Estamos en la cuenta atrás para que llegue la Navidad, por lo que es momento de ir armando el Belén: aquí te ofrecemos recomendaciones para que el portal tenga rigor histórico
Por REDACCIÓN RELIGIÓN
Estamos en la cuenta atrás para que llegue la Navidad, y es momento de ir armando nuestroBelén. Los mercadillos navideños hacen su agosto en estas fechas, ya que no son pocas las familias que compran alguna figurita nueva para enriquecer su Pesebre.
El problema es que la fiebre mercantilista ha hecho que en estos mercadillos se vendan todo tipo de figuritas que, no nos engañemos, no pintan nada en un Belén, por no hablar de la falta de rigor histórico. No olvidemos que estamos hablando de la Cisjordania de hace más de 2.000 años. No parece lógico que por aquel entonces hubiese frutas y verduras, teniendo en cuenta que estos alimentos no llegaron hasta el Descubrimiento de América, milenio y medio después.
Los dos errores bíblicos que cometes al armar tu Belén
Por tanto, es buen momento para ofrecer algunas pautas que te vendrán bien si quieres armar un Belén lo más aproximado posible a la realidad de aquella época.
El más elemental tiene que ver con una cuestión bíblica. Y es colocar al Niño Jesús en el lecho antes del 25 de diciembre. Lo ideal es incorporarlo al portal junto a la Virgen María y San José en Nochebuena, ya que hasta entonces no había nacido.
El segundo error más visible es la presencia en nuestro portal de Belén de los Reyes Magos antes del 6 de enero. Por cierto, ya que hablamos de los Reyes Magos, habría que hacer otras dos consideraciones: la primera tiene que ver con su ropaje, más propio de los monarcas europeos de la Edad Media. El segundo, es que el Baltasar original no era de piel negra. Sobre este respecto, la hipótesis más sólida es que la Iglesia le cambió de color para que los creyentes donde la mayoría de la población era oscura, se identificaran con alguno de los reyes.
Cuidada el clima con el que representas Belén y los alimentos
A partir de ahí, los errores son de otra índole, en muchos casos vinculados con el clima. Y es que parece una obviedad, pero en Cisjordania la nieve no es habitual, por lo que empeñarnos en representar Belén como si se trataran los alpes suizos, no tiene mucho sentido.
Por otro lado, la mayoría de los belenes vemos que sus figuras son todas de piel blanca, algunas de ellas rubias y con ojos azules.Parecen más suecos que de Oriente Medio. También tendemos a dibujar así en nuestros belenes a Jesucristo, lo que es paradójico, ya que para representar su Pasión vemos a un Jesús moreno y con barba.
Ya hemos dado alguna pincelada sobre los alimentos que incluimos en el Pesebre, entre las que destacan frutas y hortalizas, que no llegaron a Europa hasta el Descubrimiento de América, por lo que Jesucristo jamás los probaría.
En cuanto a la utilización que hacemos de los animales a la hora de armar nuestro Belén, también merece mención aparte. Para empezar,los cerdos era imposible que criaran en esta zona, ya que su consumo está prohibido en el judaísmo. Tampoco tiene ningún rigor histórico incluir pavos, que también fueron traídos de América muchos siglos después. Otra cosa con los bueyesm la mula o los camellos.
Benedicto XVI, sobre la presencia de animales en Belén y los Reyes Magos de Oriente
En su libro 'La infancia de Jesús', el Papa Benedicto XVI aseguraba que “en el nacimiento de Jesús recostado en un pesebre no había animales, concretamente, ni el buey ni el asno, y que los magos provenían de Tarsis-Tartesos en España". Aquellas afirmaciones generaron cierta polémica, ya que de manera interesada algunos quisieron manipular sus palabras.
Lo que Joseph Ratzinger quería decir es que “María puso a su niño recién nacido en un pesebre. De aquí, sigue diciendo, se ha deducido con razón que Jesús nació en un establo. El pesebre hace pensar en los animales, pues es donde comen. En el Evangelio no se habla en este caso de animales. Pero la meditación guiada por la fe, leyendo el Antiguo y Nuevo Testamento, relacionados entre si, ha colmado muy pronto esta laguna, remitiéndose a Isaías 1,3: el buey conoce a su amo y el asno el pesebre de su dueño".
Sobre la proveniencia de unos magos, enseña textualmente: "Así como la tradición de la Iglesia ha leído con toda naturalidad el relato de la Navidad sobre el trasfondo de Isaías 1,3, y de este modo llegaron al pesebre el buey y el asno, así tambien ha leído la historia de los Magos a la luz del Salmo 72,10 e Isaías 60. Y, de esta manera, los sabios de Oriente (los Magos) se han convertido en Reyes, y con ellos han entrado en el pesebre los camellos y los dromedarios. La promesa contenida en estos textos extiende la proveniencia de estos hombres hasta el extremo Occidente (Tarsis-Tartesos) en España".
Es decir, lo que el papa Benedicto XVI dice y enseña en su citado libro es: Primero.- Los Evangelios no hablan de animales, en concreto, ni de buey ni del asno, sino que su presencia, en concreto del buey y del asno, en el nacimiento de Jesús en Belén son producto de la tradición cristiana fundada en el texto citado del profeta Isaías 1,3.
Segundo.- La expresión "unos Magos de Oriente" extiende su proveniencia o procedencia hasta el extremo de Occidente situado en Tarsis o Tartesos, Cádiz, en España. La tradición cristiana los ha llamado Reyes conforme al Salmo 72,10 y al profeta Isaías 20. Pero de ninguna manera dice y enseña que los Magos de Oriente procedan de Tarsis, Tartesos, Cádiz, en España, sino que eran sabios filósofos y astrólogos que provenían de Persia.
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