Esta "guía para ver La
pasión" es una obra de Tom Allen, Presidente de CatholicExchange.com. La han compartido en redes sociales y desconozco su URL para realizar la referencia.
1) ¿Qué significa la palabra
"Pasión" en relación con esta película?
«Pasión» significa «agonía» o
«sufrimiento». La «Pasión de Cristo» se entiende generalmente que empieza con
la última comida que Jesús tuvo con sus doce apóstoles (la Última Cena);
continúa con su agonía y apresamiento en el Huerto de Getsemaní, su juicio ante
Poncio Pilato, su azotamiento en la columna, su carga de la cruz, y termina con
su crucifixión y muerte. La película solamente cubre estas horas finales de la
vida de Jesús.
2) ¿Dónde tiene lugar la escena
inicial de la película?
En el Huerto de Getsemaní, que está
situado justo a las afueras de las murallas de Jerusalén al pie del Monte de
los Olivos. Hay varios olivos hoy en este huerto que tienen más de 3000 años,
por tanto existieron en tiempos de Jesús, y pueden haber sido los árboles bajo
los cuales Él rezó. El Huerto de Getsemaní es uno de los lugares más visitados
de Tierra Santa.
3) Los cristianos hablan de la
«agonía de Jesús en el Huerto». ¿Qué significa esta expresión y cuál es su
sentido?
Los cristianos entienden que la
oración de Jesús en el Huerto de Getsemaní es un dolor intenso espiritual,
emocional e incluso físico. La creencia general es que Jesús, al que todos los
cristianos profesan como Dios encarnado, entendió el sufrimiento profundo -o
agonía- que pronto viviría y, como cualquier ser humano, fue atormentado por
este pensamiento. Dijo a los tres discípulos que estaban con Él: «Mi alma está
triste hasta la muerte» y oró al Padre que «si es posible pase de mí este
cáliz, pero no se haga mi voluntad, sino la tuya» (Mt 26, 38.39).
4) ¿Qué significan las palabras
«Dios encarnado» en relación con Jesús?
Encarnado significa que ha tomado
carne. Los cristianos creen que Dios, en un momento concreto en el tiempo
(cuatro años aproximadamente a.C.), tomó una carne humana (no solamente un
cuerpo, sino también un alma). Era una naturaleza humana real y completa, no
sólo una apariencia humana, ni una máscara, ni un «vestido». Este es el
misterio de la Encarnación y la razón por la que los cristianos dan tanto
énfasis a la celebración de la Navidad y, de modo creciente, a la Anunciación,
momento en el que Dios se hizo hombre y fue concebido en el seno de María (cf.
Lc 1, 26-38).
5) Ante de que sigamos adelante,
¿hay una evidencia seria de que Jesús existió realmente y de que los
acontecimientos relatados en la película ocurrieron realmente?
Sí, hay una evidencia grande de que
Jesús existió realmente y de que los acontecimientos referidos en la película
sucedieron históricamente. Ningún historiador serio, ni siquiera el más
profano, duda de la existencia de Jesús. Hay varias fuentes profanas que testifican
la existencia de Jesús y corroboran muchos de los acontecimientos descritos en
la Biblia. Con todo, la fuente primaria de evidencia, es la Biblia misma, el
libro más grande y más cuidadosamente examinado en la historia de la humanidad.
6) ¿Cómo puede ser históricamente
exacto el Nuevo Testamento cuando habla de la Pasión? ¿No fue escrito mucho
después de estos acontecimientos?
Los primeros libros del Nuevo
Testamento (la parte de la Biblia sobre la vida de Jesús y el comienzo de la
Iglesia) fueron escritos probablemente menos de veinte años después de la
muerte y resurrección de Jesús. Estos libros son las cartas de san Pablo y
fueron escritos a las Iglesias que ya habían escuchado básicamente la historia
de la Pasión y resurrección de Jesús. La información de estas cartas refleja
que Pablo y sus oyentes compartían la conciencia de los mismos datos que
encontramos en los evangelios (porque todavía no habían sido escritos).
