Pero la pregunta creo es la siguiente: ¿por qué mienten tanto los socialistas y todavía en mayor grado los podemocomunistas?
Pedro Trevijano Etcheverria –
El 19 de Enero se realizó un encuentro entre el consejero de Educación de mi Comunidad Autónoma de La Rioja y los representantes de la enseñanza de Religión de mi diócesis, en la que el Consejero, don Pedro Uruñuela comunicaba su propósito de no renovar el Convenio. El 23 el periódico local La Rioja informaba con este titular: «Educación acusa a la Diócesis de no mostrar interés para renovar el Convenio de Religión». El 27 la Diócesis publicaba un comunicado aclarando los hechos, del que se ha hecho eco InfoCatólica.
Este asunto de la clase de Religión es un asunto que lógicamente me interesa, puesto que he sido profesor de esa materia hasta mi jubilación en el 2003. Es una asignatura en la que no sólo se tratan los grandes interrogantes del ser humano, sino que la Religión tiene mucho que ver con loa cultural, como lo prueba el hecho que en casi todas las ciudades su edificio más importante es de carácter religioso y si uno va al Museo del Prado como no tenga unos conocimientos religiosos es que no se entera de casi nada.
Pero volviendo a nuestro tema, para empezar al Consejero se le ha escapado un dato del que se da cuenta hasta un niño. Si el Convenio se firmó en el 2002 y se va renovando cada cuatro años, caduca en el 2022 y no en el 2020 como pretende. Es la primera de una serie de mentiras a las que hace referencia el comunicado de la Diócesis. Uno no puede sino recordar la famosa frase de Rubalcaba: «España no se merece un Gobierno que mienta».
Pero la pregunta creo es la siguiente: ¿por qué mienten tanto los socialistas y todavía en mayor grado los podemocomunistas? La explicación para mí está en esta frase de Rodríguez Zapatero a una revista italiana: «La idea de una ley natural por encima de las leyes que se dan los hombres es una reliquia ideológica frente a la realidad social y a lo que ha sido su evolución. Una idea respetable, pero no deja ser un vestigio del pasado». Y es que si Dios no existe, ni tampoco la Ley Natural, el octavo mandamiento no tiene fundamento y la base del pensamiento lo constituyen la ideología relativista, la marxista y la de género. Si Dios y la Ley Natural no existen, nuestros derechos fundamentales tienen como único fundamento al Estado y no hay una Verdad objetiva que el hombre deba buscar y por tanto no hay verdad ni mentira, ni ninguna norma transcendente.
El comunista italiano Gramsci nos indica el criterio de verdad marxista: «Verdad es lo que le conviene al Partido». Por tanto, si al Partido le conviene que ahora, doce del mediodía, sea de noche, pues es de noche. Y en cuanto a la ideología de género hay una conocida frase que dice: «cuando se niega lo sobrenatural, no caemos en lo natural, sino en lo antinatural», como sucede con esta ideología, que afirma que yo puedo escoger libremente mi sexo, como si no tuviese los cromosomas XY y por mucho que me empeñe, no podría llegar nunca a ser madre, y es que el ser humano es también naturaleza.
Si a estos antecedentes, unimos el odio a la fe de muchos, entenderemos por qué los socialcomunistas no tienen ningún empacho en mentir, como nos tiene acostumbrados el Gobierno de Sánchez e Iglesias. Un ejemplo de esto lo tenemos con la Ley Celaá, cuando la ministra disparó todas las alarmas cuando dijo aquello de «los hijos no son propiedad de los padres», en lo que puede tener razón, puesto que nadie es propietario de otro ser humano, pero es inadmisible en el sentido que lo dijo: la educación de los niños pertenece al Estado y no a los padres, porque eso es totalitarismo. El principal responsable de la educación de los niños no es el Estado, sino los padres, tal como lo afirman la Constitución y la Declaración de Derechos Humanos.
A nivel local, creo que el comunicado de la diócesis es, aunque educado, suficientemente expresivo de las inexactitudes del Consejero de Educación. En mi época de profesor, tuve que aguantar unas cuantas, que llenarían varias páginas. Voy a citar un par de ellas.
El 2-XII-1999 publiqué una Carta al Director en La Rioja, cuyo título era: «Las Juventudes socialistas calumnian», en la que ante la acusación de «Hacer uso de las horas asignadas como profesor de religión para plantear a sus alumnos temas como la falta de ética de los socialistas y la falta de moral de las mujeres», respondí así: «Declaro bajo juramento que jamás he encargadoa un alumno o alumna trabajos así».
El 2-XI-2002 el secretario general riojano de FETE-UGT escribía también en La Rioja: «¿Qué artículos de la Carta Magna obliga a los poderes públicos a pagar los salarios de esos Profesores (los de Religión) nombrados por el Obispo? ¿Cuál de sus capítulos, en suma, establecen que la Religión debe formar parte del currículo escolar? En consecuencia, y ésta sí lo es, en FETE-UGT entendemos que los poderes públicos deben garantizar esos derechos, pero no financiarlos». Sin comentarios.
Pedro Trevijano, sacerdote
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