@elprofebati
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Parvana es una chica de once años que vive en la capital
de Afganistán, Kabul, durante el periodo de dominio de los talibanes.
Al ser su padre detenido, los miembros de la familia se quedan sin
recursos y, debido a que las mujeres tienen prohibido ganar dinero,
deciden transformar a Parvana en un chico para poder trabajar. Mientras
la joven trabaja, el resto de su familia marcha hacia Mazar para casar a
su hija mayor, pero quedan atrapados allí por los talibanes. Parvana y
su padre recién salido de la cárcel decidirán emprender un viaje para
encontrar a sus familiares retenidos.
Película de animación basada en la novela infantil homónima escrita por Deborah Ellis que dirige Nora Twomey (El secreto del libro de Kells),
y que cuenta con Angelina Jolie como productora ejecutiva. Las voces de
la versión original son las de Soma Bhatia, Saara Chaudry, Laara Sadiq y
Kane Mahon.
Accede a todas las películas y videos publicados en este blog, cliqueando aquí.
María Jurado Fernández, alumna de la DECA Primaria,
nos da su permiso para publicar su situación de aprendizaje titulada:
Como Abigail, líderes en virtud, donde se abordarán los conflictos de
una nueva manera, tanto en los que se ven implicados directa, como
indirectamente.
El objetivo es que los alumnos aprendan a gestionar los conflictos
sin violencia, incluso llegando a interceder por los demás cuando les
corresponde, escuchando y con humildad, inteligencia y compasión.
Además, de aprender a gestionar la sed de venganza y justicia, a la luz
de Dios y del cristianismo. Asimismo, se llevará a cabo en el tiempo de
Cuaresma, tiempo de reflexión y penitencia.
Es un tema especialmente relevante en la actualidad y la realidad de
los centros educativos, ya que la gestión de conflictos es esencial para
el correcto funcionamiento del centro y de todas las personas que en el
se encuentran diariamente. A pesar de las diferencias, todas trabajan
conjuntamente, por lo que es esencial que exista la paz y la concordia.
Todo ello se aprenderá a través de la creación de un “Plan
Pre-Conflictos”, un plan preventivo y previo al desarrollo de conflictos
y la venganza en el aula. Los alumnos crearán su propio plan a partir
de las sesiones y, al finalizar, se lo presentarán a la Dirección del
Centro y al Consejo Escolar, para su aprobación.
Planteamos esta Situación de Aprendizaje con
el fin de adquirir valores propios del cristianismo a través de la
integración de las sagradas escrituras, usando una época emotiva y
vinculante como es el Día de la Paz.
Carolina Muñoz Gutiérrez, alumna de la DECA Primaria, nos da su permiso para publicar su situación de aprendizaje titulada: Explorando los Evangelios para Construir una Comunidad de Paz y Compasión
mediante la cual conoceremos pasajes concretos del Nuevo Testamento que
harán al alumnado profundizar sobre la solidaridad, el perdón o la
resolución de conflictos inspirados en parábolas y pasajes bíblicos que
nos ayuden a responder a los Criterios de Evaluación 2.4 y 3.4 los
cuales tratan sobre estas cuestiones morales vinculadas a la Sagrada
Biblia, tomando como apoyo los saberes básicos que reflejan relatos
bíblicos y valores como el perdón, solidaridad y compasión.
El
producto final que planteamos es la creación de historietas que
representen las enseñanzas reflejadas en los textos bíblicos, tales como
el perdón, la compasión o resolución de conflictos, con el fin de
elaborar murales expositivos que tengan como objetivo iluminar de
valores los pasillos de nuestro centro con motivo de la efeméride del
Día de la Paz, todo bajo el amparo del DUA, donde el alumnado dispondrá
de medios de expresión, desde la creación de historias a mano hasta
convertirlas a formato digital a través de aplicaciones diversas.