Pablo sabe que Jesús es un judío de
la estirpe del rey David (Rm 1,3); que Juan Bautista era su predecesor y que
había desaprobado cualquier pretensión sobre su propio mesianismo (Hch 13,
24-25); que sus discípulos principales eran Pedro, Santiago y Juan (Ga 2,9);
que había predicho su vuelta «como un ladrón (1Ts 5,4); que había instituido la
Eucaristía (1Co 11, 23-25); que había sido rechazado por los líderes judíos
(1Ts 2, 15), juzgado por Poncio Pilato (1Tm 6, 13) y crucificado por nosotros
(Ga 3,1); que fue puesto en un sepulcro (Hch 13, 29), que resucitó de entre los
muertos y fue visto por muchos testigos (1Co 15,3-8), y que subió al cielo (Ef
4, 9-10). ¿Cómo sabe Pablo todo esto? Más o menos del mismo modo que tú sabes
sobre la presidencia de Ronald Regan o sobre John Lennon: porque veinte años no
es tanto tiempo y todavía hay muchos testigos alrededor a los que Pablo conoce
personalmente.
En efecto, san Pablo, al escribir a
la Iglesia en Corinto, dice claramente que hubo más de 500 testigos oculares de
Cristo resucitado y que la gran mayoría de ellos todavía vivían cuando él escribe
(al final de la década de los 50). Y, por supuesto, Pablo mismo había visto a
Cristo resucitado.
Los evangelios fueron escritos un
poco más tarde que las cartas de Pablo, en los años 60 y 70. Tres de ellos son
el fruto de testigos de los acontecimientos (Mateo, Marcos y Juan). Lucas fue
escrito por un hombre que era compañero cercano de Pablo y que tuvo múltiples
oportunidades de escuchar el testimonio de gente que estaba presente a los
acontecimientos registrados en su evangelio. ¿Encontrarías tú difícil de creer
que alguien que no estaba presente en los acontecimientos, escribiendo hoy,
pudiera ofrecer un relato exacto sobre la administración del Presidente
Kennedy, basado en diversas fuentes escritas y en entrevistas con testigos
oculares?
Brevemente, los evangelios son
relatos mucho más fiables de los acontecimientos de ministerio de Cristo,
escritos muy cercanamente a los acontecimientos reales. Más aún, se corroboran
recíprocamente con notable extensión, al tiempo que conservan el tipo de diferencias
de énfasis que uno podría esperar en testimonios oculares reales.
7) Así pues, ¿conocía Jesús, en el
Huerto, que iba a morir?
Sí. Puesto que Jesús es el Dios que
todo lo conoce, Él sabía que iba a morir. Pero, porque era plenamente hombre
también, sufrió una angustia terrible que anticipaba la tortura y la muerte que
iba a padecer. Tú y yo, como seres humanos, poseemos una naturaleza humana. En
cambio, Jesús, como Dios encarnado, posee dos naturalezas: la humana y la
divina. Por tanto, en su naturaleza divina sabía cosas que sólo Dios podría
saber; en su naturaleza humana experimentó todo como nosotros, excepto el
pecado. Tuvo hambre, tuvo sed y sintió dolor.
8) Como inciso, ¿por qué emplea
preponderantemente la palabra «Él» cuando se refiere a Jesús?
Para mostrar respeto hacia Jesús
como persona divina, como Dios, Creador del universo.
9) ¿Sudó sangre Jesús realmente
durante su agonía?
Según san Lucas, eso parece lo que
sucedió: «Y sumido en agonía, insistía más en su oración. Su sudor se hizo como
gotas espesas de sangre que caían en tierra» (Lc 22 43-44). Semejante fenómeno
(conocido como hematoidrosis) no es desconocido para la ciencia médica y cosas
parecidas se han registrado de otra gente en momentos de extremo estrés mental,
emocional y físico. Jesús, en angustia por lo que sabía que iba a suceder, sin
embargo rezaba para que se cumpliera la voluntad de su Padre. Pero Él era un
ser humano real. Por eso experimentó el dolor emocional de todos los pecados
-pasados, presentes y futuros-, de todo el mundo y el peso de estas
transgresiones era tan profundo que pudo muy bien haber sudado sangre.
