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Continúo publicando el magnífico material que nuestra compañera Sonia Saló está realizando adaptando unidades didácticas de libros de texto a NEAE o TEA (cliquea sobre la imagen para ampliarla):
Tino Sanz (Profesor de religión católica en ESO y Bachiller)
En el complejo panorama educativo español, ser profesor de religión católica en la educación pública, especialmente en Secundaria y Bachillerato, presenta desafíos únicos y a menudo desalentadores.
Este artículo explora las dificultades, dilemas y posibles soluciones
para aquellos que se encuentran en la primera línea de enseñanza
religiosa en un contexto cada vez más secularizado.
En la línea de fuego de la evangelización
Los profesores de religión católica se encuentran en una posición única y desafiante:
Ambiente hostil: Frecuentemente enfrentan un entrono que cuestiona la relevancia de su asignatura.
Presión social: Experimentan presión para justificar constantemente la importancia de la educación religiosa.
Desafío de la secularización: Deben navegar en un contexto social cada vez más alejado de las tradiciones religiosas.
Aislamiento profesional
El vacío experimentado con los compañeros de otras asignaturas es una realidad cotidiana:
Falta de integración: Muchos profesores de religión se sienten excluidos del cuerpo docente general.
Cuestionamiento de la legitimidad: Su asignatura a menudo no es considerada tan “sería” como otras materias del currículo.
Deseo de eliminación: Enfrentan un clima donde muchos abogan por la desaparición de la asignatura de religión en la educación pública.
Vocación y compromiso
La naturaleza única de la enseñanza religiosa plantea preguntas sobre la vocación y el compromiso:
¿Vocación verdadera?:
Sí, los profesores de religión deben tener una verdadera vocación. No
basta con tener conocimientos teológicos; se requiere un llamado
auténtico a la enseñanza y un compromiso profundo con la fe.
Missio canónica:
Los Obispos deberían otorgar la MIssio (autorización para enseñar
religión) con un discernimiento más profundo. Es crucial que evalúen no
solo la formación académica, sino también la madurez espiritual y el
compromiso pastoral de los candidatos.
Testimonio de vida:
Absolutamente. Los profesores de religión deben llevar una vida que sea
testimonio coherente de lo que enseñan. Su ejemplo personal es tan
importante como el contenido que imparten en clase.
Apoyo y acompañamiento
Los profesores de religión necesitan un sistema de apoyo robusto:
Acompañamiento espiritual:
Sí, los profesores de religión necesitarían acompañamiento espiritual
regular. Esto les ayudaría a mantener su propia vida de fe y a enfrentar
los desafíos de su labor.
Conexión parroquial: Debería haber una relación más
estrecha entre los profesores y los párrocos cercanos a los centros
educativos. Esta conexión podría proporcionar apoyo pastoral y ayudar a
integrar la enseñanza escolar con la vida parroquial.
Formación continua:
Es esencial asegurar una actualización constante en temas teológicos y
pedagógicos para mantener la relevancia y efectividad de la enseñanza.
Metodología y contenido
Es crucialreflexionar sobre los métodos de enseñanza y el contenido de las clases:
Mas allá del entretenimiento:
El uso excesivo de películas en las clases no está dando frutos porque a
menudo se utiliza como un sustitutivo de la enseñanza activa y el
diálogo. Las películas deben ser un complemento, no el núcleo de la
enseñanza.
Balance doctrinal: Sí, un profesor de
religión debería enseñar doctrina, pero de una manera que conecte con la
vida real de los estudiantes. La doctrina deber presentarse no como un
conjunto de reglas, sino como una guía para la vida.
Prácticas devocionales:
Comenzar la clase rezando un Padre Nuestro podría ser beneficioso,
siempre que se haga de manera respetuosa y sin coerción. Esto puede
ayudar a crear un ambiente de reflexión y espiritualidad.
Estrategias para una siembra efectiva
Para
mejorar la eficacia de la enseñanza religiosa y sembrar bien como
profesores, se podrían considerar las siguientes estrategias:
Formación integral: Combinar conocimientos teológicos con habilidades pedagógicas y testimonio de vida.
Diálogo interdisciplinario: Fomentar la colaboración con profesores de otras asignaturas para mostrar la relevancia de la religión en diversos campos.