Nuestro compañero Evaristo Fernández Viejo,
sigue elaborando pasatiempos religiosos para cada semana, continuamos
con la serie. Cliquea en el siguiente enlace para su descarga:
El 30 de eneroes el día en que se celebra el Día Escolar por la Paz y la No Violencia, y el músico y educador malagueño Unai Quirós forma parte de un equipo de docentes comprometidos en un trabajo común que ofrece material para trabajar en los centros educativos. Este incluye una canción, un videoclip, dibujos y materiales didácticos.
Como el propio músico explica, «la iniciativa surge como respuesta a mi labor como coordinador de "Escuelas: espacio de paz" dentro de los colegios donde he trabajado. Soy el encargado de coordinar dichas actividades, y ante esta tarea se me ocurrió trabajar los valores de la paz en función de una temática, componer una canción y elaborar el material didáctico para ella».
El proyecto cuenta con una canción para trabajar en clase, así como otros materiales. El encargado de la música y la letra es el propio Unai Quirós, los dibujos, de Patxi Velasco Fano y la producción musical, de Miguel Ángel Leal.
Según este docente, el impacto es muy positivo. «Cuando los valores, como la paz, se trabajan desde una temática, un proyecto, consiguen una respuesta muy positiva de parte de los niños. Los captan muy bien, despiertan mucho su interés y su motivación».
A finales del siglo XIX, el periodista
Theodor Herzl planteó la idea de crear un Estado judío, algo que se
cumplió en 1947 cuando las Naciones Unidas votaron la partición de
Palestina en dos Estados: uno judío y otro árabe.
El
origen del denominado conflicto en Palestina-Israel tiene sus raíces
históricas en lo sucedido a finales del siglo XIX en ese territorio. Sus
causas no manan de la religión, sino de la colonización llevada a cabo por el movimiento sionista. El sionismo es una doctrina a la vez que un proyecto político, nacionalista e intrínsecamente colonial.
El sionismo, los Acuerdos secretos Sykes-Picot y la Declaración Balfour
Desde 1896 el término sionista se aplica al movimiento político fundado por Theodor Herzl,
periodista judío nacido en el Imperio austrohúngaro. A pesar de que
este movimiento no se basó en la religión en su origen, se valió de este
factor como forma de reclamo para poder crear un Estado judío.
Cuando Herzl escribió Der Judenstaat (El estado de los judíos) Palestina no era su prioridad. Antes había sopesado la posibilidad de crear la nueva nación en otros lugares como Argentina, Uganda, Chipre, Kenia, Mozambique, la Península del Sinaí o el Congo.
Finalmente,
eligió Palestina motivado por la «poderosa leyenda (religiosa)» que
tenía a su favor, a pesar de que él y otros líderes sionistas que le
apoyaban se declaraban ateos o “no creyentes”. El movimiento sionista
fue transformándose en un proyecto colonial desde sus orígenes,
reconocido por sus propios dirigentes, con el objetivo de ir apropiándose del territorio gradualmente, a través de colonias,
y buscando el apoyo, en un primer momento del Imperio otomano, y
después, de los británicos, entre los que había importantes
simpatizantes como el banquero Lionel Walter Rothschild.
De otro lado, en el marco de la Primera Guerra Mundial,
hay que destacar que Francia y Gran Bretaña necesitaban el apoyo de los
árabes para vencer a los otomanos, por lo que utilizaron en su provecho
el anhelo de independencia enmarcado en el gran despertar árabe que prevalecía en la región de Próximo y Medio Oriente.
No
obstante, las promesas realizadas en este sentido desde el inicio por
las dos potencias estaban ya previamente amañadas. Al mismo tiempo que
hacían proposiciones de independencia a los árabes, estos dos países se repartían los territorios del derrocado Imperio en diferentes zonas.
Los
verdaderos planes se habían ido trazando a lo largo de los años con los
Acuerdos secretos de Sykes-Picot en 1916 y fueron desvelados por los
bolcheviques después de la caída del Zar. El inglés Sir Mark Sykes y el
francés George Picot se habían dividido la región en dos zonas bajo su
influencia, en forma de “mandatos”. Como consecuencia, la “Gran Siria”
se descompondría, Francia se quedaría con Siria y Líbano, y Gran Bretaña con Transjordania(actual Jordania), Iraq y Palestina.
