Un día contra la violencia por motivos religiosos: libertad y respeto - Vatican News
La
libertad de religión y de creencias, la libertad de opinión y de
expresión, el derecho de reunión pacífica y el derecho de libertad de
asociación son interdependientes, están interrelacionados y se refuerzan
mutuamente
Manuel Cubías - Ciudad del Vaticano vaticannews.va
La lucha contra todas las formas de intolerancia y discriminación basadas en la religión o las creencias, no es una tarea fácil en la actualidad. Es necesario crear o proponer espacios para un debate abierto, constructivo y respetuoso de ideas, así como el diálogo interreligioso e intercultural, a nivel local, regional, nacional e internacional.
Generar espacios de conocimiento y diálogo, que superen los prejuicios, puede desempeñar un papel positivo en la lucha contra el odio religioso, la incitación y la violencia.
En muchas partes del mundo, se continúan perpetrando actos de intolerancia y violencia basados en la religión o la creencia, incluso existe cierta focalización contra personas pertenecientes a comunidades y minorías religiosas. Además, la cantidad y la intensidad de estos incidentes va en aumento, adquiriendo a menudo un carácter criminal y unas pautas repetidas a nivel internacional.
La base de este planteamiento está expresada en el prefacio del "Documento sobre la hermandad humana por la paz mundial y la convivencia común" firmado en Abu Dhabi por el Papa Francisco y el Gran Imán de Al-Azhar Ahmad Al-Tayyib, donde se afirma: "La fe lleva al creyente a ver en el otro a un hermano al que apoyar y amar", que invita a "todas las personas que llevan en el corazón la fe en Dios y fe en la fraternidad humana a unirse y a trabajar juntos".
Este llamamiento lo amplían y piden a los hombres de religión y cultura, así como a los medios de comunicación, redescubrir y difundir "los valores de la paz, la justicia, la bondad, la belleza, la hermandad humana y la convivencia común".
La lucha contra todas las formas de intolerancia y discriminación basadas en la religión o las creencias, no es una tarea fácil en la actualidad. Es necesario crear o proponer espacios para un debate abierto, constructivo y respetuoso de ideas, así como el diálogo interreligioso e intercultural, a nivel local, regional, nacional e internacional.
Generar espacios de conocimiento y diálogo, que superen los prejuicios, puede desempeñar un papel positivo en la lucha contra el odio religioso, la incitación y la violencia.
En muchas partes del mundo, se continúan perpetrando actos de intolerancia y violencia basados en la religión o la creencia, incluso existe cierta focalización contra personas pertenecientes a comunidades y minorías religiosas. Además, la cantidad y la intensidad de estos incidentes va en aumento, adquiriendo a menudo un carácter criminal y unas pautas repetidas a nivel internacional.
Papa: No usar el nombre de Dios para justificar odio y violencia
El Papa Francisco en su viaje a los Emiratos Árabes Unidos, el pasado mes de febrero, afirmó: “Hay que condenar sin vacilación toda forma de violencia porque usar el nombre de Dios para justificar el odio y la violencia contra el hermano es una grave profanación. No hay violencia que encuentre justificación en la religión”.La base de este planteamiento está expresada en el prefacio del "Documento sobre la hermandad humana por la paz mundial y la convivencia común" firmado en Abu Dhabi por el Papa Francisco y el Gran Imán de Al-Azhar Ahmad Al-Tayyib, donde se afirma: "La fe lleva al creyente a ver en el otro a un hermano al que apoyar y amar", que invita a "todas las personas que llevan en el corazón la fe en Dios y fe en la fraternidad humana a unirse y a trabajar juntos".
Llamamiento a evitar derramar sangre inocente
En el mismo documento se hace un llamado: «nos pedimos a nosotros mismos y a los líderes mundiales, a los autores de la política internacional y de la economía mundial, de comprometerse seriamente a difundir la cultura de la tolerancia, la convivencia y la paz; de intervenir lo antes posible para detener el derramamiento de sangre inocente y poner fin a las guerras, los conflictos, la degradación ambiental y el deterioro cultural y moral que vive el mundo actualmente».Este llamamiento lo amplían y piden a los hombres de religión y cultura, así como a los medios de comunicación, redescubrir y difundir "los valores de la paz, la justicia, la bondad, la belleza, la hermandad humana y la convivencia común".