Actualización constante: Mantenerse al día con los debates teológicos contemporáneos y las nuevas metodologías educativas.
Conexión con la realidad: Relacionar las enseñanzas religiosas con los desafíos y preguntas de la vida cotidiana de los estudiantes.
Fomento del pensamiento crítico: Animar a los estudiantes a reflexionar profundamente sobre las cuestiones de fe y ética.
Uso equilibrado de recursos:
Combinar métodos tradicionales con nuevas tecnologías y enfoques
pedagógicos innovadores. Limitar el uso de películas y asegurar que,
cuando se usen, estén integradas en una lección más amplia con discusión
y reflexión.
Creación de comunidad: Establecer redes de apoyo entre profesores de religión para compartir experiencias y recursos.
Vivencia de la fe:
Mostrar cómo la fe se vive en el día a día, no solo como un conjunto de
creencias, sino como una forma de vida que da sentido y propósito.
Participación activa: Involucrar a los estudiantes en proyectos de servicio comunitario y obras de caridad para vivir la fe en acción.
Diálogo abierto: Crear un espacio seguro donde los estudiantes puedan expresar sus dudas y preguntas sin temor a ser juzgados.
Conclusión
Ser profesor de religión católica en la educación pública española es, sin duda, un desafío significativo.
Requiere no solo conocimientos y habilidades pedagógicas, sino también
una profunda convicción personal y la capacidad de adaptarse a un
entorno cambiante y a menudo hostil. Sin embargo, con el apoyo adecuado,
una formación continua, un compromiso renovado y estrategias efectivas,
estos educadores pueden desempeñar un papel crucial en la formación
integral de los jóvenes, ofreciendo una perspectiva valiosa sobre la fe,
la ética y el sentido de la vida en un mundo cada vez más complejo.
El
profesorado de Religión de Santiago de Compostela se reunió hoy en la
Casa Diocesana de Ejercicios para participar en un curso de formación
impartido por Xosé Manuel Domínguez, como parte de los programas de
formación continua que se desarrollan a lo largo de este curso escolar.
Durante las intervenciones de Domínguez, los participantes fueron
invitados a reflexionar sobre su sentido, identidad y vocación como
educadores religiosos.
En el transcurso de la jornada, el
arzobispo de Santiago, Mons. Francisco Prieto, visitó a los asistentes y
les ofreció un mensaje de aliento. Les animó a seguir desempeñando su
labor educativa con calidad y a ser testigos de fe en el ejercicio de su
vocación. Destacó la importancia de su misión, no solo en términos
pedagógicos y doctrinales, sino como una misión encomendada por la
Iglesia.
Mons. Prieto reconoció las
dificultades que enfrentan los profesores de Religión, pero subrayó que
su presencia en las aulas es legítima y legal, y que debe caracterizarse
por la calidad educativa y la cercanía con la comunidad escolar. A su
juicio, la enseñanza religiosa tiene un papel fundamental en ofrecer una
visión integral de la educación, proporcionando una perspectiva
trascendente sobre el ser humano.
El arzobispo les instó a ser un
puente entre la escuela, la parroquia y las familias, creando una
sinergia que beneficie al alumnado y favorezca su crecimiento integral.
Recordó que «la educación no es futuro, es siempre presente», haciendo
referencia al ejemplo de Jesús como maestro que educaba, acompañaba,
escuchaba y proponía.
Por
último, Mons. Prieto invitó a los docentes a vivir su tarea educativa
con autenticidad, proponiendo la fe de manera sincera, verdadera y
libre. Les pidió que lo acompañaran en su labor pastoral, caminando
juntos en la misma dirección y guiados por el Espíritu Santo.
En una ocasión, Nelson Mandela
dijo que «la educación es el arma más poderosa que podemos usar para
cambiar el mundo». Y, efectivamente, la educación del ser humano termina
el mismo día y a la misma hora en que Dios nos llama a su encuentro
eterno con Él.