10) En la escena del Huerto de
Getsemaní, poco antes de que los soldados lleguen para arrestarle, oímos que
Jesús dice las palabras «Padre, si es posible, pase de mí esta copa». ¿Qué
significa esto?
En su humanidad, Jesús estaba
pidiendo a Dios Padre si podía evitar la cruz que pronto debía abrazar. La
«copa» era la copa del sufrimiento y muerte amargos. En efecto, cuando la gente
más tarde discuta que Jesús no era plenamente hombre, este texto será esgrimido
como prueba de que Él tenía una voluntad humana; los seres humanos desean
naturalmente evitar el dolor y la muerte. Sin embargo, como Dios, Jesús sabía
que no había vuelta atrás; no había otro camino para reconciliar con Dios a la
humanidad caída. Tenía que asumir una deuda que el género humano nunca podría
pagar. Como acto de supremo amor entregaría su vida por sus amigos: nosotros.
La Biblia nos dice que Jesús asintió a este plan de redención («no como yo quiero,
sino como Tú quieres») y que Dios Padre envió ángeles para consolarle en su
agonía.
11) ¿Por qué Dios Padre requirió que
Jesús tomara sobre sí semejante y tremendo sufrimiento físico y emocional?
Dios no es un Padre severo y
autoritario que requiera el sufrimiento de su Hijo. Los seres humanos crearon
libremente un muro entre ellos mismos y Dios mediante siglos de orgullo,
desobediencia y egoísmo. Jesús libremente vino al mundo para llevar a cabo un
acto de tan intensa humildad, obediencia y amor que aboliría el muro (Jn
10,18). Las fuerzas del pecado humano y la furia demoníaca colaboraron para
arrojar sobre Jesús todo castigo y tortura posible con el fin de hacerle
desistir de su misión. Pero al hacer esto, involuntariamente, probaron la perfección
de su amor y suministraron a Jesús la Cruz, único instrumento de salvación.
12) La película muestra a otros tres
hombres con Jesús en el Huerto. ¿Quiénes son?
Son Pedro, Santiago y Juan,
presumiblemente los tres apóstoles más importantes, basado en el número de
veces que aparecen en la Biblia y en el número de experiencias clave que
comparten con Jesús.
Pedro era pescador de oficio.
Originariamente conocido como Simón, fue renombrado por Jesús «Roca» ( Cefas en
arameo, Petros en griego). Inducido por su hermano Andrés, y por invitación de
Jesús, Pedro se convirtió en seguidor de Cristo. En Mt 16,18 Jesús afirma que
Él fundará la Iglesia sobre Pedro, la «roca», dándole gran autoridad. Los
católicos ven en este acto de Cristo el establecimiento de Pedro como cabeza de
los apóstoles, como cabeza de la Iglesia: el primer Papa.
Santiago y Juan eran hermanos, los
hijos de Zebedeo. La Biblia nos dice que también ellos eran pescadores. La
Tradición sostiene que Juan, el más joven de los doce apóstoles, era el autor
del Evangelio de Juan, el libro del Apocalipsis, y las tres cartas del Nuevo
Testamento.
13) Hay una quinta figura en el
Huerto a la que más tarde me di cuenta que representa al demonio. ¿Por qué está
presente el demonio en el Huerto?
Jesús fue tentado por el demonio a
lo largo de su ministerio público, razón por la que tan a menudo se retiraba él
solo a rezar y ayunar. Su tiempo apartado sería, en un sentido, como un retiro
espiritual, un tiempo de renovación y oración, un tiempo para coger fuerza
interior mediante la intimidad con su Padre. Aunque era Dios, Jesús también
poseía una verdadera naturaleza humana. Es lógico reconocer que Jesús, en su
humanidad, necesitaba fortalece su espíritu contra las tentaciones exteriores
del demonio, al cual tuvo que ser enormemente difícil resistir.
14) El demonio plantea una pregunta
a Jesús durante esta escena en el Huerto, diciendo «¿Crees realmente que un
hombre puede cargar todo el peso del pecado?». ¿Ocurrió esto realmente?
