Fue en el 2001 el día del Recuerdo De Holocausto. De una cruel actualidad.
* Ojito * Publico esto en nombre de la cómplice indiferencia que
actualmente existe en los Gobiernos europeos, asiáticos y algunos de
América, cierran los ojos ante este genocidio, se quedan en silencio
porque como pasa lejos, no les afecta. Un judío que padeció la
violencia de los nazis en la Segunda Guerra Mundial, explica los
peligros de la indiferencia en 1999 en Washington. Pero... yo me
pregunto si a su "cadena sin sentido de asesinatos" le añadiría lo que
pasa hoy en Palestina, más precisamente en la Franja de Gaza.
------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------
Conmovedor
Discurso de Elie Wiesel "Los peligros de la Indiferencia" en 1999 en
Washington. En él, el Wiesel cuenta su historia, la de un chico judío
que un día creyó que nunca volvería a ser feliz, y la historia de un
anciano que, 54 años después de ser liberado de la muerte, dedicó toda
su vida a intentar explicar los peligros de la indiferencia como una de
las lecciones más importantes que debíamos aprender:"Estamos en el
umbral de un nuevo siglo, un nuevo milenio. ¿Cuál será el legado del
siglo desaparecido? ¿Cómo será recordado en el nuevo milenio? Por
supuesto que será juzgado, y juzgado severamente, tanto moralmente como
en términos metafísicos. Los siguientes errores han imprimido una oscura
sombra sobre la humanidad: Dos guerras mundiales, incontables guerras
civiles, una cadena sin sentido de asesinatos: Gandhi, los Kennedy,
Martin Luther King, Sadat, Rabin, baños de sangre en Cambodia y Nigeria,
India y Pakistán, Irlanda y Ruanda, Eritrea y Etiopía, Sarajevo y
Kósovo, la inhumanidad en el Gulag y la tragedia de Hiroshima. Y en un
nivel diferente, por supuesto, Auschwitz y Treblinka. Tanta violencia,
tanta indiferencia. ¿Qué es indiferencia? Etimológicamente, la palabra
significa “no hay diferencia.” Un estado extraño e innatural en el cual,
las líneas entre la luz y la oscuridad, el anochecer y el amanecer, el
crimen y el castigo, la crueldad y la compasión, el bien y el mal, se
funden.¿Cuáles
son sus cursos y sus inescapables consecuencias? ¿Es una filosofía? ¿Es
concebible una filosofía de la indiferencia? ¿Puede uno ver la
indiferencia como virtud? ¿Es necesario, de vez en cuando, practicarla,
simplemente para conservar nuestra sanidad, vivir normalmente, disfrutar
una buena comida y un vaso de vino, mientras el mundo alrededor nuestro
experimenta una terrible experiencia.Por supuesto, la indiferencia
puede ser tentadora, más que eso, seductiva. Es mucho más fácil alejarse
de las víctimas. Es tan fácil evitar interrupciones tan rudas en
nuestro trabajo, nuestros sueños, nuestras esperanzas. Es, después de
todo, torpe, problemático, estar envuelto en los dolores y las
desesperanzas de otra persona.Allá, detrás de las puertas negras de
Auschwitz, los prisioneros más trágicos eran, como eran llamados, los
“Muselmanne,” (Término alemán usado en campos de concentración para
referirse a prisioneros que se encontraban al borde de la muerte, ya sea
por desesperanza, hambre, enfermedad o agotamiento). Envueltos en sus
propias sábanas, se sentaban o yacían en el piso, con la mirada fija en
el espacio, inconscientes de dónde estaban o quiénes eran, ajenos a su
entorno.No
sentían más dolor, hambre, sed. No le temían a nada. No sentían nada.
Estaban muertos y no lo sabían. En lo profundo de las raíces de nuestra
tradición, algunos de nosotros sentíamos que ser abandonados por la
humanidad no era lo último. Nosotros sentíamos que ser abandonados por
Dios era peor que ser castigados por él. Era mejor un Dios injusto que
uno indiferente. Para nosotros, ser ignorados por Dios era un castigo
más duro que ser víctima de su ira. El hombre puede vivir lejos de Dios,
pero no sin Dios. Dios se encuentra dondequiera que estemos. ¿Aún en el
sufrimiento? Aún en el sufrimiento.En cierta forma, ser indiferente a
ese sufrimiento es lo que hace al ser humano en inhumano. Indiferencia,
después de todo, es más peligroso que la ira o el odio. La ira puede ser
a veces creativa. Uno escribe un gran poema, una gran sinfonía pero
alguien hace algo especial por el bien de la humanidad porque uno está
molesto con la injusticia de la que uno es testigo. Aún el odio a veces
puede obtener una respuesta. Tú lo luchas, lo denuncias, lo desarmas.
Indiferencia no obtiene respuesta. Indiferencia no es una respuesta.La
indiferencia no es el comienzo; es el final. Y por lo tanto,
indiferencia es siempre el amigo del enemigo porque se beneficia del
agresor, nunca de su víctima, cuyo dolor es magnificado cuando él o ella
se sienten olvidados.El
prisionero político en su celda, los niños hambrientos, los refugiados
sin hogar, se sienten abandonados, no por la respuesta a su súplica, no
por el alivio de su soledad sino por que no ofrecerles una chispa de
esperanza es como exiliarlos de la memoria humana. Y al negarles su
humanidad traicionamos nuestra propia humanidad.Indiferencia, entonces,
no es sólo un pecado, es un castigo. Y es una de las más importantes
lecciones de la amplia gama de experimentos del bien y el mal del siglo
pasado."
Fuente:
https://www.facebook.com/notes/jan-sofia/los-peligros-de-la-indiferencia-discurso-de-elie-wiesel-sobreviviente-del-holoca/10152167468996300
Remitido por: Francisco Aranda Otero