Blog del Profesorado de Religión Católica: El santo que levitaba, San José de Cupertino

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miércoles, 1 de noviembre de 2023

El santo que levitaba, San José de Cupertino

 Película: El hombre que no quería ser santo (1962) 

José nació en 1603 en Cupertino, en la actual Italia, creció siendo debilucho y distraído (lo llamaban “el Boquiabierta”), lo que preocupaba a su madre, aunque era un niño muy piadoso. 

El ser distraído hizo que no fuera admitido a los 17 años como franciscano. Los capuchinos lo admitieron como hermano lego, pero a los ocho meses lo expulsaron porque no cumplía con el mínimo: se le caían los platos al llevarlos al comedor, olvidaba los encargos que le hacía… Parecía que no le interesaba trabajar. 

Acudió a un familiar que era rico pero este dijo que «no era bueno para nada» y lo despidió. 

Al regresar a casa, ni siquiera su madre se alegró sino que le pidió a un pariente franciscano que lo aceptara como recadero. 

Pero algo ocurrió con san José y entonces en el convento comenzó a desempeñar oficios con destreza y habilidad. Pese a la fama que le precedía, su humildad, su amabilidad, su espíritu de penitencia y su amor a la oración hicieron que todos los religiosos lo apreciaran. 

Así, en 1625, por votación unánime de los frailes de la comunidad, José de Cupertino fue admitido como fraile franciscano. 

 ** La Providencia le ayudó para ser sacerdote ** 

Al comenzar sus estudios, todos notaban que a José le costaba memorizar. Llegaban los exámenes y se trababa. Solo sabía explicar bien el versículo de la Visitación: “¡Tú eres bendita entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre!”. 

José llegó al examen y el jefe de los examinadores le dijo: «Voy a abrir el evangelio, y la primera frase que salga, será la que tiene que explicar». La frase era precisamente «¡Tú eres bendita…». 

Llegó la hora del examen final, en el que el señor obispo iba a decidir qué estudiantes podían ser ordenados sacerdotes. Examinó a los diez primeros y los resultados fueron excelentes. Entonces dijo: «¿Para qué seguir examinando a los demás si todos se encuentran tan formidablemente preparados?». Así fue como José de Cupertino se libro de pasar la prueba y pudo llegar al sacerdocio. 

San José de Cupertino fue ordenado sacerdote en el año 1628. Era consciente de la poca capacidad que tenía para predicar o enseñar, pero suplía con una vida de piedad intensa y mucha mortificación. 

En la Iglesia han experimentado levitaciones más de 200 santos. Consisten en elevarse el cuerpo humano desde el suelo, sin ninguna fuerza física que lo esté llevando. Se ha considerado como un regalo que Dios hace a ciertas almas muy espirituales. San José de Cupertino tuvo numerosísimas levitaciones. 

El papa Benedicto XIV que era rigurosísimo en no aceptar como milagro nada que no fuera en verdad milagro, estudió cuidadosamente la vida de José de Cupertino y declaró: «todos estos hechos no se pueden explicar sin una intervención muy especial de Dios». Fue canonizado por Clemente XIII. 

 Es considerado patrón de los viajeros en avión, los aviadores, las personas con discapacidad intelectual y los estudiantes en exámenes, esto último por las dificultades que debió atravesar en su etapa de estudiante. 

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@cinereligioso9357  

 

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