos de culto y de devoción, las imágenes sagradas, los lugares de vida, de trabajo y de sufrimiento, los frutos de la tierra y del trabajo humano, y todas las realidades creadas que remiten al Creador y que, con su belleza, lo alaban y bendicen.

El sentido litúrgico de los ritos de bendición

9. Desde un punto de vista estrictamente litúrgico, la bendición requiere que aquello que se bendice sea conforme a la voluntad de Dios manifestada en las enseñanzas de la Iglesia.

10. Las bendiciones se celebran, de hecho, en virtud de la fe y se ordenan a la alabanza de Dios y al provecho espiritual de su pueblo. Como explica el Ritual Romano, «para que esto se vea más claro, las fórmulas de bendición, según la antigua tradición, tienden como objetivo principal a glorificar a Dios por sus dones, impetrar sus beneficios y alejar del mundo el poder del maligno».[8] Por ello, se invita a quienes invocan la bendición de Dios a través de la Iglesia a intensificar «sus disposiciones internas en aquella fe para la cual nada hay imposible» y a confiar en «aquella caridad que apremia a guardar los mandamientos de Dios». [9] Por eso, mientras que por un lado «siempre y en todo lugar se nos ofrece la ocasión de alabar a Dios por Cristo en el Espíritu Santo, de invocarlo y darle gracias», por otra parte la preocupación es «que se trate de cosas, lugares o circunstancias que no contradigan la norma o el espíritu del Evangelio».[10] Esta es una comprensión litúrgica de las bendiciones, en cuanto se convierten en ritos propuestos oficialmente por la Iglesia.

11. Basándose en estas consideraciones, la Nota explicativa del citado Responsum de la entonces Congregación para la Doctrina de la Fe recuerda que cuando, con un rito litúrgico adecuado, se invoca una bendición sobre algunas relaciones humanas, lo que se bendice debe poder corresponder a los designios de Dios inscritos en la Creación y plenamente revelados por Cristo el Señor. Por ello, dado que la Iglesia siempre ha considerado moralmente lícitas sólo las relaciones sexuales que se viven dentro del matrimonio, no tiene potestad para conferir su bendición litúrgica cuando ésta, de alguna manera, puede ofrecer una forma de legitimidad moral a una unión que presume de ser un matrimonio o a una práctica sexual extramatrimonial. La sustancia de este pronunciamiento fue reiterada por el Santo Padre en su Respuestas a los Dubia de dos Cardenales.

12. Se debe también evitar el riesgo de reducir el sentido de las bendiciones solo a este punto de vista, porque nos llevaría a pretender, para una simple bendición, las mismas condiciones morales que se piden para la recepción de los sacramentos. Este riesgo exige que se amplíe más esta perspectiva. De hecho, existe el peligro que un gesto pastoral, tan querido y difundido, se someta a demasiados requisitos morales previos que, bajo la pretensión de control, podrían eclipsar la fuerza incondicional del amor de Dios en la que se basa el gesto de la bendición.

13. Precisamente a este respecto, el Papa Francisco nos instó a no «perder la caridad pastoral, que debe atravesar todas nuestras decisiones y actitudes» y a evitar ser «jueces que sólo niegan, rechazan, excluyen».[11] A continuación respondemos a su propuesta desarrollando una comprensión más amplia de las bendiciones.

Las bendiciones en la Sagrada Escritura

14. Para reflexionar sobre las bendiciones, recogiendo distintos puntos de vista, necesitamos dejarnos iluminar ante todo por la voz de la Sagrada Escritura.

15. «El Señor te bendiga y te proteja,ilumine su rostro sobre ti y te conceda su favor. El Señor te muestre su rostro y te conceda la paz» (Nm 6, 24-26). Esta “bendición sacerdotal” que encontramos en el Antiguo Testamento, precisamente en el libro de los Números, tiene un carácter “descendente” porque representa la invocación de la bendición que desde Dios desciende sobre el hombre: esta constituye uno de los textos más antiguos de bendición divina. Existe además un segundo tipo de bendición que encontramos en las páginas bíblicas, aquella que “sube” desde la tierra al cielo, hacia Dios. Bendecir equivale a alabar, celebrar, agradecer a Dios por su misericordia y fidelidad, por las maravillas que ha creado y por todo aquello que sucedió por su voluntad: «Bendice, alma mía, al Señor, y todo mi ser a su santo nombre» (Sal 103, 1).

16. A Dios que bendice, también nosotros respondemos bendiciendo. Melquisedec, rey de Salem, bendice a Abrán (cfr. Gen 14, 19); Rebecca es bendecida por sus familiares, poco antes de convertirse en la esposa de Isaac (cfr. Gen 24, 60), el cuál, a su vez, bendice su hijo Jacob (cfr. Gen 27, 27). Jacob bendice al faraón (cfr. Gen 47, 10), a sus nietos Efraín y Manasés (cfr. Gen 48, 20) y a todos sus doce hijos (cfr. Gen 49, 28). Moisés y Aarón bendicen a la comunidad (cfr. Ex 39, 43; Lev 9, 22). Los cabeza de familia bendicen los hijos con ocasión de los matrimonios, antes de emprender un viaje, en la cercanía de la muerte. Estas bendiciones aparecen como un don sobreabundante e incondicionado.

17. La bendición presente en el Nuevo Testamento conserva, sustancialmente, el mismo significado veterotestamentario. Encontramos el don divino que “desciende”, el agradecimiento del hombre que “asciende” y la bendición impartida del hombre que “se extiende” hacia sus iguales. Zacarías, tras haber recuperado el uso de la palabra, bendice al Señor por sus admirables obras (cfr. Lc 1, 64). El anciano Simeón, mientras tiene entre los brazos a Jesús recién nacido, bendice a Dios por haberle concedido la gracia de contemplar al Mesías salvador y luego bendice a sus padres María y José (cfr. Lc 2, 34). Jesús bendice al Padre, en el celebre himno de alabanza y de júbilo a Él dirigido: «Te doy gracias, Padre, Señor del cielo y de la tierra» (Mt 11, 25).

18. En continuidad con el Antiguo Testamento, la bendición en Jesús no es solo ascendente, en referencia al Padre, sino también descendente, vertida sobre los otros como gesto de gracia, protección y bondad. El propio Jesús llevó a cabo y promovió esta práctica. Por ejemplo, bendice a los niños: «Y tomándolos en brazos los bendecía imponiéndoles las manos» (Mc 10, 16). Y la historia terrenal de Jesús terminará precisamente con una bendición final reservada a los Once, poco antes de subir al Padre: «y, levantando sus manos, los bendijo. Y mientras los bendecía, se separó de ellos, y fue llevado hacia el cielo». La última imagen de Jesús en la tierra son sus manos alzadas, en el acto de bendecir.