El sionismo, como movimiento colonial, aplicó el modelo de "colonización blanca".
Esta
situación se agravó para Palestina porque no solo daría comienzo la
colonización inglesa, sino que estos se comprometieron formalmente, como
partidarios del movimiento sionista, a través de la Declaración Balfour de 1917, a construir «un hogar nacional judío en Palestina», lo que fomentó la colonización sionista de la Palestina histórica, la cual ya había comenzado a finales del s. XIX.
Asimismo,
la propia idiosincrasia del sionismo como movimiento colonial aplicó –y
sigue aplicando en la actualidad– el modelo de “colonización blanca”.
Es decir, aquella que reemplaza en todas sus formas a la población indígena por una población colona emigrada.
Dicho concepto estará intrínsecamente relacionado con la
“transferencia” de población, eufemismo utilizado para nombrar la
expulsión, que estará presente en todos los planes trazados por los
dirigentes sionistas y presentados en diferentes instancias
internacionales, y posteriormente llevado a cabo por sus fuerzas
militares.
Por
lo tanto, los ingleses tomaron el control de Palestina en 1917, aunque
se oficializó en 1920. Este hecho produjo que la población palestina
sufriera diferentes crisis como protesta contra el colonialismo inglés y su apoyo a la constante y agresiva migración sionista.
Algunos ejemplos que lo constatan fueron el levantamiento de al-Buraq en 1929, los disturbios de 1933, la gran revuelta (al-Zawra al-kubra) árabe de 1936-39, y finalmente la destrucción de la mayor parte de la Palestina histórica en 1948.
Consecuentemente, entre 1946 y 1947,los británicos decidieron ceder el problema de Palestina a las Naciones Unidas.
Por un lado, debido a las demandas sionistas respaldadas en ese momento
por EE. UU. y el problema del creciente terrorismo judío en Palestina
que les empezó a tener también como objetivo. Y por el otro, por una
cada vez mayor presión árabe que exigía sus derechos y el cumplimiento
de las promesas realizadas.
El 29 de noviembre de 1947 unas Naciones Unidas apenas sin experiencia, puesto que dicho organismo había sido creado en 1945, votó formalmente la partición de Palestina a través de la Resolución 181, que permitía la división del territorio en dos Estados –uno judío y otro árabe–.
Las Naciones Unidas ignoraron así el origen de la población del país otorgándole
el 55 % del territorio al Estado judío, pese a que la población seguía
siendo mayoritariamente árabe (musulmanes y cristianos) y a que la
población judía no llegaba a poseer el 6 % de la tierra.
Ambos
grupos rechazaron la propuesta. Los judíos, porque querían más
territorio sin la población árabe, y los árabes, porque se negaban a
dividir la tierra con una comunidad colonizadora que quería
desarabizarla.
Finalmente, la creación unilateral del Estado de Israel en mayo de 1948,
como culmen de la colonización llevada a cabo, tuvo como consecuencia
la transformación violenta del territorio y la expulsión de más de la
mitad de la población palestina. Esta se convirtió en su mayor parte en
refugiada, en lo que cada vez más investigadores consideran una limpieza
étnica.
Entre 750 000 y 800 000 personas de diferentes credos –musulmanes y cristianos– y posiciones sociales fueron expulsadas de sus casas y de sus tierras en lo que se denomina en árabe como al-Nakba (la catástrofe, el desastre). Su patrimonio personal y colectivo fue expropiado o destruido.
Los palestinos que fueron expulsados jamás han podido regresar a sus hogares.
De
igual forma, las aldeas, pueblos y barrios de las ciudades donde
habitaban fueron, según el interés, derruidos o vaciados de sus
propietarios y rehabitados con los colonos llegados.
Desde entonces, la sociedad palestina sería disgregada para siempre en
tres grupos distintos: aquellos que fueron expulsados a los países
árabes colindantes o a otros lugares; aquellos que permanecieron en el
recién creado Estado de Israel (no considerada como refugiada); y
quienes se dirigieron hacia lo que quedaba de la Palestina histórica en
Cisjordania, Gaza y Jerusalén. A ninguno de ellos se les ha permitido regresar a sus hogares originales hasta el día de hoy.