En este tiempo ordinario en el que celebramos la
vida y las enseñanzas del Señor, Dios Padre nos recuerda que nuestro
único pasaporte, como peregrinos de la Tierra y ciudadanos del Cielo, es
el amor a Dios y al prójimo. Un tiempo para ese amor de cada día que
tiene presente la cultura del cuidado, de la que tanto habla el Papa
Francisco, como camino de paz.
«Solo la religión es capaz de dar
fuerzas y valor al más flaco para sobrellevar tantas cosas como se
presentan en la vida», dejó escrito santa María Soledad Torres Acosta.
¿Y qué mejor manera hay de cuidar que ofreciendo lo mejor para quienes
más queremos?
Adentrados en un nuevo año y cuando acabamos de
pasar el ecuador del curso académico, pienso en la educación que hoy en
día acerca a los más pequeños al corazón de Dios. Y, en concreto, pongo
los ojos en la asignatura de Religión Católica, esa pincelada de fe que
anhela responder a la necesidad más profunda que tiene el ser humano: el
deseo de infinito y la búsqueda de la Verdad.
La Iglesia, en su
afán de trabajar por un mundo donde convivan el amor fraterno, la
justicia y la paz, no para de reivindicar el papel de la religión en la
construcción de un mundo mejor.
«La educación cristiana es el arte
de conducir a los jóvenes hacia la plenitud», destacó el Papa Francisco
durante una audiencia celebrada el año pasado con los miembros a los
miembros de la Universidad de Notre Dame. Abogando por un «empeño
solidario» ante las necesidades de los más desfavorecidos, hizo hincapié
en la necesidad de apreciar, cada vez más, «la riqueza de la tradición
intelectual católica», que «no significa cerrarse» sino que «es
apertura».
Es esencial, a la hora de educar, formar a la persona
en todas sus dimensiones y acompañar sus procesos, sus inquietudes, sus
vidas. E igual que las Escrituras son «el tesoro del pobre, el descanso
del enfermo y el apoyo del moribundo», tal y como dijo Robert Hall sobre
la Biblia, la asignatura de Religión sale al paso de la actual
fragmentación del saber para responder, con rigor académico, teológico y
creyente, a las grandes cuestiones de la vida.
La formación
religiosa, como pilar básico en la transmisión de valores cristianos y
en el bagaje cultural y social de cada país, no ha de ser un añadido en
el sistema escolar. Su papel, como determinante que es, ha de abarcar
–retomando la voz del Papa– «los tres lenguajes de cabeza, corazón y
manos» para llevar a cabo su misión.
Cabeza para desarrollar el
conocimiento «a través del estudio académico y la investigación»;
corazón para establecer «relaciones auténticas entre educadores y
alumnos»; y manos, entendidas como empeño fraterno, «ante las
necesidades de los más desfavorecidos», revela el Papa Francisco.
Os
animo, queridas familias, a apuntar a vuestros hijos a la asignatura de
Religión. Y si ya la están cursando, intentad –siempre desde el respeto
y la libertad que el propio Jesús nos enseña con su vida– que sigan
dejándose impregnar por las enseñanzas del Maestro.
Servir a
Cristo en el prójimo comienza en la cabeza del que quiere donarse, pasa
por las manos de quien anhela ese favor y termina en el Costado del
Señor. Que Él y la Virgen María, la primera educadora de Jesús, os
cuiden y os conduzcan hacia esa plenitud que dilata el alma y renueva
cada día el corazón. Al final, una educación que base su contenido en la
vida y obra de Jesús, en cada una de sus enseñanzas, querencias y
actitudes, puede determinar, de principio a fin, la personalidad de los
alumnos que se dejen impregnar hasta el fondo por la mirada del Maestro.
Seguro que alguna vez te has cuestionado la existencia de un ser supremo que da sentido a nuestra vida.
La pregunta sobre la existencia de Dios es una de las más importantes y transformadoras. La respuestas puede darse desde la perspectiva racional y existencial o desde la perspectiva cientifica. Aquí todas las respuestas.
Hoy te regalamos:
¿EXISTE DIOS? : Creo que sí, según las últimas evidencias científicas.
Del Dr. Mariano Urdiales Viedma, esta excrito para todos los públicos en un lenguaje llano y claro. Facil de leer y muy bien documentado.