19. En su misterio de amor, a través de Cristo, Dios comunica a su Iglesia el poder de bendecir. Concedida por Dios al ser humano y otorgada por estos al prójimo, la bendición se transforma en inclusión, solidaridad y pacificación. Es un mensaje positivo de consuelo, atención y aliento. La bendición expresa el abrazo misericordioso de Dios y la maternidad de la Iglesia que invita al fiel a tener los mismos sentimientos de Dios hacia sus propios hermanos y hermanas.

Una comprensión teológico-pastoral de las bendiciones

20. Quien pide una bendición se muestra necesitado de la presencia salvífica de Dios en su historia, y quien pide una bendición a la Iglesia reconoce a esta última como sacramento de la salvación que Dios ofrece. Buscar la bendición en la Iglesia es admitir que la vida eclesial brota de las entrañas de la misericordia de Dios y nos ayuda a seguir adelante, a vivir mejor, a responder a la voluntad del Señor.

21. Para ayudarnos a comprender el valor de un enfoque mayormente pastoral de las bendiciones, el Papa Francisco nos instó a contemplar, con actitud de fe y paternal misericordia, el hecho que «cuando se pide una bendición se está expresando un pedido de auxilio a Dios, un ruego para poder vivir mejor, una confianza en un Padre que puede ayudarnos a vivir mejor».[12] Esta petición debe ser, en todos los sentidos, valorada, acompañada y recibida con gratitud. Las personas que vienen espontáneamente a pedir una bendición muestran con esta petición su sincera apertura a la trascendencia, la confianza de su corazón que no se fía solo de sus propias fuerzas, su necesidad de Dios y el deseo de salir de las estrechas medidas de este mundo encerrado en sus límites.

22. Como nos enseña santa Teresa del Niño Jesús, más allá de esta confianza «no hay otro camino por donde podamos ser conducidos al Amor que todo lo da. Con la confianza, el manantial de la gracia desborda en nuestras vidas […]. La actitud más adecuada es depositar la confianza del corazón fuera de nosotros mismos: en la infinita misericordia de un Dios que ama sin límites […]. El pecado del mundo es inmenso, pero no es infinito. En cambio, el amor misericordioso del Redentor, este sí es infinito».[13]

23. Cuando estas expresiones de fe vienen consideradas fuera de un marco litúrgico, uno se encuentra en un ámbito de mayor espontaneidad y libertad, pero «la libertad frente a los ejercicios de piedad, no debe significar, por lo tanto, escasa consideración ni desprecio de los mismos. La vía a seguir es la de valorar correcta y sabiamente las no escasas riquezas de la piedad popular, las potencialidades que encierra».[14] Las bendiciones se convierten así en un recurso pastoral a valorar en lugar de un riesgo o un problema.

24. Consideradas desde el punto de vista de la pastoral popular, las bendiciones son valoradas como actos de devoción que «encuentran su lugar propio fuera de la celebración de la Eucaristía y de los otros sacramentos […]. El lenguaje, el ritmo, el desarrollo y los acentos teológicos de la piedad popular se diferencian de los correspondientes de las acciones litúrgicas». Por ésa misma razón «hay que evitar añadir modos propios de la “celebración litúrgica” a los ejercicios de piedad, que deben conservar su estilo, su simplicidad y su lenguaje característico».[15]

25. La Iglesia, también, debe evitar el apoyar su praxis pastoral en la rigidez de algunos esquemas doctrinales o disciplinares, sobre todo cuando dan «lugar a un elitismo narcisista y autoritario, donde en lugar de evangelizar lo que se hace es analizar y clasificar a los demás, y en lugar de facilitar el acceso a la gracia se gastan las energías en controlar».[16] Por lo tanto, cuando las personas invocan una bendición no se debería someter a un análisis moral exhaustivo como condición previa para poderla conferir. No se les debe pedir una perfección moral previa.

26. En esta perspectiva, la Respuestas del Santo Padre ayudan a profundizar mejor, desde el punto de vista pastoral, el pronunciamiento formulado por la entonces Congregación para la Doctrina de la Fe en el 2021, porqué invitan de hecho a un discernimiento en relación con la posibilidad de «formas de bendición, solicitadas por una o por varias personas, que no transmitan una concepción equivocada del matrimonio»[17] y que también tengan en cuenta el hecho que en situaciones moralmente inaceptables desde un punto de vista objetivo, «la misma caridad pastoral nos exige no tratar sin más de “pecadores” a otras personas cuya culpabilidad o responsabilidad pueden estar atenuadas por diversos factores que influyen en la imputabilidad subjetiva».[18]

27. En la catequesis citada al inicio de esta Declaración, el Papa Francisco propuso una descripción de este tipo de bendiciones que se ofrecen a todos, sin pedir nada. Vale la pena leer con corazón abierto estas palabras que nos ayudan a acoger el sentido pastoral de las bendiciones ofrecidas sin condiciones: «Es Dios que bendice. En las primeras páginas de la Biblia es un continuo repetirse de bendiciones. Dios bendice, pero también los hombres bendicen, y pronto se descubre que la bendición posee una fuerza especial, que acompaña para toda la vida a quien la recibe, y dispone el corazón del hombre a dejarse cambiar por Dios […]. Así nosotros para Dios somos más importantes que todos los pecados que nosotros podamos hacer, porque Él es padre, es madre, es amor puro, Él nos ha bendecido para siempre. Y no dejará nunca de bendecirnos. Una experiencia intensa es la de leer estos textos bíblicos de bendición en una prisión, o en un centro de desintoxicación. Hacer sentir a esas personas que permanecen bendecidas no obstante sus graves errores, que el Padre celeste sigue queriendo su bien y esperando que se abran finalmente al bien. Si incluso sus parientes más cercanos les han abandonado, porque ya les juzgan como irrecuperables, para Dios son siempre hijos».[19]

