El combate entre Don Carnal y Doña Cuaresma es una de las alegorías más antiguas y significativas de la cultura popular española. Este enfrentamiento simboliza el eterno conflicto entre los placeres mundanos y la austeridad espiritual, un contraste que no solo define la vida de las personas, sino también su relación con las festividades y la religión.
La historia de Don Carnal y Doña Cuaresma, popularizada en El libro de buen amor del Arcipreste de Hita, es una alegoría de la lucha eterna entre los placeres terrenales y la austeridad espiritual. Este relato no solo captura el espíritu de las tradiciones carnavalescas y cuaresmales, sino que también refleja la dualidad inherente al ser humano: el deseo de disfrutar y la necesidad de moderación.
Don Carnal personifica la faceta festiva y hedonista del ser humano. Representa la alegría desenfrenada, los banquetes opulentos cargados de carnes y embutidos, los disfraces coloridos y el baile. Es el espíritu del carnaval, una época en la que predominan la diversión y el desenfreno.
Por otro lado, Doña Cuaresma encarna la seriedad, la espiritualidad y la templanza. Defiende la abstinencia, tanto alimentaria como emocional, invitando a un periodo de reflexión y recogimiento. Sus alimentos son sencillos y austeros, basados en frutas, verduras y pescado.
Esta lucha se representa tradicionalmente como un combate entre un hombre, Don Carnal, y una mujer, Doña Cuaresma. A lo largo de los siglos, numerosos artistas han encontrado inspiración en esta metáfora, especialmente en la pintura y la literatura. Uno de los ejemplos más icónicos se encuentra en la obra de Pieter Bruegel el Viejo, que en el siglo XVI inmortalizó este enfrentamiento en su pintura “La lucha entre el Carnaval y la Cuaresma”.
Cada año, este duelo se reactiva en el calendario. La llegada del carnaval, dominado por Don Carnal, marca una época de disfrute, de manjares sin restricciones y de fiestas desenfrenadas. Sin embargo, esta etapa tiene un final definido: el Miércoles de Ceniza, cuando comienza la Cuaresma. Durante cuarenta días, los creyentes se preparan espiritualmente para la Semana Santa, absteniéndose de carne y llevando una vida más comedida, tal y como dicta la tradición.
La historia del enfrentamiento entre Don Carnal y Doña Cuaresma está magistralmente narrada en El libro de buen amor, escrito en el siglo XIV por el Arcipreste de Hita. En esta obra, la batalla toma forma culinaria, enfrentando los banquetes copiosos y carnívoros de Don Carnal contra los platos sencillos y de pescado de Doña Cuaresma.
El Arcipreste describe así el ejército de Don Carnal:
«Acudió don Carnal, valiente y esforzado, de gentes bien armadas muy
bien acompañado: los patos, las cecinas, costillas de carneros, piernas
de puerco fresco, los jamones enteros; las tajadas de vaca, lechones y
cabritos, luego los escuderos: muchos quesuelos fritos.»
Por su parte, las tropas de Doña Cuaresma están formadas por una amplia variedad de pescados y mariscos:
«Las mesnadas de doña Cuaresma estaban formadas por sardinas,
mielgas, verdeles, jibias, atunes, barbos, merluzas, sabogas, delfines,
sábalos, sollos o lijas, además de lejanas anguilas de Valencia saladas y
curadas, cazones de Bayona, camarones del Henares y el Guadalquivir,
langostas de Santander, besugos de Bermeo, lampreas de Sevilla, congrio
de Laredo y salmón de Castro Urdiales.»
La lucha de Don Carnal y Doña Cuaresma
El desafío se lanza el jueves anterior al Miércoles de Ceniza, marcando el inicio de la última semana de desenfreno antes de la llegada de la Cuaresma. Don Carnal reúne a su ejército de manjares carnívoros: bueyes, cerdos, gallinas, becerros y cabras, mientras que Doña Cuaresma prepara a sus tropas de vegetales y pescados.
Cuando llega el día del combate, ambos bandos se enfrentan en una lucha encarnizada:
- El puerro es el primero en herir a Don Carnal, seguido de la sardina, las anguilas y las truchas.
- El atún hiere a Don Tocino; los cazones a las perdices y capones; la merluza, al puerco.
- Las langostas, los sábalos y los albures golpean a Don Carnal, mientras que el delfín y el tollo atacan a su ejército de carnes.
- Finalmente, el congrio, el salmón y la ballena rematan al líder carnal, sellando la victoria de Doña Cuaresma.
El combate entre don carnal y doña Cuaresma
Los restos del ejército de Don Carnal huyen, y sus principales aliados, como la cecina y el tocino, acaban colgados. Don Carnal es capturado y custodiado por el Ayuno, quien asegura su prisión durante los cuarenta días de la Cuaresma. Si quieres conocer más leyendas de la Cuaresma te animamos a conocer más sobre nuestro logo: La Vieja Cuaresma.
El Triunfo de Doña Cuaresma
La victoria de Doña Cuaresma marca el inicio de un periodo de sobriedad y abstinencia. Durante este tiempo, la carne queda proscrita y el pescado se convierte en el alimento principal. Los creyentes se preparan espiritualmente para la Semana Santa, siguiendo las normas de la tradición cristiana.
El Retorno de Don Carnal
Sin embargo, la historia no termina aquí. Al llegar el Sábado de Gloria, Don Carnal es liberado por sus aliados: Don Amor, Don Almuerzo y Doña Merienda. El carnaval regresa triunfalmente, con Don Carnal desfilando sobre un carro musical que simboliza el retorno de la alegría, los banquetes y las celebraciones. Es el momento de dejar atrás la austeridad de la Cuaresma y celebrar la vida con entusiasmo.
Una Metáfora Atemporal
La historia de Don Carnal y Doña Cuaresma sigue vigente como una representación del ciclo de la vida: un equilibrio constante entre el disfrute y la moderación. En las tradiciones populares, este relato se revive cada año con la llegada del carnaval y la posterior Cuaresma, recordándonos que, aunque los placeres mundanos sean tentadores, siempre hay un momento para la reflexión y el recogimiento.
Esta leyenda de «El combate entre Don Carnal y Doña Cuaresma», además de formar parte de nuestro patrimonio cultural, nos invita a reflexionar sobre la importancia de encontrar un balance en nuestras vidas, aceptando tanto la celebración como la introspección.
Fuente: https://cuaresmaegabrense.com/blog/el-combate-entre-don-carnal-y-dona-cuaresma/
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