Esta pregunta del demonio no aparece
en la Biblia, y por eso tenemos aquí un ejemplo del director de la película que
se toma algunas licencias creativas. Sin embargo, en base a otros datos de la
Escritura donde Jesús aparece tentado por el demonio, es muy plausible que
semejante diálogo pudiera tener lugar. Al demonio le gustan tales
«oportunidades de oro» para minar nuestras decisiones cuando estamos
experimentando un sufrimiento intenso.
15) Tal como se abre el diálogo
entre Cristo y el demonio en la película, ¿debo asumir que esta pregunta es
crucial para toda la trama?
Sí, este diálogo realmente establece
toda la premisa de la película, el verdadero significado del sufrimiento y
muerte de Cristo que, como Dios, tenía el poder de evitar. Jesús se ofreció a
sí mismo como Cordero intachable (es decir, sin pecado) para ser sacrificado
como expiación por los pecados de la humanidad.
16) ¿Por qué tenía que morir Jesús?
Como hemos notado más arriba, la
muerte es la justa consecuencia de nuestro pecado, porque al pecar damos la
espalda a Dios, Fuente de nuestra vida. Jesús asumió las consecuencias de
nuestro pecado -la muerte- en lugar nuestro.
Fue tan terrible la muerte de Jesús
que necesitamos valorar una verdad fundamental de la experiencia humana: el
amor auténtico implica el sacrificio. El amor implica la total donación de sí
mismo. El amor puede significar incluso «dar la vida por los propios amigos»
(Jn 15,13). Por tanto, hay un significado trascendente en el sacrificio y en el
sufrimiento. Si es soportado por el bien de otros es verdaderamente
santificador y salvífico. Esto parece ridículo para un mundo que intenta evitar
todo tipo de incomodidad. En cambio, es precisamente uno de los incontables
ejemplos de cómo el camino de la Verdad va en sentido contrario a las
expectativas humanas. A propósito, éste ha sido siempre el caso. La primera
gente que escuchó la historia de Jesús estuvo tan impactada como lo estamos
nosotros hoy por su novedad. San Pablo escribió hace 2000 años «pues la
predicación de la cruz es una necedad para los que se pierden; mas para los que
se salvan -para nosotros-, es fuerza de Dios» (1Co 1, 18).
17) ¿No pudo haber elegido Dios
declarar simplemente que la relación de la humanidad con él estaba restaurada?
¿Por qué eligió un medio de reconciliación del mundo con Él tan extremo y
sangriento?
Al sufrir llegamos verdaderamente a
entender más sobre el amor insondable de Dios. La idea de que Dios revela su
amor hacia nosotros a través de la Pasión y muerte de Cristo es afirmada
claramente en la Biblia cuando Jesús (después de su resurrección) revela a sus
discípulos: «¿No era necesario que el Cristo padeciera eso y entrara así en su
gloria?» (Lc 24,26). ¿Por qué era necesario el sufrimiento? Para restaurar en
nosotros lo que nuestros primeros padres (Adán y Eva) perdieron por la
desobediencia. Con su desobediencia pecaron contra la ley de Dios y empezaron a
amarse a sí mismos y al resto de las cosas más que lo que amaban a Dios, que
debería estar en primer lugar en el corazón de toda persona. Perdieron la vida
divina en sus almas y, cuando la perdieron, también la perdieron para nosotros.
El amor implica la autodonación, el
sacrificio de nuestra propia voluntad por el bien de otro. Después de la caída,
sin embargo, el deseo humano llegó a ser la autobúsqueda y el desorden. La
redención de Cristo por nosotros -cargar sobre sí el peso del pecado-, no sólo
restauró nuestra relación con Dios, sino que también nos enseñó el verdadero
significado del amor: el sacrificio. En pocas palabras, hablar no cuesta. Es
mediante las acciones como probamos nuestro amor. Entender el sufrimiento es
entender a Dios. Entender a Dios es entender la vida.
18) Ahora las cosas se me están
empezando a aclarar. ¿Tenía que ver algo el momento de la Pasión de Cristo con
la Pascua judía?
Sí, y esto explica muchas cosas.