28. Existen diversas ocasiones en las cuales las personas se acercan espontáneamente a pedir una bendición, tanto en las peregrinaciones, en los santuarios y también en la calle cuando se encuentran con un sacerdote. Como ejemplo, podemos recurrir al libro litúrgico De Benedictionibus que prevé una serie de ritos de bendición para las personas: ancianos, enfermos, participantes en la catequesis o en un encuentro de oración, peregrinos, aquellos que inician un camino, grupos y asociaciones de voluntarios, etc. Tales bendiciones se dirigen a todos, ninguno puede ser excluido. En los preámbulos del Rito de bendición de los ancianos, por ejemplo, se afirma que el objetivo de esta bendición es «que los ancianos reciban de los hermanos un testimonio de respeto y de agradecimiento. Al mismo tiempo nosotros, junto con ellos, damos gracias a Dios por los beneficios que de e?l han recibido y por las buenas obras que han realizado con su ayuda».[20] En este caso, el objeto de la bendición es la persona del anciano, por quien y con quien se da gracias a Dios por el bien por él realizado y por los beneficios recibidos. A ninguno se puede impedir esta acción de gracias y cada uno, incluso si vive en situaciones no ordenadas al designio del Creador, posee elementos positivos por los cuales alabar al Señor.

29. Desde la perspectiva de la dimensión ascendente, cuando se toma conciencia de los dones del Señor y de su amor incondicional, incluso en situaciones de pecado, sobre todo cuando se escucha una oración, el corazón creyente eleva su alabanza y bendición a Dios. Esta forma de bendición no se impide a nadie. Todos – individualmente o en unión con otros – pueden elevar a Dios su alabanza y su gratitud.

30. Pero el sentido popular de las bendiciones incluye también el valor de la bendición descendente. Si «no es conveniente que una Diócesis, una Conferencia Episcopal o cualquier otra estructura eclesial habiliten constantemente y de modo oficial procedimientos o ritos para todo tipo de asuntos»,[21] la prudencia y la sabiduría pastoral pueden sugerir que, evitando formas graves de escándalo o confusión entre los fieles, el ministro ordenado se una a la oración de aquellas personas que, aunque estén en una unión que en modo alguno puede parangonarse al matrimonio, desean encomendarse al Señor y a su misericordia, invocar su ayuda, dejarse guiar hacia una mayor comprensión de su designio de amor y de vida.

III. Las bendiciones de parejas en situaciones irregulares y de parejas del mismo sexo

31. En el horizonte aquí delineado se coloca la posibilidad de bendiciones de parejas en situaciones irregulares y de parejas del mismo sexo, cuya forma no debe encontrar ninguna fijación ritual por parte de las autoridades eclesiásticas, para no producir confusión con la bendición propia del sacramento del matrimonio. En estos casos, se imparte una bendición que no sólo tiene un valor ascendente, sino que es también la invocación de una bendición descendente del mismo Dios sobre aquellos que, reconociéndose desamparados y necesitados de su ayuda, no pretenden la legitimidad de su propio status, sino que ruegan que todo lo que hay de verdadero, bueno y humanamente válido en sus vidas y relaciones, sea investido, santificado y elevado por la presencia del Espíritu Santo. Estas formas de bendición expresan una súplica a Dios para que conceda aquellas ayudas que provienen de los impulsos de su Espíritu – que la teología clásica llama “gracias actuales” – para que las relaciones humanas puedan madurar y crecer en la fidelidad al mensaje del Evangelio, liberarse de sus imperfecciones y fragilidades y expresarse en la dimensión siempre más grande del amor divino.

32. La gracia de Dios, de hecho, actúa en la vida de aquellos que no se consideran justos, sino que se reconocen humildemente pecadores como todos. Es capaz de dirigirlo todo según los designios misteriosos e imprevisibles de Dios. Por eso, con incansable sabiduría y maternidad, la Iglesia acoge a todos los que se acercan a Dios con corazón humilde, acompañándolos con aquellos auxilios espirituales que permiten a todos comprender y realizar plenamente la voluntad de Dios en su existencia.[22]

33. Es esta una bendición que, aunque no se incluya en un rito litúrgico,[23] une la oración de intercesión a la invocación de ayuda de Dios de aquellos que se dirigen humildemente a Él. ¡Dios no aleja nunca al que se acerca a Él! Al fin y al cabo, la bendición ofrece a las personas un medio para acrecentar su confianza en Dios. La petición de una bendición expresa y alimenta la apertura a la trascendencia, la piedad y la cercanía a Dios en mil circunstancias concretas de la vida, y esto no es poca cosa en el mundo en el que vivimos. Es una semilla del Espíritu Santo que hay que cuidar, no obstaculizar.

34. La misma liturgia de la Iglesia nos invita a esta actitud confiada, también en medio de nuestros pecados, falta de méritos, debilidades y confusiones como da testimonio esta bellísima oración colecta tomada del Misal Romano: «Dios todopoderoso y eterno, que con amor generoso desbordas los méritos y deseos de los que te suplican, derrama sobre nosotros tu misericordia, para que libres nuestra conciencia de toda inquietud y nos concedas aun aquello que no nos atrevemos a pedir» (XXVII Domingo del Tiempo Ordinario). Cuantas veces, de hecho, a través de una simple bendición del pastor, que en este gesto no pretende sancionar ni legitimar nada, las personas pueden experimentar la cercanía del Padre que desborda “los méritos y deseos”.

35. Por lo tanto, la sensibilidad pastoral de los ministros ordenados debería educarse, también, para realizar espontáneamente bendiciones que no se encuentran en el Bendicional.

36. En este sentido, es esencial acoger la preocupación del Papa, para que estas bendiciones no ritualizadas no dejen de ser un simple gesto que proporciona un medio eficaz para hacer crecer la confianza en Dios en las personas que la piden, evitando que se conviertan en un acto litúrgico o semi-litúrgico, semejante a un sacramento. Esto constituiría un grave empobrecimiento, porque sometería un gesto de gran valor en la piedad popular a un control excesivo, que privaría a los ministros de libertad y espontaneidad en el acompañamiento de la vida de las personas.

