Película: Poveda
«España ha dejado de ser católica»
Así lo dijo Azaña en las Cortes el día que tomó posesión de la
presidencia del Consejo en 1931. Así se fabricó una «cuestión religiosa»
que acabó con la persecución e iglesias quemadas.
Durante el primer bienio de la Segunda República Española, (también
llamado “el bienio social-azañista”), que comprende desde el 15 de
diciembre de 1931 hasta septiembre de 1933, se realiza una política
antirreligiosa, que se intenta justificar como una cuestión de «salud
pública».
Así las órdenes religiosas debían inscribirse en el ministerio de
Justicia. El pago por el Estado de sueldos a los sacerdotes cesaría al
cabo de dos años; a ninguna orden le sería permitido poseer más bienes
de los necesarios para su subsistencia.
En base al artículo 26 de la Constitución de 1931, se produce la
disolución de los jesuitas. Se prohíbe la enseñanza a las demás órdenes.
Se busca el desalojo del catolicismo y de la Iglesia católica de la
sociedad española.
La Ley de Congregaciones Religiosas, desarrollo del artículo 26 de la
Constitución, puso a la Iglesia católica bajo la tutela del Gobierno.
La incorporación de estas cláusulas francamente anticlericales
significaba que, tras su aprobación por las Cortes, los católicos
españoles se verían obligados a enfrentarse con la Constitución, si
deseaban ser consecuentes con sus ideales religiosos.
Si le interesa analizar el Hecho Religioso desde el punto de vista del
cine puede visitar el canal "religión y cine";
https://www.youtube.com/channel/UC1SB...
Fuente: canal religión y cine
Fuente: canal religión y cine
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