26) Por qué hay tanto pecado y
oposición a Dios?
Debido al pecado de nuestros
primeros padres (pecado original) heredamos una humanidad que tiene una
tendencia natural hacia el pecado. Pero esa no es toda la historia. Satán es un
maestro anunciando la mentira. Hace que el pecado aparezca como bello y
deseable, tal como lo hizo en el Jardín del Paraíso (Gn 3). Trata de
convencernos de que Dios prohíbe cosas no porque son dañinas, sino porque nos
harán igual a Él y Él quiere oprimirnos, sumisos, bajo su pie. Por eso Satán
presenta el pecado como liberador mientras que siempre es exactamente lo
opuesto, esclavizante. Nuestros primeros padres cayeron por ello y nosotros
también.
Los pecados de la gente tienen su
raíz en su orgullo, cólera, envidia, codicia, lujuria, gula y pereza, conocidos
como los «siete pecados capitales». Igual que puede ser difícil coger la
autopista, escoger los males de este mundo puede ser muy atractivo a veces.
Todo se puede remontar a la caída de Lucifer, el «Ángel de Luz», el diablo, que
se rebeló contra Dios y estableció su reino en el mundo. Después de eso, Dios
permitió que la gente escogiera libremente para sí entre su camino de verdad,
generosidad y luz y el camino del demonio de mentiras, egoísmo y oscuridad.
27) Si el pecado es una materia tan
grave, ¿por qué no oímos más sobre él en discursos públicos?
Hoy vivimos una sociedad permisiva
que abraza el pecado como virtud. Están los caminos de Dios y los caminos del
mundo: dos caminos muy diferentes para que viva la humanidad. Los medios de
comunicación están frecuentemente llenos de mensajes implícitos de que «todo
vale» y de que el pecado «no es algo importante».
28) Me di cuenta después de que la
persona que besa a Jesús en el Huerto es Judas, uno de los apóstoles. ¿Por qué
entregó a Jesús?
Además de la motivación por dinero
(cf. Jn 12,6), Judas parece que esperaba que Jesús hubiera sido un tipo
diferente de mesías, mundano, que hubiera liberado a Israel del yugo de sus
opresores romanos. Al haber sido testigo de los milagros de Jesús, es posible
que Judas creyera en la divinidad de Jesús, o que al menos barruntara que era
un profeta. A veces se piensa que Judas entregó a Jesús a las autoridades para
forzar su brazo, de modo que Jesús ejerciera su autoridad y restaurara la
nación judía a la gloria terrena.
29) ¿Quién era Judas?
La Escritura nos habla poco sobre él
más allá de su nombre (Judas Iscariote) y su función como tesorero de los
apóstoles. Después de entregar a Jesús le vino remordimiento y se suicidó
colgándose.
«Iscariote» significa «puñal», que
es un nombre interesante a la luz de su papel al traicionar a Jesús
«apuñalándole por la espalda», como reza el dicho popular. También se cree que
su familia descendía de la ciudad de Kerioth, al sur de Judea.
De las partes de la Biblia que
mencionan a Judas podemos crear una especie de perfil psicológico suyo. Parece
que está muy interesado en las cosas «terrenas», tales como el poder y el
dinero. Reprocha a María de Betania que usó un aceite caro para ungir los pies
de Jesús. Judas se quejó de que el dinero debía ser usado para los pobres.
Judas también sirvió como tesorero para los discípulos, y la Biblia dice que
robó donaciones de la bolsa del dinero (Jn 12,6).
Judas parece que tuvo remordimiento
de su traición a Jesús porque, como vemos más tarde en la película, arroja en
el suelo del Templo las treinta monedas de plata con las que le pagaron para
traicionar a Jesús (cf. Mt 27,5). Incluso dice a los sacerdotes y escribas con
los que colaboró «pequé entregando sangre inocente» (Mt 27,4). Esto muestra que
Judas no estaba carente totalmente de conciencia. Incluso así, este
remordimiento no fue seguido de la virtud de la esperanza: esperanza de poder
ser perdonado. La Biblia revela que después de tirar las treinta monedas de
plata en el Templo, salió y se colgó (cf. Mt 27,5). Podría haber llegado a ser
un gran santo si se hubiera recobrado de su pecado como Pedro lo hizo. En
cambio, desesperó de la misericordia de Dios y escogió la muerte.
