Película: El amo del mundo (1961)
El juicio contra Edom (Isaías 34, 1-2)
1 Acercaros, pueblos y escuchad, naciones, prestad atención; oiga la tierra y cuanto hay en ella, el orbe y cuanto en él brota:
2 Que Yahvé está airado con las naciones, encolerizado con todos sus ejércitos. Piensa exterminarlas, las ha entregado a la matanza.
JUICIO SOBRE EDOM (Isaías 34, 1-17)
La enemistad entre Edom e Israel era muy profunda y venía de antiguo. Todavía se exacerbó más cuando Edom, aprovechando la caída de Judá ante los babilonios en 587, se apoderó de una parte del territorio de Judá. La primera parte del oráculo (1-8) describe la explosión de la ira divina; la segunda (9-17) presenta la destrucción total como resultado de la venganza de Yahvé.
Edom, enemigo del pueblo de Dios, se tiene bien merecido ese juicio. Sufre el destino de Sodoma y Gomorra.
Como resultado de la acción de la espada vengadora de Dios sobre Edom, su tierra parecerá devastada con azufre y brea, una sustancia parecida al asfalto que arde continuamente. La tierra estará asolada por muchas generaciones. Las ciudades de Edom y sus territorios serán habitados por aves y animales salvajes, que normalmente no se asientan en lugares densamente poblados. La lechuza, los cuervos, los chacales, hienas, la cabra salvaje, los buitres y otras fieras del desierto se asentarán allí porque no habrá gente. Las bestias salvajes vivirán en Edom de generación en generación porque el Espíritu de Dios les indicará que lo hagan.
Edom como nación, como raza, representa a todas las naciones enemigas del pueblo de Israel. Para todas estas naciones, Dios ha emitido su juicio. Todas estas naciones que fueron grandes imperios iban a quedar reducidos a escombros. Solamente el nombre de ellos quedaría, recuerdo de sus glorias pasadas. Isaías vivía en un día cuando la venganza era actitud aceptable. Esta profecía manifiesta la alegría que sentía el pueblo por el castigo que iba a llegar a Edom y otras naciones. El pueblo nunca olvidó el trato de los edomitas cuando la nación estaba en crisis. Por eso, es regocijan cuando esta nación experimenta su retribución.
Además, el conflicto entre Edom y Judá tenía también dimensiones espirituales; era un conflicto en el cual se libraba una lucha entre el pueblo de Dios y sus enemigos; en otras palabras, era un conflicto entre creyentes e incrédulos. Ante esta explicación, no es difícil comprender, por qué Isaías escogió a Edom, sus vecinos al sureste, como un representante muy apropiado de todas las naciones del mundo que eran hostiles a Dios.
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