37. A este respecto, vienen a la mente las siguientes palabras, en parte ya citadas, del Santo Padre: «Las decisiones que, en determinadas circunstancias, pueden formar parte de la prudencia pastoral, no necesariamente deben convertirse en una norma. Es decir, no es conveniente que una Diócesis, una Conferencia Episcopal o cualquier otra estructura eclesial habiliten constantemente y de modo oficial procedimientos o ritos para todo tipo de asuntos […] El Derecho Canónico no debe ni puede abarcarlo todo, y tampoco deben pretenderlo las Conferencias Episcopales con sus documentos y protocolos variados, porque la vida de la Iglesia corre por muchos cauces además de los normativos».[24] Así el Papa Francisco ha recordado que «todo aquello que forma parte de un discernimiento práctico ante una situación particular no puede ser elevado a la categoría de una norma», porque esto «daría lugar a una casuística insoportable».[25]

38. Por esta razón, no se debe ni promover ni prever un ritual para las bendiciones de parejas en una situación irregular, pero no se debe tampoco impedir o prohibir la cercanía de la Iglesia a cada situación en la que se pida la ayuda de Dios a través de una simple bendición. En la oración breve que puede preceder esta bendición espontanea, el ministro ordenado podría pedir para ellos la paz, la salud, un espíritu de paciencia, diálogo y ayuda mutuos, pero también la luz y la fuerza de Dios para poder cumplir plenamente su voluntad.

39. De todos modos, precisamente para evitar cualquier forma de confusión o de escándalo, cuando la oración de bendición la solicite una pareja en situación irregular, aunque se confiera al margen de los ritos previstos por los libros litúrgicos, esta bendición nunca se realizará al mismo tiempo que los ritos civiles de unión, ni tampoco en conexión con ellos. Ni siquiera con las vestimentas, gestos o palabras propias de un matrimonio. Esto mismo se aplica cuando la bendición es solicitada por una pareja del mismo sexo.

40. En cambio, tal bendición puede encontrar su lugar en otros contextos, como la visita a un santuario, el encuentro con un sacerdote, la oración recitada en un grupo o durante una peregrinación. De hecho, mediante estas bendiciones, que se imparten no a través de las formas rituales propias de la liturgia, sino como expresión del corazón materno de la Iglesia, análogas a las que emanan del fondo de las entrañas de la piedad popular, no se pretende legitimar nada, sino sólo abrir la propia vida a Dios, pedir su ayuda para vivir mejor e invocar también al Espíritu Santo para que se vivan con mayor fidelidad los valores del Evangelio.

41. Lo que se ha dicho en la presente Declaración sobre las bendiciones de parejas del mismo sexo, es suficiente para orientar el discernimiento prudente y paterno de los ministros ordenados a este respecto. Por tanto, además de las indicaciones anteriores, no cabe esperar otras respuestas sobre cómo regular los detalles o los aspectos prácticos relativos a este tipo de bendiciones.[26]

IV. La Iglesia es el sacramento del amor infinito de Dios

42. La Iglesia continúa elevando aquellas oraciones y suplicas que Cristo mismo, con grandes gritos y lágrimas, ofreció en los días de su vida terrena (cfr. Heb 5, 7) y que por esto mismo gozan de una eficacia particular. De este modo, «la comunidad eclesial ejerce su verdadera función de conducir las almas a Cristo no sólo con la caridad, el ejemplo y los actos de penitencia, sino también con la oración».[27]

43. Así, la Iglesia es el sacramento del amor infinito de Dios. Por eso, cuando la relación con Dios está enturbiada por el pecado, siempre se puede pedir una bendición, acudiendo a Él, como hizo Pedro en la tormenta cuando clamó a Jesús: «Señor, sálvame» (Mt 14, 30). En algunas situaciones, desear y recibir una bendición puede ser el bien posible. El Papa Francisco nos recuerda que «un pequeño paso, en medio de grandes límites humanos, puede ser más agradable a Dios que la vida exteriormente correcta de quien transcurre sus días sin enfrentar importantes dificultades».[28] De este modo, «lo que resplandece es la belleza del amor salvífico de Dios manifestado en Jesucristo muerto y resucitado».[29]

44. Toda bendición será la ocasión para un renovado anuncio del kerygma, una invitación a acercarse siempre más al amor de Cristo. El Papa Benedicto XVI enseñaba: «La Iglesia, al igual que María, es mediadora de la bendición de Dios para el mundo: la recibe acogiendo a Jesús y la transmite llevando a Jesús. Él es la misericordia y la paz que el mundo por sí mismo no se puede dar y que necesita tanto o más que el pan».[30]

45. Teniendo en cuenta todo lo afirmado anteriormente, siguiendo la enseñanza autorizada del Santo Padre Francisco, este Dicasterio quiere finalmente recordar que «esta es la raíz de la mansedumbre cristiana, la capacidad de sentirse bendecidos y la capacidad de bendecir […]. Este mundo necesita bendición y nosotros podemos dar la bendición y recibir la bendición. El Padre nos ama. Y a nosotros nos queda tan solo la alegría de bendecirlo y la alegría de darle gracias, y de aprender de Él a no maldecir, sino bendecir».[31] De este modo, cada hermano y hermana podrán sentirse en la Iglesia siempre peregrinos, siempre suplicantes, siempre amados y, a pesar de todo, siempre bendecidos.

Fuente: https://www.cope.es/religion/hoy-en-dia/vaticano/noticias/vaticano-contempla-bendecir-parejas-homosexuales-irregulares-sin-equipararlas-matrimonio-20231218_3055505

miércoles, 12 de abril de 2023

Amén. Francisco responde. Documental de Disney +

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Aunque parezca increíble y haya hasta frases hechas en nuestro idioma para referirse a lo extraordinario de este caso, con una buena gestión de intermediarios y unos pocos medios audiovisuales, se puede organizar una audiencia con el mismísimo Papa. Esto es lo que ha conseguido Producciones del Barrio, que en una cita única ha reunido al Pontífice Francisco con un grupo de 10 jóvenes de entre 20 y 25 años de todo el mundo para tener una conversación sincera y directa a propósito de los temas que les preocupan. Ahora, bajo el título AMÉN. Francisco responde, esta charla se ha compendiado en un documental de 1h y 22 minutos que ve la luz el miércoles 5 de abril en Disney Plus+.

Dirigido por Jordi Évole (Salvados, Lo de Évole) y Màrius Sánchez, el documental AMÉN. Francisco responde es un hito periodístico pero también social. Supone un auténtico logro tener a la más alta institución eclesiástica en un ámbito cercano, rodeado de cámaras y en un encuentro que no pretende ser ni condescendiente ni especialmente favorecedor. Según han ido confirmado los directores en la fase promocional del proyecto, los jóvenes tuvieron total libertad para preguntar todas sus inquietudes sin cortapisas ni reediciones posteriores.