30) Una escena de lucha en el Huerto
entre los guardias del templo y los discípulos de Jesús sigue a la traición de
Jesús. Pedro corta la oreja de uno de los guardias con su espada, y el guardia
es fortalecido por el modo en que Jesús le cura. ¿Sucedió esto realmente?
La Biblia nos habla de la lucha, la
injuria y la curación de Jesús (cf. Mt 26,51 y Lc 22,51). Sin embargo, no
menciona nada sobre la odisea espiritual por la que el guardia herido parece
atravesar.
Aunque el añadido en la película
representa una licencia artística, es algo muy lógico: dicha lucha sería rápida
y furiosa. Imagina que tú eres el guardia del templo. Sientes que el afilado
borde de la espada corta tu oreja. Inmediatamente vas a tu oído con la mano y
sientes la carne y la sangre perdidas. El shock y la incredulidad empiezan
inmediatamente. Luego, de repente, el hombre al que tú vienes a arrestar te
toca con calma tu oído y te lo cura.
Así, la decisión del director de
dejar al guarda sentado y dar vueltas a lo que acaba de pasar es muy potente y
dramáticamente «correcta». Puedes ver en los ojos del guardia la admiración con
la que contempla a Jesús. No es improbable que este guardia del templo, como
otros más tarde en la historia, experimentara algún tipo de conversión después
de haber sido curado por Cristo.
31) Después de que Pedro corta la
oreja del guardia Jesús le ordena que vuelva a meter su espada con las famosas
palabras «los que empuñen espada, a espada perecerán». ¿Dijo esto Jesús
realmente?
Sí, lo dijo. Estas famosas palabras
se encuentran en Mt 26, 52. Aparte de su significado superficial de que uno
probablemente será matado violentamente si comete habitualmente actos
violentos, hay un advertencia más profunda de que se corre el riego de la
propia alma inmortal infringiendo el mandamiento «No matarás».
32) ¿Quién es el grupo de líderes
judíos que paga a Judas para que le traicione?
El grupo es el sanedrín, el consejo
de los jefes judíos compuesto de sacerdotes, escribas y fariseos. Estos grupos
no siempre estaban de acuerdo; cada uno tenía su propio plan. Pero, en general,
estaban de acuerdo en que Jesús era peligroso y necesitaba ser silenciado
porque amenazaba su poder con el pueblo y con los romanos. El jefe del consejo
era el sumo sacerdote. El sumo sacerdote en ese momento se llamaba Caifás y
jugaba un papel fundamental para convencer al consejo de que condenara a Jesús.
33) ¿Cuál era la motivación del
sanedrín para deshacerse de Jesús?
Tenían varios motivos. Primero, la
Biblia revela que había envidia por parte de los jefes judíos. Jesús era un
predicador itinerante; no era un sacerdote, escriba o fariseo. Además, los
informes de que Jesús realizaba milagros increíbles, como curar al ciego y resucitar
a muertos, y hablar contra la hipocresía de los escribas y fariseos,
indudablemente les espantaba. Había también casos en los que las acciones de
Jesús parecían contradecir lo que ellos entendían que enseñaba la Ley, tales
como curar a un hombre en sábado. En pocas palabras, su popularidad amenazaba
su función como jefes del pueblo judío.
Más importante, sin embargo, es que
Jesús había proclamado en términos muy claros que Él era el Hijo del Hombre,
blasfemia impensable para el sanedrín. Reivindicaba, por ejemplo, que perdonaba
los pecados. No sólo pecados contra Él, sino cualquier pecado. Tomó el nombre
de Dios («Yo SOY») para sí mismo, diciendo: «Antes de que Abrahán fuera, yo
SOY» (Jn 8,58). Decía que vendría al final de los tiempos para juzgar al mundo.
