
La
reforma educativa que prepara el
Gobierno, básicamente para paliar aspectos regulados en la Lomce del PP, incluye gran cantidad de medidas que
afectan a prácticamente todos los actores de la educación, desde los profesores y los equipos directivos hasta las administraciones. Y los alumnos y sus familias no son una excepción.
La
modificación legal, que en realidad no es más que un anticipo a la
espera de que se pueda desbloquear el ansiado pacto educativo, implicará
cambios en el sistema de admisión de estudiantes, con
una regulación centralizada que evite disparidad de criterios entre
autonomías, y en las asignaturas de Primaria y la ESO, donde
desaparecerán los itinerarios que actualmente conducen al Bachillerato o a la FP.
También
se eliminan las reválidas
y se crean nuevas pruebas diagnósticas para detectar fortalezas y
debilidades de los alumnos, y se introducen varias medidas que en la
práctica facilitarán el paso de curso, dando más peso al criterio del
equipo docente. Sin olvidar la posibilidad de que etapas como el
Bachillerato o la FP Básica se puedan cursar en tres años
en lugar de en dos, siempre en casos puntuales. El objetivo último,
como dijo la ministra Isabel Celaá, es que la repetición sea una
herramienta excepcional.
La modificación de la Lomce también
implica a las administraciones autonómicas en cuanto a la planificación
de la oferta de plazas -deberán priorizar los puestos públicos-, en la
configuración de las asignaturas optativas o en la
regulación de las lenguas cooficiales,
pues ya no existirán cautelas en este sentido. Ahora la Lomce obliga a
una presencia razonable de estas y del castellano y recoge de manera
explícita el derecho a la exención.
El ministerio quiere que el
anteproyecto de ley, basado en las propuestas lanzadas y en las
aportaciones de la comunidad educativa, pueda llegar al Congreso en
diciembre para su debate. Otras medidas anunciadas en el ámbito de la
enseñanza como el impulso de la FP o los cambios en el acceso a la
función docente de momento no se han materializado en medidas concretas.
1 Blindaje para la admisión
Habrá
cambios en los criterios básicos que las autonomías deben respetar en
la admisión de alumnos, los que otorgan puntos para decidir quiénes
entran, y se evitarán elementos que sirvan para «seleccionar». El
Botánico siempre ha criticado el modelo del PP en este sentido por
contemplar la condición de
antiguo alumno o si el niño había estado en determinada guardería.
Estas opciones ya no podrán ser incluidas por las comunidades. Además
se fijará un máximo de puntos por criterio y se reconocerá la condición
de familia monoparental y de víctima del terrorismo o la violencia de
género.
2 Adiós a las reválidas
Quedaron suspendidas, pero la reforma las elimina del todo. Se trata de las
pruebas que debían hacer los alumnos que acabaran 6º de Primaria, 4º de la ESO y 2º de Bachillerato.
En los dos últimos casos eran eliminatorias, y no aprobarlas implicaba
no promocionar. La de Primaria, en cambio, sólo tenía efectos
diagnósticos. Esta será sustituida por una prueba de nivel plurianual,
sin efecto en la nota y para detectar puntos de mejora. El Gobierno
creará más evaluaciones de este tipo: en 4º de la ESO y en 3º-4º de
Primaria y 2º de la ESO. Las dos últimas serán para todos los alumnos.
3 Cambios en las materias
Es una consecuencia intrínseca a cualquier reforma educativa. No se sabe demasiado, más allá de que
desaparecerá la jerarquía actual (troncales, específicas y de libre configuración) y que el
menú de optativas dependerá de cada una de las comunidades autónomas.
En
la ESO, la desaparición de los itinerarios (punto 5) implica nuevas
variaciones, pues actualmente hay materias concretas para cada uno (por
ejemplo dos tipos de Matemáticas en 3º y 4º). Es decir, hay estudiantes
que actualmente cursan áreas que las generaciones sucesivas ya no
tendrán.
La novedad más clara en este bloque es la
nueva materia de Valores Cívicos y Éticos,
que será obligatoria en uno de los cursos comprendidos entre 3º y 6º de
Primaria y en otro de la ESO (2º o 3º). Actualmente existe una
asignatura con el mismo perfil (Valores Cívicos), aunque la cursan
aquellos alumnos que no hacen Religión, por lo que es de elección
voluntaria. Queda por saber si el Ministerio de Educación mantendrá los
contenidos del área o decide modificar el currículum vigente.
4 Se facilita el paso de curso
Es
el apartado que más cambios reúne. En Primaria ya no se podrá repetir,
por ejemplo, en 3º o 5º, pues se vuelve a la estructura de tres ciclos:
1º y 2º, 3º y 4º y 5º y 6º.
Sólo se podrá hacer al final de cada uno.
El
Gobierno lo justifica en que esta organización ha disparado la tasa en
Primaria. En la ESO se dará más capacidad de decisión al equipo docente a
la hora de decidir quién promociona y quién repite. Actualmente, por
regla general, no se puede acceder al siguiente nivel con
Lengua y Matemáticas suspendidas.
Todo apunta a que el cambio será eliminar esta limitación que introdujo
la Lomce y no estaba en la LOE, la ley previa. Eso sí, siempre
dependerá de que los profesores consideren que se puede seguir adelante
con garantías.