Descarga en: https://drive.google.com/file/d/1xs2u0q2FxBjp3B5z0VSYZG7khGAQNVXz/view

Transcripción de la entrevista realizada por nuestra compañera M. Jesús Mínguez. Gracias por tu tiempo y esfuerzo.




sábado, 31 de diciembre de 2022

Fallece Benedicto XVI, el Papa teólogo que abrió la Iglesia al siglo XXI

Muere Benedicto XVI, el Papa teólogo que abrió la Iglesia al siglo XXI 

El Papa emérito Benedicto XVI ha fallecido esta mañana en Roma, a las 9.34 h. después de unos días de agravamiento de su estado de salud. El cuerpo del Papa emérito Benedicto XVI será trasladado a la basílica de S. Pedro el próximo lunes, 2 de enero, para el saludo de los fieles.

Benedicto XVI nació en Alemania el 16 de abril de 1927. Su pontificado se desarrolló del 19 de abril de 2005 hasta el 28 de febrero de 2013, fecha en la que renunció al papado asumiendo el título de Papa emérito, con la intención de dedicarse a la oración y al retiro espiritual.​ Su renuncia fue anunciada por él mismo días antes, el 11 de febrero, en una decisión excepcional en la Historia de la Iglesia. A partir de ese momento vivió como papa emérito al lado de su sucesor, el papa Francisco, en el monasterio “Mater ecclesiae” del Vaticano.  

El papa Benedicto XVI dejó una profunda huella en los corazones de los católicos de toda España. Durante sus ocho años de pontificado, reconoció la labor de la Iglesia española y la alentó en su fe en numerosas ocasiones, con sus gestos, discursos, actos y visitas a nuestro país.

Proclamó santos y beatos españoles, reconociendo así, la vida y obra de sacerdotes, religiosos y laicos que defendieron su fe hasta las últimas consecuencias. Elevó a los altares a cinco santos españoles, además de aprobar las beatificaciones de más de medio millar, incluyendo a los 498 españoles mártires del siglo XX, y proclamar a san Juan de Ávila como Doctor de la Iglesia universal. Además, creó seis cardenales españoles en los cinco consistorios convocados en su mandato.

Asimismo, pisó suelo español en tres ocasiones: Valencia, Santiago y Barcelona, y Madrid. En estas visitas pudo encontrarse con los obispos españoles y una gran cantidad de fieles que le acompañaron en todos los recorridos, celebraciones y eucaristías, mostrándole una inmensa gratitud y afecto.

Los prelados españoles, después del viaje apostólico a Santiago y Barcelona, le mostraron su agradecimiento por su presencia entre nosotros con estas palabras: “ha sido un especial momento de gracia, del que esperamos frutos abundantes para la nueva evangelización”.

“La calurosa acogida –continuaban los obispos- que tantas personas ofrecieron al Papa en las calles y en los lugares habilitados para las celebraciones es una muestra del cariño que nuestro pueblo profesa a su persona, así como del aprecio por la luminosa y alentadora enseñanza con la que el Vicario de Cristo confirma en la fe a sus hermanos”.

Los tres viajes de Benedicto XVI a España

El papa Benedicto XVI acudió por vez primera a España con ocasión del  Encuentro Mundial de las Familias, que se celebró  en Valencia. El Papa participó en los actos finales, los días 8 y 9 de julio de 2005. Numerosas familias ofrecieron su testimonio de fe y el Santo Padre clausuró el encuentro con una eucaristía multitudinaria, en la explanada de la “Ciudad de las Artes y las Ciencias” de la ciudad del Turia.

Cinco años más tarde, los días 6 y 7 de noviembre de 2010, el Santo Padre regresó a nuestro país, en esta ocasión para visitar Santiago de Compostela, con motivo del año Jacobeo, así como Barcelona, para la consagración del templo de la Sagrada Familia, que a partir de ese momento se abrió al culto.

La vigilia de Cuatro vientos, en la JMJ Madrid 2011

Del 18 al 21 de agosto de 2011, Benedicto XVI visitó Madrid con motivo de la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ-2011). Muchos fueron los momentos inolvidables: el encuentro con jóvenes religiosas, que le aclamaban con una alegría desbordante, en El Escorial, tuvo lugar el 19 de agosto.

Asimismo, el 20 de agosto de 2011 quedó marcado también en el recuerdo de numerosos católicos españoles. Más de un millón de jóvenes acompañaban a Benedicto XVI en la vigilia de la JMJ de Madrid, en el aeródromo de Cuatro Vientos.

Benedicto XVI, soportando una fuerte lluvia y tras rechazar el consejo de sus colaboradores que lo instaban a retirarse, se quedó en el altar, con una gran sonrisa en el rostro.

Después de un silencio atronador, agradeció a los allí presentes “por esa alegría y resistencia. Vuestra fuerza es mayor que la lluvia”.

“Queridos jóvenes hemos vivido una aventura juntos. Han resistido firmes en la lluvia”. “Igual que esta noche, con Cristo podréis afrontar las pruebas de la vida, no lo olvidéis”, afirmó Benedicto XVI en su discurso de despedida.

La mayor beatificación en la historia de la Iglesia: 498 españoles «mártires del siglo XX«

En 2007, concretamente el 28 de octubre, Benedicto XVI aprobó la mayor beatificación que ha tenido lugar en la historia de la Iglesia.

En ella, 498 españoles fueron proclamados beatos al ser considerados «mártires de la persecución religiosa en España en el siglo XX».

Un tapiz de gran tamaño con la foto de todos los beatos fue descubierto en el balcón de la logia central de la basílica vaticana. Las beatificaciones se celebraron en la plaza de San Pedro en una ceremonia presidida por el cardenal el cardenal José Saraiva Martins, prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos, en representación del papa Benedicto XVI.

San Juan de Ávila, Doctor de la Iglesia

Otros de los hitos de su pontificado para la Iglesia española fue la proclamación de san Juan de Ávila como Doctor de la Iglesia universal, el 7 de octubre de 2012. La solemne ceremonia fue presidida por Benedicto XVI y se celebró también en la plaza de San Pedro, en el Vaticano.

Benedicto XVI realizó este importante anuncio en la JMJ de Madrid 2011, durante la eucaristía con los seminaristas en la catedral de la Almudena.

¡Gracias, Santo Padre!

Por todo ello, en momentos dolorosos pero con la esperanza en la Resurrección, volvemos a recordar las palabras de los obispos españoles, quienes afirmaron que “las luminosas y alentadoras enseñanzas del Papa Benedicto XVI” confirman en la fe a sus hermanos. Nos unimos en oración a toda la Iglesia universal.