Aceptó títulos mesiánicos tales como «Hijo de David», «Hijo del Hombre» y
«Cristo, Hijo del Dios vivo». Estas palabras y hechos ciertamente condujeron a
debates intensos entre Jesús y los jefes religiosos judíos. Y esto condujo
inevitablemente a una reunión del sanedrín en la que se determinó que las
acciones de Jesús estaban conmoviendo a la gente y, como resultado, causaría
que los romanos les sustituirían y represionarían ulteriormente a la nación
judía.
Caifás pronunció su resolución: «Es
necesario que uno muera por el pueblo y que no perezca toda la nación» (Jn
11,50).
Su juicio parece casi razonable a la
luz de la severa opresión de la norma romana, excepto, por supuesto, por lo que
se refiere a la condena de un hombre inocente, un hombre que probó
repetidamente que era el Hijo de Dios a través de los milagros que realizaba.
34) Esta película ha suscitado
controversia en algunos círculos por su presentación de los jefes judíos.
¿Creen los católicos que el pueblo judío carga una culpa colectiva por la
muerte de Jesús?
Absolutamente no. La enseñanza
oficial de la Iglesia, en relación con la pregunta «¿Quién es responsable de la
muerte de Jesús»?, es clara e inequívoca. Algunos cristianos equivocados
(incluyendo, tristemente, algunos católicos) sostienen la opinión de que «los
judíos son responsables colectivamente por la muerte de Jesús» y que sólo a
ellos se debe culpar. Esta opinión fue definitivamente repudiada por el
Concilio Vaticano II: «Lo que se perpetró en la pasión [de Jesús] no puede ser imputado
indistintamente a todos los judíos que vivían entonces ni a los judíos de
hoy... no se ha de señalar a los judíos como reprobados por Dios y malditos
como si tal cosa se dedujera de la Sagrada Escritura» ( Catecismo de la Iglesia
Católica 597).
Para comprender quién es realmente
responsable de la muerte de Jesús, la Iglesia dice que el mejor lugar para que
cada uno mire es en el espejo. El Catecismo nos dice (n. 598): «...La Iglesia,
no ha olvidado jamás que "los pecadores mismos fueron los autores y como
los instrumentos de todas las penas que soportó el divino Redentor".
Teniendo en cuenta que nuestros pecados alcanzan a Cristo mismo, la Iglesia no
duda en imputar a los cristianos la responsabilidad más grave en el suplicio de
Jesús, responsabilidad con la que ellos con demasiada frecuencia, han abrumado
únicamente a los judíos:
Debemos considerar como culpables de
esta horrible falta a los que continúan recayendo en sus pecados. Ya que son
nuestras malas acciones las que han hecho sufrir a Nuestro Señor Jesucristo el
suplicio de la cruz, sin ninguna duda los que se sumergen en los desórdenes y
en el mal crucifican por su parte de nuevo al Hijo de Dios y le exponen a
pública infamia. Y es necesario reconocer que nuestro crimen en este caso es
mayor que el de los Judíos. Porque según el testimonio del Apóstol, "de
haberlo conocido ellos no habrían crucificado jamás al Señor de la
Gloria". Nosotros, en cambio, hacemos profesión de conocerle. Y cuando
renegamos de Él con nuestras acciones, ponemos de algún modo sobre Él nuestras
manos criminales».
A propósito, esta enseñanza no es
nada nuevo ni una invención de la Iglesia en la década de los sesenta. ¿La
prueba? La cita de arriba, que también aparece en el Catecismo está tomada de
los documentos del Concilio de Trento a mediados del siglo XVI. La siguiente
cita viene de san Francisco de Asís en el siglo XII, y fue dicha a cristianos,
no a judíos: «Tampoco los demonios le crucificaron; eres tú quien le ha
crucificado y quien le crucifica todavía cuando te deleitas en tus vicios y
pecados».
En pocas palabras, la
responsabilidad de la muerte de Cristo está en todos los hijos pecadores de
Adán y Eva. Lo curioso es que, acusando a los judíos solamente por la muerte de
Jesús, los cristianos antisemitas están diciendo, en realidad: «Jesús no murió
a causa de mis pecados. Murió por Esa Gente De Ahí». Eso es una cosa absurda
para que lo diga un cristiano. La verdad, como siempre ha enseñado la Fe
católica, es que «Todos los pecadores fueron los autores de la Pasión de
Cristo».