Continúo publicando el magnífico material que nuestra compañera Sonia Saló está realizando adaptando unidades didácticas de libros de texto a NEAE o TEA (cliquea sobre la imagen para ampliarla):
Continúo publicando el magnífico material que nuestra compañera Sonia Saló está realizando adaptando unidades didácticas de libros de texto a NEAE o TEA (cliquea sobre la imagen para ampliarla):
Continúo publicando el magnífico material que nuestra compañera Sonia Saló está realizando adaptando unidades didácticas de libros de texto a NEAE o TEA (cliquea sobre la imagen para ampliarla):
Una vez más, publicamos una magnífica Situación de Aprendizaje realizada por David Escobar Garrido, alumno de Pedagogía y Didáctica de la ERE (DECA) en el ISCR San Pablo, de Málaga.
Coincidiendo con el tiempo litúrgico de la Cuaresma, indagaremos
sobre el relato bíblico del Éxodo, esto es, hecho central que rememoran
los judíos en la Pascua como liberación de la opresión y Alianza con el
Señor. También, veremos la importancia de Jesucristo y la analogía con
este hecho vertebrador. Todo ello, pretende, como reza el título,
emprender un éxodo en el contexto de la clase. Es decir, hacer
conciencia en el alumno sobre sus posibles ataduras o esclavitudes:
actitudes, contestaciones, objetos…y qué pueden hacer para transformar
eso y vivir más libremente. Esto se verá reflejado en un mural final que
diseñe cada uno de los grupos.
El combate entre Don Carnal y Doña Cuaresma es una de las alegorías
más antiguas y significativas de la cultura popular española. Este
enfrentamiento simboliza el eterno conflicto entre los placeres mundanos
y la austeridad espiritual, un contraste que no solo define la vida de
las personas, sino también su relación con las festividades y la
religión.
La historia de Don Carnal y Doña Cuaresma, popularizada en El libro de buen amor
del Arcipreste de Hita, es una alegoría de la lucha eterna entre los
placeres terrenales y la austeridad espiritual. Este relato no solo
captura el espíritu de las tradiciones carnavalescas y cuaresmales, sino
que también refleja la dualidad inherente al ser humano: el deseo de
disfrutar y la necesidad de moderación.
Don Carnal y Doña Cuaresma: dos caras del ser humano
Don Carnal personifica la faceta festiva y hedonista del ser humano.
Representa la alegría desenfrenada, los banquetes opulentos cargados de
carnes y embutidos, los disfraces coloridos y el baile. Es el espíritu
del carnaval, una época en la que predominan la diversión y el
desenfreno.
Por otro lado, Doña Cuaresma encarna la seriedad, la espiritualidad y
la templanza. Defiende la abstinencia, tanto alimentaria como
emocional, invitando a un periodo de reflexión y recogimiento. Sus
alimentos son sencillos y austeros, basados en frutas, verduras y
pescado.
Un combate simbólico
Esta lucha se representa tradicionalmente como un combate entre un
hombre, Don Carnal, y una mujer, Doña Cuaresma. A lo largo de los
siglos, numerosos artistas han encontrado inspiración en esta metáfora,
especialmente en la pintura y la literatura. Uno de los ejemplos más
icónicos se encuentra en la obra de Pieter Bruegel el Viejo, que en el siglo XVI inmortalizó este enfrentamiento en su pintura “La lucha entre el Carnaval y la Cuaresma”.
La batalla anual
Cada año, este duelo se reactiva en el calendario. La llegada del
carnaval, dominado por Don Carnal, marca una época de disfrute, de
manjares sin restricciones y de fiestas desenfrenadas. Sin embargo, esta
etapa tiene un final definido: el Miércoles de Ceniza,
cuando comienza la Cuaresma. Durante cuarenta días, los creyentes se
preparan espiritualmente para la Semana Santa, absteniéndose de carne y
llevando una vida más comedida, tal y como dicta la tradición.
El combate entre Don carnal y Doña Cuaresma
La historia del enfrentamiento entre Don Carnal y Doña Cuaresma está magistralmente narrada en El libro de buen amor,
escrito en el siglo XIV por el Arcipreste de Hita. En esta obra, la
batalla toma forma culinaria, enfrentando los banquetes copiosos y
carnívoros de Don Carnal contra los platos sencillos y de pescado de
Doña Cuaresma.