Fuente:  https://www.conferenciaepiscopal.es/fallece-benedicto-xvi/

Muere Benedicto XVI, el Papa teólogo que abrió la Iglesia al siglo XXI

El Papa emérito Benedicto XVI ha fallecido este sábado a las 9.34h en la residencia Mater Eclesiae, monasterio de la Ciudad del Vaticano donde residía tras su renuncia en 2013. Ratzinger, que había empeorado su estado de salud desde que el día 25 de diciembre se agravara una crisis respiratoria, ha partido a la casa del Padre tras días de enfermedad y a los 95 años.

Benedicto XVI ha sido el 256º Papa de la Iglesia católica y séptimo soberano de Ciudad del Vaticano. Joseph Ratzinger, accedió al papado en 2005 tras la muerte de Juan Pablo II y en febrero de 2013 anunció su retirada. La decisión de Benedicto XVI de dejar el papado de Roma es todo un hito, ya que se considera el único papa que deja el cargo de manera voluntaria.

Una foración cristiana, humana y cultural

El cardenal Joseph Ratzinger, Papa Benedicto XVI, nació en Marktl am Inn, diócesis de Passau (Alemania), el 16 de abril de 1927 (Sábado santo), y fue bautizado ese mismo día. Su padre, comisario de la gendarmería, provenía de una antigua familia de agricultores de la Baja Baviera, de condiciones económicas más bien modestas. Su madre era hija de artesanos de Rimsting, en el lago Chiem, y antes de casarse trabajó de cocinera en varios hoteles. Pasó su infancia y su adolescencia en Traunstein, una pequeña localidad cerca de la frontera con Austria, a treinta kilómetros de Salzburgo. En ese marco, que él mismo ha definido "mozartiano", recibió su formación cristiana, humana y cultural.

El período de su juventud no fue fácil. La fe y la educación de su familia lo preparó para afrontar la dura experiencia de esos tiempos, en los que el régimen nazi mantenía un clima de fuerte hostilidad contra la Iglesia católica. El joven Joseph vio cómo los nazis golpeaban al párroco antes de la celebración de la santa misa. Precisamente en esa compleja situación, descubrió la belleza y la verdad de la fe en Cristo; para ello fue fundamental la actitud de su familia, que siempre dio un claro testimonio de bondad y esperanza, arraigada en la pertenencia consciente a la Iglesia.

Sacerdote desde 1951

En los últimos meses de la segunda guerra mundial fue enrolado en los servicios auxiliares antiaéreos. De 1946 a 1951 estudió filosofía y teología en la Escuela superior de filosofía y teología de Freising y en la universidad de Munich. Recibió la ordenación sacerdotal el 29 de junio de 1951. Un año después, inició su actividad de profesor en la Escuela superior de Freising.

En el año 1953 se doctoró en teología con la tesis: "Pueblo y casa de Dios en la doctrina de la Iglesia de san Agustín". Cuatro años más tarde, bajo la dirección del conocido profesor de teología fundamental Gottlieb Söhngen, obtuvo la habilitación para la enseñanza con una disertación sobre: "La teología de la historia de san Buenaventura". Tras ejercer el cargo de profesor de teología dogmática y fundamental en la Escuela superior de filosofía y teología de Freising, prosiguió su actividad de enseñanza en Bonn, de 1959 a 1963; en Münster, de 1963 a 1966; y en Tubinga, de 1966 a 1969. En este último año pasó a ser catedrático de dogmática e historia del dogma en la Universidad de Ratisbona, donde ocupó también el cargo de vicepresidente de la Universidad.

Consultor teológico del cardenal Joseph Frings, arzobispo de Colonia

De 1962 a 1965 dio una notable contribución al concilio Vaticano II como "experto"; acudió como consultor teológico del cardenal Joseph Frings, arzobispo de Colonia. Su intensa actividad científica lo llevó a desempeñar importantes cargos al servicio de la Conferencia episcopal alemana y en la Comisión teológica internacional. En 1972, juntamente con Hans Urs von Balthasar, Henri de Lubac y otros grandes teólogos, inició la revista de teología "Communio".

El 25 de marzo de 1977, el Papa Pablo VI lo nombró arzobispo de Munich y Freising. El 28 de mayo sucesivo recibió la consagración episcopal. Fue el primer sacerdote diocesano, después de 80 años, que asumió el gobierno pastoral de la gran archidiócesis bávara. Escogió como lema episcopal: "Colaborador de la verdad".

Él mismo explicó: "Por un lado, me parecía que esa era la relación entre mi tarea previa como profesor y mi nueva misión. A pesar de los diferentes modos, lo que estaba en juego y seguía estándolo era seguir la verdad, estar a su servicio. Y, por otro, escogí ese lema porque en el mundo de hoy el tema de la verdad se omite casi totalmente, pues parece algo demasiado grande para el hombre y, sin embargo, todo se desmorona si falta la verdad". Pablo VI lo creó cardenal, del título presbiteral de Santa María de la Consolación en Tiburtino, en el consistorio del 27 de junio de ese mismo año.

Relator en la V Asamblea general ordinaria del Sínodo de los obispos

En 1978 participó en el Cónclave, celebrado del 25 al 26 de agosto, que eligió a Juan Pablo I, el cual lo nombró enviado especial suyo al III Congreso mariológico internacional, celebrado en Guayaquil (Ecuador), del 16 al 24 de septiembre. En el mes de octubre de ese mismo año participó también en el Cónclave que eligió a Juan Pablo II. Actuó de relator en la V Asamblea general ordinaria del Sínodo de los obispos, celebrada en 1980, sobre el tema: "Misión de la familia cristiana en el mundo contemporáneo", y presidente delegado de la VI Asamblea general ordinaria, celebrada en 1983, sobre "La reconciliación y la penitencia en la misión de la Iglesia".

Juan Pablo II lo nombró prefecto de la Congregación para la doctrina de la fe, y presidente de la Pontificia Comisión bíblica y de la Comisión teológica internacional el 25 de noviembre de 1981. El 15 de febrero de 1982 renunció al gobierno pastoral de la arquidiócesis de Munich y Freising. Lo elevó al orden de los obispos, asignándole la sede suburbicaria de Velletri-Segni, el 5 de abril de 1993.