35) El director usa «flashbacks»
para conectar la Pasión con otros aspectos de la vida de Jesús. El primero
muestra a Jesús como carpintero, viviendo en casa con su madre. ¿Cuál fue el
propósito del director al crear esta escena?
Además de dar un poco de alivio
respecto de la intensidad cada vez mayor, aparece que la humanidad de María y
la divinidad de Jesús se ilustran ambas con el comentario de María de que las
mesas altas (como las que usamos diariamente en nuestros hogares) nunca tiene
éxito!
Esta escena conmovedora de amor
recíproco entre Jesús y María nos ayuda a reflexionar sobre el hecho
maravilloso de que Jesús probablemente vivió con su madre durante sus primeros
treinta años. A pesar de ser una persona divina, Él era muy «humano» en el modo
en que vivió. Comía, trabajaba como carpintero. Tenía vecinos, familia y
hermanos con quienes tenía trato como cualquier otra persona. Reía y sin duda
bromeaba con su madre, como lo ilustra la escena en la que se salpican con agua
mutuamente. Viendo la total normalidad de la relación maternal de María con
Jesús también nos trae la profundidad del dolor que debió haber experimentado
al ser testigo de su Pasión.
36) Cuando la película vuelve
nuevamente al presente -es decir, cuando comienza la persecución de Jesús por
parte de los romanos-, vemos que María dice con toda convicción «Ha empezado,
Señor. Hágase». ¿Sabía María realmente lo que iba a suceder a su Hijo?
Como mujer judía creyente, y como
virgen a la que se apareció el ángel Gabriel, María debía haber estado bien
instruida en las profecías sobre el Mesías. Esto incluye la naturaleza de sus
sufrimientos como lo muestra del modo más completo el profeta Isaías y más
elocuentemente el rey David en sus salmos. Por eso, es razonable creer que
María sabía que su hijo afrontaría la persecución en algún momento. También
sabemos por la Escritura que cuando María y su marido José presentaron al niño
en el Templo, un profeta llamado Simeón le dijo que «una espada traspasará tu
corazón» (Lc 2,35).
37) ¿Por qué el padre de Jesús no se
muestra en la película?
Quizá si el director escogiera
incluir otro flashback de la infancia de Jesús tendríamos un destello de José.
Pero el hecho es que no oímos nada más sobre José en la Biblia después de que
Jesús a los doce años fue encontrado en el Templo. La mayoría de los
investigadores creen que José había muerto en el momento en que Jesús empezó su
misión, lo cual parece muy verosímil a la luz de lo que Jesús hace poniendo a
su madre al cuidado del apóstol Juan.
38) ¿Por qué la mujer de Pilatos,
Claudia, es representada tan preocupada por el destino de Jesús?
Hay probablemente dos razones: la
primera, hay una seria especulación de que era una cristiana «en secreto».
Pilato, por supuesto, lo habría sabido pero probablemente pocos más. Segundo,
muestra compasión (o al menos sabiduría) sobre la cuestión de si Cristo debía
ser crucificado. En la Biblia advierte a su marido: «No te metas con ese justo,
porque hoy he sufrido mucho en sueños por su causa» (Mt 27,19).
39) Cuando Jesús es llevado ante
Caifás y el consejo de los ancianos, el cargo final contra Él es «blasfemia».
¿Qué es una blasfemia?
La blasfemia es una ofensa contra el
primer y segundo mandamientos. Estos obligan a no tomar el nombre de Dios en
vano o sin respeto, y a que la gente no se ponga a sí misma u otras cosas en
lugar de un honor mayor que Dios.
40) ¿Era la pena contra la blasfemia
realmente la muerte? Esto parece horriblemente severo.
La pena por blasfemar contra el
nombre de Dios está escrita en el libro del Levítico: muerte por lapidación (Lv
24,16). Esta ley fue escrita en tiempo de Moisés cuando algunos israelitas
adoraron un becerro de oro en lugar de reconocer al Dios verdadero que les
había sacado milagrosamente de la esclavitud de Egipto.
Debido a la ocupación romana las
autoridades judías no estaban autorizadas para llevar a cabo la pena de muerte.
