Un colegio concertado de Mallorca se niega a ofrecer una alternativa a la clase de Religión: "Que se matricule en otro centro"
El colegio concertado Beata Francinaina Cirer, de
Mallorca, se niega a ofertar la asignatura alternativa a Religión a sus
alumnos que la ley obliga a ofrecer. El centro aduce que "hay una
redacción ambigua, mal redactada en la LOMCE" y que "habría que acudir a
los principios constitucionales y el derecho del centro a configurar su
oferta educativa", según ha explicado a este diario Marc González,
asesor jurídico del colegio. El centro pertenece a la red de Escuelas
Católicas, la mayor patronal de colegios concertados religiosos del
país, donde se educan más de un millón de menores.
La Conselleria
d'Educació de las Islas Baleares sostiene sin embargo que no hay
controversia alguna con la obligatoriedad de ofrecer la asignatura
alternativa a Religión (Valores Sociales y Cívicos) y que "se desprende
con claridad de la normativa vigente" que así debe ser, según ha
reflejado en un informe sobre la cuestión. El Gobierno regional advierte
al centro de que lo sancionará si no cambia su actitud en aplicación
del artículo 62 de la LODE.
La polémica ha surgido a raíz de la voluntad de un padre de cambiar a
su hija de Religión a Valores Sociales y Cívicos. El centro se ha
negado aduciendo que no hay acuerdo entre los padres, y el progenitor lo
ha denunciado ante la Conselleria, que está revisando el caso y ya ha
emitido al menos un informe sobre la cuestión. El centro es de
titularidad privada pero sostenido con fondos públicos, lo que le obliga
a cumplir la ley en los mismos términos que si fuera público.
El acuerdo judicial
Manuel
(nombre supuesto del padre) se separó de la madre de su hija. Ambos
alcanzaron un acuerdo judicial que establece cómo se llevará a cabo la
escolarización de la pequeña. El texto recoge el orden de preferencia de
centros en el que será matriculada la menor y, en su punto tres, señala
que el padre tiene derecho a solicitar que su hija no curse Religión y
reciba la asignatura alternativa.
Siguiendo el acuerdo, la pequeña
fue matriculada en el primer centro de preferencia de ambos
progenitores: el Beata Francinaina Cirer, en Inca, un centro concertado
de ideario religioso. Manuel explica que, durante el paso de la pequeña
por Infantil ya recibió clases de Religión, pero entre que es una etapa
no obligatoria y la ley no prevé nada en este caso y que desde el centro
le aseguraron que en ese momento educativo la asignatura no es
confesional, decidió dejarlo estar.
Hasta que llegó a Primaria.
"Entonces la jefa de Estudios me explicó que no ofrecían la alternativa
por no sé qué razón del convenio. Ese curso lo perdimos, aunque hacia el
final del año la niña dejó de tener nota en Religión y la tenía en la
alternativa", cuenta. Nunca dejó la clase de Religión, matiza Manuel,
pero le empezaron a poner la nota de la otra materia.
Así se ha
llegado a este curso, con la niña en 2º de Primaria y de nuevo en la
clase de Religión. "A mi hija, junto a unos niños musulmanes, los
sientan detrás en clase, les dan unas fichas y que no molesten", relata
Manuel.
Pero el centro hace caso omiso de sus peticiones, según
explica el padre y reconocen desde el colegio. "Me dicen que somos los
únicos que pedimos esto y que la alternativa es que matricule a mi hija
en otro centro", se indigna Manuel.
Libertad de proyecto
El
colegio Beata Francinaina Cirer se aferra a lo que entienden como su
libertad para no ofrecer la alternativa. "Los padres tienen derecho a
escoger un centro donde se dé la alternativa a Religión", explica
González, "a lo que no tienen derecho es a cambiar el proyecto educativo
de un centro, que obviamente incluye un proyecto confesional que ellos
aceptan al matricular a la niña. Igual que no pueden cambiar el proyecto
lingüístico y elegir ellos en qué lengua van a darse las clases".
El
colegio sostiene que "la ley tiene una redacción ambigua y hay
sentencias, como la 5/1981 del Tribunal Constitucional, que determinan
que el titular tiene derecho a configurar su carácter propio. Si no está
claro que en un centro católico se imparte la asignatura de Religión no
tiene mucho sentido mantenerlos", concluye González.
La
conselleria difiere con contundencia. "Los centros privados concertados
están obligados a ofrecer la asignatura de Religión y la de Valores
Sociales y Cívicos, siendo esta elección un derecho de los padres o
tutores legales", concluye el informe jurídico sobre la cuestión.
"Negarse a ofrecer esta opción supone un incumplimiento por parte del
centro escolar del concierto educativo y de la normativa vigente, según
se prevé en el artículo 62.1 de la Ley Orgánica del Derecho a la
Educación". La conselleria ha advertido al colegio: "En el supuesto de
que no lo haga [ofrecer la alternativa], la Consellería d'Educació i
Universitat iniciará el expediente sancionador correspondiente por
incumplimiento del concierto".
En este punto se encuentra el caso
ahora, según fuentes de Educació. El Servicio de Inspección de la
conselleria ha abierto el expediente y tiene que decidir si hay
incumplimiento y, en su caso, si la falta sería leve, grave o muy grave y
qué sanción lleva aparejada. La sanción puede ir desde la multa
económica hasta la rescisión del concierto. Para este último supuesto
hace falta un incumplimiento reiterado del concierto.
"Es un problema de orden familiar"
González,
de Escuelas Católicas, afirma que el problema en este caso "es de orden
familiar" y que el padre está utilizando a su hija. "Cuando
matricularon a la niña en el colegio aceptan el carácter propio del
centro. La niña recibió Religión durante tres años y no dijo nada",
ilustra.
"Y en el momento en el que se produce la crisis familiar,
el padre pide un cambio. Pero la ley prevé que para que se produzca un
cambio deben estar de acuerdo ambos, y la madre no lo está", afirma.
Un
informe de la Conselleria sobre la cuestión confirma este punto: la
madre comunicó por escrito al Gobierno balear que no estaba de acuerdo
con la decisión y que quería que su hija siguiera matriculada en
Religión. Sin embargo, Manuel recuerda que tienen un acuerdo judicial
firmado por el que la madre acepta que el padre elija Valores Sociales
para su hija, y que cualquier cambio en este sentido pasa por acudir a
los juzgados a modificar el acuerdo, que ambos firmaron.
La
Conselleria también confirma este extremo. Un informe realizado por el
organismo sobre la cuestión da validez al acuerdo jurídico y explica que
si la madre ha cambiado de opinión es el juzgado quien debe decidir
sobre temas relativos al ejercicio de la patria potestad (los padres
tienen custodia compartida con un régimen de visitas del padre
acordado).
Fuente:
https://www.eldiario.es/sociedad/colegio-concertado-Mallorca-alternativa-Religion_0_951554936.html
Nota del blogger:
En una gran cantidad de colegios públicos no existe la alternativa a Religión. La supuesta asignatura de Valores Sociales y Cívicos se convierte habitualmente en clases de repaso, ver películas o cortos, dibujo, juegos... hasta llega a ser tiempo libre en el patio. Si se exige, como cumplimiento de la ley, que exista la oferta de alternativa en concertados, también se debe exigir en la pública, laica y de todos, pero no sólo la oferta, sino que realmente consista en un área con su programación didáctica y sus actividades de aula. Exijan a los centros las programaciones de la asignatura "alternativa". Ahí no hay problema de gastar un dinero público para que el alumnado NO HAGA NADA.