Película: Kundun (1997)
Una de las formas de expresión del budismo tibetano es el mandala. Los mandalas son formas geométricas que mezclan el círculo y el cuadrado (o triángulo) formando imágenes simétricas, esto es con los dos lados iguales.
Un rito muy conocido del budismo tibetano es la iniciación del Kala-Chacra. Se compone de una serie de actos que duran varios días. Entre estos actos se realiza un mandala especial. Se realiza con arena de colores. Durante muchas horas los monjes se concentran en colocar la fina arena en cada detalle del dibujo, empujando la arena por pequeños conos de metal, suavemente, para que ni un grano quede fuera de sitio. Incluso hacen dibujos de animales y plantas con la arena.
Después de acabar esta obra de arte y acabados los ritos, el mandala, construido con tanto esfuerzo, se barre. Desaparece, se recoge la arena y se la echa en un rio para que vuelva a la naturaleza.
Puede sorprender que dediquen tanto esfuerzo y delicadeza a una obra que desaparecerá en un momento. Pero así les ayuda a comprender el mensaje del budismo: todo pasa, nada permanece. Y eso no debe llevarte a no hacer nada, sino a concentrarte en el presente para alcanzar la eterna felicidad.
Para los budistas nada es permanente, la liberación solo puede alcanzarse en el presente, así se explica el ritual del Kala-Chacra
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