Fue presidente de la comisión para la preparación del Catecismo de la Iglesia católica, que, después de seis años de trabajo (1986-1992), presentó al Santo Padre el nuevo Catecismo. El Santo Padre, el 6 de noviembre de 1998, aprobó la elección del cardenal Ratzinger como vicedecano del Colegio cardenalicio, realizada por los cardenales del orden de los obispos. Y el 30 de noviembre de 2002, aprobó su elección como decano; con dicho cargo le fue asignada, además, la sede suburbicaria de Ostia.

En 1999 fue enviado especial del Papa a las celebraciones con ocasión del XII centenario de la creación de la diócesis de Paderborn, Alemania, que tuvieron lugar el 3 de enero. Desde el 13 de noviembre de 2000 era Académico honorario de la Academia pontificia de ciencias.

En la Curia romana, fue miembro del Consejo de la Secretaría de Estado para las Relaciones con los Estados; de las Congregaciones para las Iglesias orientales, para el culto divino y la disciplina de los sacramentos, para los obispos, para la evangelización de los pueblos, para la educación católica, para el clero y para las causas de los santos; de los Consejos pontificios para la promoción de la unidad de los cristianos y para la cultura; del Tribunal supremo de la Signatura apostólica; y de las Comisiones pontificias para América Latina, "Ecclesia Dei", para la interpretación auténtica del Código de derecho canónico y para la revisión del Código de derecho canónico oriental.

Publicaciones

Entre sus numerosas publicaciones ocupa un lugar destacado el libro: "Introducción al Cristianismo", recopilación de lecciones universitarias publicadas en 1968 sobre la profesión de fe apostólica; "Dogma y revelación" (1973), antología de ensayos, predicaciones y reflexiones, dedicadas a la pastoral.

Obtuvo gran resonancia el discurso que pronunció ante la Academia católica bávara sobre el tema "¿Por qué sigo aún en la Iglesia?", en el que, con su habitual claridad, afirmó: "Sólo en la Iglesia es posible ser cristiano y no al lado de la Iglesia".

La serie de sus publicaciones prosiguió abundante en el decurso de los años, constituyendo un punto de referencia para muchas personas, especialmente para los que querían profundizar en el estudio de la teología. En 1985 publicó el libro-entrevista "Informe sobre la fe" y, en 1996, "La sal de la tierra". Asimismo, con ocasión de su 70° cumpleaños, se publicó el libro: "En la escuela de la verdad", en el que varios autores ilustran diversos aspectos de su personalidad y su obra.

Ha recibido numerosos doctorados "honoris causa" por el College of St. Thomas in St. Paul (Minnesota, Estados Unidos), en 1984; por la Universidad católica de Eichstätt, en 1985; por la Universidad católica de Lima, en 1986; por la Universidad católica de Lublin, en 1988; por la Universidad de Navarra (Pamplona, España), en 1998; por la Libre Universidad María Santísima Asunta (LUMSA) Roma, en 1999; por la Facultad de teología de la Universidad de Wroclaw (Polonia) en 2000.

jueves, 29 de diciembre de 2022

La Santa Sede sobre el estado de Benedicto XVI: "En las últimas horas se ha producido un agravamiento"

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En cuanto a las condiciones de salud del Papa emérito, por quien el Papa Francisco pidió oración al final de la audiencia general de esta mañana, puedo confirmar que en las últimas horas se ha producido un agravamiento por el avance de la edad". Así lo ha confirmado el director de la Oficina de Prensa de la Santa Sede, Matteo Bruni,que ha asegurado que "la situación por el momento sigue bajo control, seguida constantemente por los médicos".

La comunicación ha venido tras el anuncio del Papa Francisco durante la audiencia general de este 28 de diciembre, cuando al final de la misma, y de manera imposivisada, del empeoramiento del estado de salud del Papa emérito. "Me gustaría pedir a todos ustedes una oración especial por el Papa emérito Benedicto, que en el silencio está sosteniendo a la Iglesia. Recordémoslo: está muy enfermo, pidámosle al Señor que lo consuele y lo sostenga en este testimonio de amor hasta el final".

De hecho, al final de la audiencia general, el Papa Francisco se ha dirigido al monasterio Mater Ecclesiae para visitar a Benedicto XVI.

Con los nuevos cardenales

La última aparición oficial de Benedicto XVI fue el 27 de agosto, cuando Francisco cumplió con la tradición de presentar a los nuevos cardenales a su predecesor. Los purpurados se desplazaron al monasterio nada más concluir la ceremonia. Los nuevos miembros del colegio cardenalicio fueron bendecidos por Benedicto XVI en la capilla del monasterio. Tal y como informaron los medios vaticanos entonces, la cita se redujo a un “breve saludo” y al rezo comunitario de la oración mariana de la la Salve Regina.

Desde entonces, el papa emérito tiene más restringidas las visitas. “Es demasiado agotador para él”, afirmó Georg Gänswein, su secretario personal, a la petición de sus antiguos alumnos del Nuevo Círculo de Estudiantes de Joseph Ratzinger, que este año no visitaron a Benedicto XVI durante su encuentro anual en Roma el 24 de septiembre.

Ya el pasado 4 de julio, Gänswein habló del estado de salud del papa emérito durante su participación en un encuentro organizado por la Fundación Joseph Ratzinger – Papa Benedicto XVI. “El papa emérito se ha convertido en un hombre muy anciano, físicamente frágil, pero cuya mente y ojos, gracias a Dios, todavía están despiertos y brillantes”, aseguró, incidiendo en que, si bien “los últimos años han agotado sus fuerzas”, Benedicto XVI “mantiene intacto su humor”.

Fuente: https://www.cope.es/religion/hoy-en-dia/vaticano/benedicto-xvi/noticias/santa-sede-sobre-estado-benedicto-xvi-las-ultimas-horas-producido-agravamiento-20221228_2470694

lunes, 2 de mayo de 2022

2022-05-08 Pasatiempos Religiosos para esta semana

Nuestro compañero Evaristo Fernández Viejo, incansable elaborando pasatiempos religiosos para cada semana, nos envía los últimos que ha confeccionado:

Descargar Pasatiempos Religiosos para esta semana de Pascua y Juan Pablo II

Para su descarga, cliquear en el segundo icono de la parte superior derecha de la ventana del navegador:

 
Otros pasatiempos y muchos más juegos, cliqueando aquí.

lunes, 21 de marzo de 2022

Pío VII, el papa al que Napoleón secuestró

Película: El marqués del grillo (1981)

La Iglesia y los grandes poderes nunca se han llevado bien. Los Estados Pontificios siempre fueron un lugar de conflicto. En 1797 Pío VI fue detenido y deportado a Francia por revolucionarios franceses. Allí moriría tres años más tarde y Napoleón también tuvo sus idas y venidas, sus conflictos con el Sucesor de Pedro.