Para los que estáis familiarizados con la Biblia (o habéis visto la épica
película Los Diez Mandamientos) recordaréis que Dios llama a Moisés para que
saque a su pueblo de la esclavitud de Egipto (cf. Ex 3,4-10). Este
acontecimiento, que tuvo lugar unos 1200 años antes del nacimiento de Cristo,
es clave para comprender la Pasión de Cristo, porque la Pasión es el
cumplimiento del ritual judío de la Pascua.
Como nos dice la Escritura, durante
la noche en que los hebreos fueron liberados de la esclavitud de Egipto, Dios
envió el ángel exterminador sobre los primogénitos de todos los hogares. Sin
embargo, el Señor prometió que la muerte "pasaría saltando" sobre el
pueblo escogido si ponían la sangre del cordero sobre los dinteles de las
puertas; la sangre les libraría (cf. Ex 11-12). Después de más de mil años
conmemorando el pueblo judío este evento salvador de la Pascua, Jesús llegó
como la última Pascua ofreciendo y revelando su pleno significado: al derramar
su sangre -la sangre del Cordero de Dios inmaculado y sin pecado- el pecado y
la muerte fueron finalmente vencidos; ya no tienen poder sobre nosotros.
El acontecimiento de la Pascua del
Éxodo es una profecía -un anuncio- de la muerte de Cristo en la cruz. La sangre
de Jesús, el «Cordero» perfecto, brotaría desde la cruz (el dintel de la
puerta) sobre sus seguidores. Todos los que aceptan a Cristo y guardan sus
mandamientos serán salvados por su sangre; la muerte «pasa» sobre ellos
saltándoles ya que tienen vida eterna. Por este motivo exactamente empezó Jesús
su propia pasión celebrando la Pascua con sus discípulos y transformándola en
la Eucaristía, la comida en la que ahora nosotros recibimos su Cuerpo bajo la
forma de pan y la copa de su Sangre bajo la forma de vino, que nos salva de la
muerte eterna.
19) ¿Es éste el motivo por el que
hay tanta sangre en la película?
Sí. La sangre es la clave para
comprender el sacrificio del Cordero -Jesús-, que quitó el pecado del mundo.
Igual que la sangre es derramada por los soldados que dan sus vidas por su país
o por las madres cuando dan a luz, el amor sacrificial implica frecuentemente
el derramamiento de sangre. No es una coincidencia el que la Pasión de Cristo
tenga lugar precisamente en el momento de la Pascua judía. Es uno de los
múltiples cumplimientos de la profecía del Antiguo Testamento y es fundamental
comprender las acciones de Dios a lo largo de la historia para salvar la raza
humana.
20) Volvamos al diálogo en el Huerto
entre Jesús y el demonio. El demonio afirma que el precio de la salvación de
las almas de la gente sería demasiado costoso. ¿Qué quiere decir con estas
palabras?
Es meramente la sutil tentación del
demonio para disuadir a Jesús de que acepte la cruz y lleve a cabo su misión.
Estaba diciendo a Jesús que la cantidad de sufrimiento que soportaría sería un
precio demasiado grande a pagar. El demonio, aunque limitado en su comprensión
de los caminos de Dios, sabía igualmente que la muerte de Jesús traería la vida
eterna a todos los que aceptaran su gracia, y que el pecado y la muerte sería
definitivamente vencidos. El demonio odia a Dios y a toda su creación y tiene
un odio especial hacia los seres humanos (cf. Gn 3,15, donde Dios dice la
serpiente: «Enemistad pondré entre ti y la mujer, y entre tu linaje y su
linaje»). Por tanto, él hizo lo que pudo para intentar desanimar y prevenir a
Jesús del cumplimiento de su misión salvadora.
21) El demonio suelta una serpiente
en el Huerto de Getsemaní y Jesús la machaca bajo su pie. ¿Cuál es aquí el
simbolismo?
Puesto que esta acción no se
menciona en la Biblia, representa otro aspecto del director que se toma algunas
licencias artísticas para un efecto dramático. Sin embargo, el simbolismo del
gesto de Jesús tiene su raíz en la Escritura. En el libro del Génesis, Dios
revela que el linaje de la mujer (que representa tanto al género humano como,
en un último término, a Jesús que es el «Hijo del Hombre» y que representa a
toda la humanidad) «aplastará la cabeza» de la serpiente (Gn 3,15). Jesús es el
«nuevo Adán» (cf. 1Co 15,22) que restaura lo que el primer Adán había perdido
mediante el pecado. Por tanto, el aplastamiento que hace Jesús de la serpiente
en esta escena se usa como una previsión de la victoria de Cristo sobre el
demonio, sobre el pecado y la muerte mediante su sufrimiento, muerte y
resurrección.