Por eso, Jesús fue llevado al gobernador romano, Poncio Pilato. (Es interesante
notar que Caifás persistió para obtener que se aprobara la orden de crucifixión,
más bien que la lapidación. Esto sugiere que no estaba tan interesado en ver a
Jesús condenado según la ley cuanto en deshacerse de Él por cualquier medio).
41) Uno de los hombres que testifica
contra Cristo argumenta que Jesús sostenía que Él era «el pan de vida» y habló
repetidamente de comer su carne y beber su sangre. ¿Dónde está esto es la
Biblia?
Esta referencia está en el largo
discurso de Jesús en el evangelio de Juan, capítulo 6, donde Jesús se refiere a
sí mimos como «el Pan de Vida» (Jn 6,48) y dice que «si no coméis la carne del
Hijo del hombre, y no bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros» (Jn 6,53).
En respuesta a esta afirmación muchos de los discípulos de Jesús dejaron de
seguirle. Lo interesante es que Jesús permitió que estos discípulos le dejaran.
No los volvió a llamar diciendo "Eh, esperad un momento. No quería decir
esto literalmente. Quería decirlo simbólicamente». Les dejó marchar porque
realmente quería decir lo que dijo.
Las Iglesias católica, ortodoxa y
algunas protestantes aceptan que Jesús quisiera decir que esta enseñanza debía
ser entendida literalmente, es decir, que Él se daría a sí mismo a sus
seguidores como alimento espiritual. Este alimento, sin embargo, llegaría a
nosotros en la forma humilde de pan y vino. Jesús declaró esta misma enseñanza
la noche antes de su traición, el Jueves Santo, cuando en la Última Cena tomó
el pan, lo bendijo y lo partió y lo dio a sus discípulos diciendo:
«"Tomad, este es mi cuerpo". Tomó luego una copa y, dadas las gracias,
se la dio, y bebieron todos de ella. Y les dijo: "Esta es mi sangre de la
Alianza, que es derramada por muchos"» (Mc 14, 22-24).
A primera vista esta enseñanza suena
extraña («si no coméis mi carne»). Sin embargo, cuando entendemos el trasfondo,
tiene mucho sentido. Debes recordar que la Pascua se celebraba porque el ángel
exterminador enviado por Dios durante el tiempo de las diez plagas «pasó sobre»
cada hogar hebreo que tenía las jambas de las puertas rociadas con sangre. Sin
embargo, lo que no es comúnmente sabido es que a las familias que mataban el
cordero y luego rociaban la sangre del cordero, se les decía que comieran el
cordero. Para completar el sacrificio de la familia a Dios, tenían que matar y
comer el cordero que había sido degollado. Jesús es el perfecto Cordero. Para
compartir plenamente su sacrificio en la cruz, los cristianos son invitados a
alimentarse del Cordero de Dios que es el Pan de Vida.
42) Durante el simulacro de juicio
dos jefes judíos aparecen defendiendo a Jesús. ¿Quiénes son?
Aunque en la película no son
identificados probablemente son Nicodemo y José de Arimatea. Ambos son
mencionados en los evangelios como amigos de Jesús y como discípulos secretos,
amedrentados de miedo ante sus compañeros miembros del sanedrín. En efecto, Nicodemo
fue de noche a Jesús para preguntarle algunas cuestiones (Jn 3). Al otro, José
de Arimatea, lo vemos cuando Jesús es bajado de la cruz. José, rico seguidor de
Jesús, cedió su tumba para la sepultura de Jesús.
43) ¿Fue Jesús verdaderamente
culpable de blasfemia?
Jesús respondió las preguntas del
jefe de los sacerdotes y escribas pidiéndoles que le juzgaran según el
historial de su predicación pública.. Pero cuando el sumo sacerdote le conjura
con la pregunta: «¿Eres tú el Cristo, el Hijo del Bendito?» Él afirma
definitivamente que es en verdad el Hijo del Hombre y, más impactante y
deliberadamente, se aplica a sí mismo el Nombre de Dios («YO SOY, y veréis al
Hijo del hombre sentado a la diestra del Poder y venir entre las nubes del
cielo» (Mc 14,62). El sumo sacerdote aprovecha estas palabras, rasga sus
vestiduras y declara que ha blasfemado. Sin embargo, ¡la blasfemia sólo se
aplicaría si Jesús estuviera mintiendo! De hecho, Dios encarnado estaba de pie
justo enfrente de ellos -igual que la Verdad misma estuvo ante Pilato-, y no le
reconocieron.