Cuidar el don de la vida
Los dos líderes recuerdan que el Creador «nos ha concedido el don de la vida para cuidarlo. Un don que nadie tiene derecho de eliminar, amenazar o manipular a su gusto... Por ello, condenamos todas las prácticas que amenazan la vida como el genocidio, los actos terroristas, el desplazamiento forzado, el tráfico de órganos humanos, el aborto y la eutanasia y las políticas que apoyan todo esto».
El jueves 22 de agosto de 2019 se
celebra el primer Día Internacional de Conmemoración de las Víctimas de
Actos de Violencia Basados en la Religión y las Creencias. Así
lo estableció a finales de mayo la Asamblea General de la Organización
de las Naciones Unidas (ONU) tras una proposición presentada por
Polonia. Esta, tuvo el apoyo de Estados Unidos, Canadá, Brasil, Egipto,
Irak, Jordania, Nigeria y Pakistán.
Para la fundación pontificia Ayuda a la Iglesia Necesitada (ACN), que lleva 70 años trabajando por los cristianos que sufren persecución por su fe, este "es un paso importante para que en el futuro se escuche más la voz de los cristianos perseguidos", afirma Thomas Heine-Geldern, presidente ejecutivo internacional de ACN. "Estamos muy satisfechos. Lo esperábamos desde hacía mucho tiempo".
La iniciativa de establecer un día mundial de las Víctimas de violencia contra la religión fue iniciada y llevada a cabo por Ewelina Ochab, abogada, autora y coautora de varios libros y artículos sobre la libertad religiosa, que ha contado con el respaldo y la inspiración de ACN.
Para Ochab, "tener una fecha señalada es importante para no olvidar nuestros compromisos, pero no es una meta en sí misma, sino el inicio de una larga campaña para prevenir que no haya más víctimas en el futuro".
Por ello, el presidente de ACN considera necesario "iniciar un proceso que lleve a las comunidad internacional a un plan de acción coordinado para poner fin a la persecución religiosa y prevenirla en el futuro".
En este sentido, Heine-Geldern propone que se establezca una plataforma de la ONU para promover el intercambio con representantes de los grupos religiosos perseguidos, así como la creación de un Tribunal internacional que se ocupe de la cuestión de la impunidad de los actos de violencia basados en la religión cometidos por grupos como Boko Haram, Al-Shabaab o el EI.
Para la fundación pontificia Ayuda a la Iglesia Necesitada (ACN), que lleva 70 años trabajando por los cristianos que sufren persecución por su fe, este "es un paso importante para que en el futuro se escuche más la voz de los cristianos perseguidos", afirma Thomas Heine-Geldern, presidente ejecutivo internacional de ACN. "Estamos muy satisfechos. Lo esperábamos desde hacía mucho tiempo".
La iniciativa de establecer un día mundial de las Víctimas de violencia contra la religión fue iniciada y llevada a cabo por Ewelina Ochab, abogada, autora y coautora de varios libros y artículos sobre la libertad religiosa, que ha contado con el respaldo y la inspiración de ACN.
Para Ochab, "tener una fecha señalada es importante para no olvidar nuestros compromisos, pero no es una meta en sí misma, sino el inicio de una larga campaña para prevenir que no haya más víctimas en el futuro".
Los cristianos, en el punto de mira
Según datos del Informe Libertad Religiosa en el Mundo, editado por ACN, el 61% de la población mundial vive en la actualidad en países donde no hay libertad religiosa, se discrimina y persigue a causa de la religión. Por otro lado, aunque «todas las comunidades religiosas sufren regularmente agresiones, los informes internacionales sobre la libertad religiosa confirman desafortunadamente que los cristianos son los más perseguidos», apunta Heine-Geldern.Por ello, el presidente de ACN considera necesario "iniciar un proceso que lleve a las comunidad internacional a un plan de acción coordinado para poner fin a la persecución religiosa y prevenirla en el futuro".
En este sentido, Heine-Geldern propone que se establezca una plataforma de la ONU para promover el intercambio con representantes de los grupos religiosos perseguidos, así como la creación de un Tribunal internacional que se ocupe de la cuestión de la impunidad de los actos de violencia basados en la religión cometidos por grupos como Boko Haram, Al-Shabaab o el EI.
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