22) Con la caracterización del
demonio en la película, ¿se significa que representa un ser espiritual real o
es meramente simbólico del «mal» en el mundo?
Lejos de ser una personificación
abstracta del «mal», el demonio es un ser espiritual real: un ángel caído (o
diablo). Aunque esta idea suena curiosa o anticuada para los oídos modernos, la
Iglesia católica ha enseñando sistemáticamente que el demonio es un ser real
con una voluntad e inteligencia formidables. Al ser un espíritu puro, no está
sometido a las leyes del mundo físico. Sus habilidades intelectuales naturales
superan con mucho las de los seres humanos. Tanto la Biblia como la Tradición
enseñan que el demonio (también llamado Satán -que significa «adversario»-, o
Lucifer «portador de luz») era el más glorioso de los ángeles pero el orgullo y
la envidia causaron que él y sus seguidores se rebelaran contra Dios. Como
resultado de esta rebelión, Satán y los demás ángeles caídos (o diablos) fueron
arrojados de la presencia de Dios, separación que existirá durante toda la
eternidad.
Dado el rechazo que el demonio tiene
de Dios, podemos razonar que se consume en odio hacia Dios y hacia aquellos
hechos a imagen y semejanza de Dios, los hombres. Satanás, en consecuencia, es
ciertamente cruel en su deseo de que tú y yo perdamos nuestras almas y estemos
separados eternamente de Dios que nos ama. En la película, y de modo particular
en la escena del Huerto, su objetivo es hacer descarrillar la misión de Cristo
sobre la tierra, una misión de amor, verdad y salvación.
23) He oído a gente, incluidos
profesores cristianos, que explican que Satán no es real.
Creer en el demonio puede parece
fuera de moda para los supuestamente «ilustrados», pero esto es un error grave.
Como señala C.S. Lewis en Cartas del diablo a su sobrino, la extendida
incredulidad en la existencia de Satán es ciertamente una jugada ingeniosa por
parte del Demonio. Si puede convencer a los hombres de que no existe -que es
tan «real» como un bugui-bugui-, entonces no estaremos en guardia contra él. Y
no estamos en guardia frente a él, casi con seguridad caeremos en sus trampas.
Porque la realidad es que él desesperadamente quiere tu alma.
Jesús habla del demonio muchas veces
en la Escritura. Por ejemplo, en Mt 25,41, condena a los que rechazan seguir su
voluntad y amar al prójimo con estas palabras «Apartaos de mí, malditos, al
fuego eterno preparado para el Diablo y sus ángeles». En estas palabras, Jesús
vincula el destino de los que rechazan hacer su voluntad con el del demonio, es
decir, el infierno. El apóstol Juan dice claramente en su primera carta en qué
consiste la esencia de la misión de Jesús: «El Hijo de Dios se manifestó para
deshacer las obras del Diablo» (1Jn 3,8).
24) Mientras que estamos en el tema
del demonio, por favor, defíneme lo es el «pecado».
Pecado es todo comportamiento, libre
y deliberado por nuestra parte, que sabemos que ofende a Dios e infringe su
ley.
25) ¿Por qué el pecado es un asunto
tan grande?
Ante todo porque Dios, como creador
y Padre nuestro que nos ama, merece todo nuestro amor, respeto y obediencia.
Pero no necesita realmente nuestra obediencia, nosotros sí. Él nos ama más de
los que nos amamos a nosotros mismos y nos conoce mejor de lo que nos conocemos
nosotros. Por eso, cada vez que le decimos «no» a Él y a su voluntad, nos
perjudicamos a nosotros mismos y a otros. Algún pecado, llamado venial o leve,
debilita nuestra relación con Dios. El pecado mortal rompe nuestra relación con
Él. Esta relación se restaura buscando su gracia.
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