El Arcipreste describe así el ejército de Don Carnal: «Acudió don Carnal, valiente y esforzado, de gentes bien armadas muy
bien acompañado: los patos, las cecinas, costillas de carneros, piernas
de puerco fresco, los jamones enteros; las tajadas de vaca, lechones y
cabritos, luego los escuderos: muchos quesuelos fritos.»
Por su parte, las tropas de Doña Cuaresma están formadas por una amplia variedad de pescados y mariscos: «Las mesnadas de doña Cuaresma estaban formadas por sardinas,
mielgas, verdeles, jibias, atunes, barbos, merluzas, sabogas, delfines,
sábalos, sollos o lijas, además de lejanas anguilas de Valencia saladas y
curadas, cazones de Bayona, camarones del Henares y el Guadalquivir,
langostas de Santander, besugos de Bermeo, lampreas de Sevilla, congrio
de Laredo y salmón de Castro Urdiales.»
La lucha de Don Carnal y Doña Cuaresma
El desafío se lanza el jueves anterior al Miércoles de Ceniza,
marcando el inicio de la última semana de desenfreno antes de la llegada
de la Cuaresma.
Don Carnal reúne a su ejército de manjares carnívoros: bueyes, cerdos,
gallinas, becerros y cabras, mientras que Doña Cuaresma prepara a sus
tropas de vegetales y pescados.
Cuando llega el día del combate, ambos bandos se enfrentan en una lucha encarnizada:
El puerro es el primero en herir a Don Carnal, seguido de la sardina, las anguilas y las truchas.
El atún hiere a Don Tocino; los cazones a las perdices y capones; la merluza, al puerco.
Las langostas, los sábalos y los albures golpean a Don Carnal, mientras que el delfín y el tollo atacan a su ejército de carnes.
Finalmente, el congrio, el salmón y la ballena rematan al líder carnal, sellando la victoria de Doña Cuaresma.
El combate entre don carnal y doña Cuaresma
Los restos del ejército de Don Carnal huyen, y sus principales
aliados, como la cecina y el tocino, acaban colgados. Don Carnal es
capturado y custodiado por el Ayuno, quien asegura su prisión durante
los cuarenta días de la Cuaresma. Si quieres conocer más leyendas de la
Cuaresma te animamos a conocer más sobre nuestro logo: La Vieja Cuaresma.
El Triunfo de Doña Cuaresma
La victoria de Doña Cuaresma marca el inicio de un periodo de
sobriedad y abstinencia. Durante este tiempo, la carne queda proscrita y
el pescado se convierte en el alimento principal. Los creyentes se
preparan espiritualmente para la Semana Santa, siguiendo las normas de
la tradición cristiana.
El Retorno de Don Carnal
Sin embargo, la historia no termina aquí. Al llegar el Sábado de
Gloria, Don Carnal es liberado por sus aliados: Don Amor, Don Almuerzo y
Doña Merienda. El carnaval regresa triunfalmente, con Don Carnal
desfilando sobre un carro musical que simboliza el retorno de la
alegría, los banquetes y las celebraciones. Es el momento de dejar atrás
la austeridad de la Cuaresma y celebrar la vida con entusiasmo.
Una Metáfora Atemporal
La historia de Don Carnal y Doña Cuaresma sigue vigente como una
representación del ciclo de la vida: un equilibrio constante entre el
disfrute y la moderación. En las tradiciones populares, este relato se
revive cada año con la llegada del carnaval y la posterior Cuaresma,
recordándonos que, aunque los placeres mundanos sean tentadores, siempre
hay un momento para la reflexión y el recogimiento.
Esta leyenda de «El combate entre Don Carnal y Doña Cuaresma», además
de formar parte de nuestro patrimonio cultural, nos invita a
reflexionar sobre la importancia de encontrar un balance en nuestras
vidas, aceptando tanto la celebración como la introspección.
Como fruto de una tarea competencial en el estudio de Pedagogía y Didáctica en la DECA, la cual imparto en el ISCR San Pablo (Málaga), María del Carmen Avendaño Sáez ha elaborado este "decálogo metodológico" para la clase de Religión.