Napoleón quiso extenderse por toda Europa, quiso crear un imperio que no tuviera fin y se vio como el gran emperador todopoderoso de Europa. Todo tenía que estar bajo su control y bajo su mando. Y entre ellos el nuevo Papa: Pío VII.

Al comienzo quiso ser un aliado de Roma. No quería actuar como los revolucionarios sino llegar a un acuerdo con los Estados Pontificios. Se firmó un concordato y con él se pensaba que se apaciguarían los ánimos. Napoleón no obstante siguió con sus planes y para él el Pontificado era un simple peón en su estrategia militar.

Quiso humillar al Papa Pío VII. Lo primero que hizo fue obligarle a acudir a París a su coronación. Aquí se constatan dos versiones: la primera habla de cómo Napoleón tenía una sorpresa preparada para el Papa: Se coronaría a sí mismo. La segunda que fue el Papa quien en un acto de dignidad se negó y sólo hizo una bendición «a desgana».

En 1808 las tensiones irían en aumento. Las tropas del emperador entraron en la Ciudad Eterna y el Papa se retiró al Quirinal. Napoleón consiguió anexionarse parte del territorio. Pero Napoleón querías más.

En 1809 decretó la anexión del resto de territorios y dejaba al Pontífice quedarse en su residencia en Roma. Pío VII realizó la mayor condena que puede realizar la Iglesia: Excomulgó al emperador. Algunos dirán que no fue directamente una excomunión porque no citaba el nombre del Pontífice. No hacía falta. La bula Quam memorandum, era muy clara: “excomulgaba a los ladrones del patrimonio de San Pedro”.

Las tensiones y las relaciones terminaron por romperse y Napoleón decidió arrestar al Papa. Entraron en el Quirinal y Pío VII no opuso resistencia. En ese momento el Papa diría las más famosa frase de su Pontificado. Le preguntaron si renunciaba a los Estados Pontificios y retiraba la excomunión. La respuesta fue tajante: “Non possiamo, non dobbiamo, non vogliamo” (No podemos, no debemos, no queremos).

Si le interesa ver películas religiosas completas puede visitar el canal "cine religioso";

https://www.youtube.com/channel/UCAM5...

viernes, 25 de febrero de 2022

Mensaje del Papa para la Cuaresma: “No nos cansemos de hacer el bien”

No nos cansemos de orar. 

Francisco exhorta a meditar asiduamente la Palabra de Dios, para fortalecer la vida cristiana como “colaboradores de Dios” haciendo el bien con la oración, el ayuno y la caridad.

Johan Pacheco – Ciudad del Vaticano

«No nos cansemos de hacer el bien, porque, si no desfallecemos, cosecharemos los frutos a su debido tiempo. Por tanto, mientras tenemos la oportunidad (kairós), hagamos el bien a todos» (Ga 6,9-10a), es la cita bíblica del apóstol Pablo que medita el Papa Francisco en su mensaje para el tiempo litúrgico de la Cuaresma de este año.

El Santo Padre inicia su mensaje recordando que “la Cuaresma es un tiempo favorable para la renovación personal y comunitaria que nos conduce hacia la Pascua de Jesucristo muerto y resucitado”.

Leer: MENSAJE DEL SANTO PADRE FRANCISCO PARA LA CUARESMA 2022

Siembra y Cosecha

“¿Qué es para nosotros este tiempo favorable?”, se pregunta el Papa en la meditación. Respondiendo luego que “ciertamente, la Cuaresma es un tiempo favorable, pero también lo es toda nuestra existencia terrena, de la cual la Cuaresma es de alguna manera una imagen”.

Lamenta el Pontífice que “con demasiada frecuencia prevalecen en nuestra vida la avidez y la soberbia, el deseo de tener, de acumular y de consumir, como muestra la parábola evangélica del hombre necio, que consideraba que su vida era segura y feliz porque había acumulado una gran cosecha en sus graneros (cf. Lc 12,16-21)”.

Por ello invita a escuchar asiduamente la Palabra de Dios, para responder al don de Dios de ser sus colaboradores obrando el bien.   

“La escucha asidua de la Palabra de Dios nos hace madurar una docilidad que nos dispone a acoger su obra en nosotros (cf. St 1,21), que hace fecunda nuestra vida. Si esto ya es un motivo de alegría, aún más grande es la llamada a ser «colaboradores de Dios» (1 Co 3,9), utilizando bien el tiempo presente (cf. Ef 5,16) para sembrar también nosotros obrando el bien”, dijo.

«No nos cansemos de hacer el bien»

En el segundo apartado del mensaje para la Cuaresma 2022, el Papa exhorta a que “no nos cansemos de hacer el bien” (Ga 6,9), de manera especial a través de la práctica cristianas de la oración, el ayuno y la caridad.

“No nos cansemos de orar. Jesús nos ha enseñado que es necesario «orar siempre sin desanimarse» (Lc 18,1). Necesitamos orar porque necesitamos a Dios. Pensar que nos bastamos a nosotros mismos es una ilusión peligrosa”, afirma el Papa.

También invita al “ayuno corporal que la Iglesia nos pide en Cuaresma”, para que “fortalezca nuestro espíritu para la lucha contra el pecado”.

Exhortando luego a recibir la gracia del perdón “en el sacramento de la Penitencia y la Reconciliación, sabiendo que Dios nunca se cansa de perdonar”.

Y pide “hacer el bien en la caridad activa hacia el prójimo”, durante la Cuaresma dando con alegría (cf. 2 Co 9,7).

«Si no desfallecemos, a su tiempo cosecharemos»

Al utilizar la imagen del sembrado en la cita bíblica de san Pablo (Ga 6,9-10a), invita el Papa a pedir “a Dios la paciente constancia del agricultor (cf. St 5,7) para no desistir en hacer el bien, un paso tras otro. Quien caiga tienda la mano al Padre, que siempre nos vuelve a levantar. Quien se encuentre perdido, engañado por las seducciones del maligno, que no tarde en volver a Él, que es rico en perdón”.

Concluye resumiendo Francisco: “el ayuno prepara el terreno, la oración riega, la caridad fecunda”.

Fuente: https://www.vaticannews.va/es/papa/news/2022-02/mensaje-del-papa-francisco-para-la-cuaresma-2022.html

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