Por último, en Bachillerato se podrá superar la
etapa con un suspenso de manera excepcional y siempre que los profesores
coincidan en que el alumno ha adquirido los objetivos de este nivel.
Implica regular algo que se hace ya de facto para no penalizar a un
alumno que puede progresar pero se le atraganta una materia.
5 Un único título tras la ESO
El
Gobierno considera que la organización de la ESO que implantó el PP con
la Lomce sólo ha servido para diferenciar al alumnado y
agrandar la brecha social, dificultando el acceso de los más vulnerables a los estudios de Bachillerato y FP Superior.
Actualmente los estudiantes en 3º de la ESO ya se encaminan hacia
estudios de Bachillerato o de Formación Profesional. Exactamente tienen
unos contenidos de Matemáticas distintos. Ya en 4º eligen entre dos
vías: Enseñanzas académicas, cuyo título específico da acceso a los
estudios de Bachillerato, y Enseñanzas aplicadas, cuyo título dirige
hacia la Formación Profesional de grado medio. La diferencia no sólo
está al final del curso, sino que también dan asignaturas diferentes en
varios casos. Con la Lomce en la mano, un alumno con el título
'académico' no podía hacer FP, si bien la modificación parcial aprobada
por el PP en 2016 para garantizarse la investidura paralizó esta
diferenciación, que ahora desaparecerá del todo. La
reforma elimina los itinerarios y la existencia de dos graduados de la ESO distintos. Por lo tanto, el alumno elegirá su futuro tras acabar 4º, no antes.
6 Menos peso del concierto
El
cambio que implica eliminar la referencia a la demanda social en la
planificación de la oferta escolar, recuperando la obligación de las
administraciones de garantizar las plazas de titularidad pública
necesarias, afecta especialmente a los gobierno autonómicos, pero es
innegable que puede suponer consecuencias para las
familias que quieren optar por este modelo, especialmente en etapas no obligatorias.
Cabe
recordar que en la Comunitat la idea de demanda social ha sido uno de
los argumentos judiciales que han servido para recuperar conciertos
eliminados por la conselleria, especialmente de Bachillerato. Además,
hasta ahora una región podía cubrir necesidades de escolarización en un
municipio con plazas concertadas, por ejemplo, con una línea adicional
en un centro ya implantado, unos puestos que se mantendrían siempre que
alcanzaran el mínimo de alumnos exigido. Ahora la
prioridad serán las plazas públicas,
pues todo apunta a que se recuperará la redacción de la ley anterior
(LOE) que incide en esta premisa. También habrá cambios para la
educación diferenciada, que no tendrá igualdad de condiciones para
acceder al sistema de conciertos al priorizarse a los centros que
fomenten la coeducación.
7 Recursos para los rezagados
Son varias las medidas para el alumnado con necesidades específicas de apoyo. Desde el
plan de atención individualizado
para el estudiante que no tenga más opción que repetir curso, con un
docente encargado de hacerle un seguimiento, hasta los Planes de Mejora
para el Aprendizaje y el Rendimiento, que podrán aplicarse desde 2º de
la ESO hasta 4º.
También se favorecerá el acceso al graduado
escolar desde la FP Básica, siempre a juicio del equipo docente, y se
propone una orientación más personalizada para el estudiante que vaya a
abandonar el sistema educativo sin el graduado.
El objetivo es informarle de las diferentes opciones formativas a las
que puede acceder, desde títulos de cualificación profesional hasta vías
de reingreso al sistema, como las pruebas libres.
8 Religión, fuera del expediente
Junto
a las modificaciones relacionadas con la demanda social y los
itinerarios, fue una de las primeras medidas anunciadas por la ministra
Isabel Celaá ante el Congreso. Los cambios son básicamente dos. La asignatura de Religión dejará de tener una materia espejo
(Valores Éticos), por lo que los alumnos que no la cursen tendrán algún
tipo de atención educativa, como sucedía antes de la Lomce.
En
Primaria lo habitual era tiempo para estudio y hacer deberes o
actividades sin valor curricular, como puede ser trabajar la resolución
de conflictos o la educación emocional. En los institutos, en muchos
casos, se programaba la Religión a última hora, y los que no la elegían
podían irse antes a casa. Además, ya no contará para calcular la nota media
de acceso a los estudios superiores, como la universidad, ni para
solicitar ayudas al estudio, como sucede ahora. En las propuestas del
ministerio no aparece por ningún lado que no vaya a ser evaluable (hacer
exámenes), aunque habrá que esperar a conocer la literalidad del
articulado.
9 Bachiller en tres años
El Ministerio de Educación incluirá en la nueva ley la posibilidad de que, de manera puntual, se
flexibilice la duración de las etapas
de Bachillerato y Formación Profesional Básica, de manera que puedan
completarse en tres cursos en lugar de en los dos actuales. Sobre todo
se hará pensando en el alumnado con necesidades específicas de apoyo
educativo, para facilitarle la superación del nivel y la obtención del
título correspondiente.
En lugar de hacerles repetir algún curso, como sucede actualmente, implicaría una
organización distinta de las asignaturas
o módulos a cursar, por ejemplo ampliando el tiempo lectivo dedicado a
cada una o fomentando la organización de las materias por ámbitos para
hacerlas más llevaderas.
Fuente:
https://www.lasprovincias.es/comunitat/reforma-educativa-nueve-claves-20181119135248-nt.html