44) Hoy la gente toma a menudo el
nombre de Dios en vano. ¿Es esto blasfemia?
Sí. Aunque nuestra hastiada cultura
no piensa en nada de ello en nuestros días, podemos estar seguros de que Dios
iba en serio cuando nos dio el segundo mandamiento.
45) De acuerdo con la Biblia, las
negaciones de Pedro tuvieron lugar mientras se calentaba al fuego, lo cual
parece que era una escena tranquila. ¿Por qué esta escena es presentada de
manera tan diversa en esta película?
Este es un ejemplo de licencia
creativa del director que se realiza para desarrollar plenamente la emoción del
drama expuesto de Pedro, jefe de los discípulos y futura cabeza de la Iglesia.
46) ¿Por qué el director elige tener
a Pedro caído a los pies de María, gritando «¡Le he negado, Madre!»?
Probablemente el intento es aquí
representar la enseñanza católica de que es aceptable apelar a la madre de
Jesús cuando has ofendido a Dios. A lo largo del tiempo de los reyes de Israel
y Judá, la Reina Madre mantenía una posición de poder e influencia. Apelar a la
madre de nuestro Rey es eminentemente razonable, ya que su corazón y el suyo
están tan íntimamente unidos.
47) Hay una escena en la que María
entra en un lugar y encuentra a Jesús encadenado al techo bajo el empedrado del
pavimento. ¿Cuál es el significado más profundo de esta escena?
Uno puede imaginar que el director
trata de representar en esta imagen la conexión eterna entre Jesús y su madre.
Jesús, el Mesías y cumplimiento de antigua profecía, y María, que se abandonó a
la voluntad de Dios desde el nacimiento de Jesús hasta la muerte, están
permanentemente unidos.
48) ¿Es algo forzado asumir que
María fue una activa partícipe en la Pasión de Cristo?
En absoluto. De acuerdo con la
Biblia, María estaba presente en algunos milagros de Jesús y de hecho ayudó
como lanzadera del ministerio público de Jesús solicitándole que suministrara
vino a los probablemente avergonzados anfitriones en las bodas de Caná (Jn 2)
La Tradición la supone encontrando a Jesús en su camino hacia el Gólgota (donde
fue crucificado) y la Escritura también la sitúa estando de pie con María
Magdalena y san Juan al pie de la cruz.
49) ¿Por qué rodean demonios-niños a
Judas en su tormento?
Esta es otra licencia creativa del
director. Representar algo tan inocente como niños actuando en tan retorcida y
terrorífica manera subraya las consecuencias del pecado retorciendo nuestra
percepción del bien, de la verdad y de la belleza. Esto tiene hoy gran
importancia puesto que la sociedad moderna, con su enquistado egoísmo, ha
llegado a ver a los niños como un peso y no como un tesoro; una maldición en
lugar de una bendición.
50) Supongo que los soldados eran
soldados romanos. Si es así, ¿cuál era su relación con los jefes judíos?
Aquí hay una visión de conjunto
política: los romanos habían conquistado esta parte del mundo unos doscientos
años antes. No era una parte importante del Imperio Romano en absoluto, como
vemos por la queja de Poncio Pilato en la película por haber sido emplazado
allí ¡once largos años! Existía una relación de enemistad entre el gobernador
romano de la tierra de Judea, Pilato, y los jefes judíos. El bastión de la
élite del Templo era la amenaza de amotinamiento. Pilato estaba bajo la presión
del César en Roma para que mantuviera la paz. Puesto que el pueblo judío
esperaba que el Mesías, predicho en las Escrituras, sería un jefe militar que
les liberaría de la ocupación romana, esta amenaza hacía caer un gran peso
sobre Pilato. Como nota aparte, a los judíos se les permitía una cierta
presencia policial como en la guardia del templo, que arrestó a Jesús en el
Huerto.
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