Desde Alicante, nuestro compañero Xavier Sendra, comparte un genially por si queréis
trabajar la próxima semana el tema del conflicto en Tierra Santa. Puede ser una buena oportunidad para que como cristianos demostremos que no
estamos impasibles ante el sufrimiento humano. Seguro que es de mucha utilidad.
Con motivo del conflicto Israel-Palestina, se han compartido estos magníficos recursos que pueden ser de gran utilidad para trabajar el tema en el aula.
Palestina es el nombre que los griegos dieron a la
tierra de los filisteos. No es un país, pues no está admitido en las
Naciones Unidas como tal. Solo disfruta del estatuto de territorio y de
observador en la ONU. ¿Por qué? ¿Cuál es la historia de este pueblo
vecino de Israel, con quien está en continua pelea?
Un famoso filósofo británico sostenía en una frase célebre que “el hombre es un lobo para el hombre”.
Pero en otra frase menos conocida decía que “la ley primera y
fundamental es buscar la paz”. Parece que nosotros los seres humanos nos
movemos continuamente entre estas dos orillas, entre la guerra y la
paz.
Deseamos la paz pero por nuestra naturaleza pecaminosa y
nuestra voluntad débil nos comportamos muchas veces como ya sabía el
salmista: “No hay un sensato, no hay quien busca a Dios,
todos se desviaron, no hay quien obre el bien, ligeros sus pies para
derramar sangre, el camino de la paz no lo conocieron” (cf. Sal 14)
Pero los cristianos debemos ser signos de paz y misioneros del amor de Dios. Tenemos la obligación moral de “promover un humanismo integral y solidario que pueda animar un nuevo orden social” (cf. Compendio DSI, n.19 y GS 30).
La asignatura de Religión en la escuela contribuye sin duda
mucho a este ideal de humanización y de relaciones pacíficas y justas,
siempre necesarias, sobre todo en un mundo globalizado y a la vez tan
profundamente dividido, con tantas personas víctimas de guerras y otras
miserias. Desafortunadamente la clase de religión es casi el único
espacio donde los alumnos/as pueden reflexionar sobre los grandes
valores e ideales, sobre el sentido de su vida, sobre Dios y el hombre
como un ser religioso. En muchas otras asignaturas no se habla nunca de
estos temas tan importantes y -en silencio- aceptan la idea de que la
enseñanza prepara a los alumnos para que interioricen la idea de que
deben triunfar en una sociedad marcada por los criterios de la “ideología del éxito” ( cf. Heleno Saña).
Pero obtener éxito y prestigio social en realidad no nos sirve
si este mismo éxito y prestigio social no están al servicio del bien
común. ¿La línea pedagógica principal en la escuela y en la familia no
debería estar enfocada en salir de los esquemas competitivos que
conducen a una visión sobre el mundo de “vencedores-perdedores”, de “amigos-enemigos”?
No hay que ser gran analista para ver el caos, el indiferentismo y la
desorientación moral de tantas y tantas personas porque en su vida no se
les ha ofrecido una estructura moral ni una educación en valores. Nos
urge de verdad como cristianos contribuir a que se refunde la educación,
en la familia y en la escuela, en clave de una nueva imagen del hombre
subrayando la dignidad de la persona humana como imagen de Dios. Una de
las consecuencias más importantes del don de la fe es ser educadores para la paz. De esta manera el hombre no será un lobo para el hombre sino una persona de paz que se preocupa por el bienestar del otro, de su prójimo, desde el amor y la compasión. Y se renovará la faz de la tierra.
Estas fotos son de la gira de mis actuaciones en las escuelas libanesas en Beirut, capital del martirizado Líbano, mi país natal.
Con los equipos directivos de las distintas escuelas e Institutos del país, hemos querido concienciar a la nueva generación sobre la cultura de la paz y de la no violencia escolar.
Algo que no hemos tenido nosotros cuando éramos niños, ya que hemos vivido la guerra en primera persona y durante un año escolar hemos seguido las clases desde casa debido a los conflictos y la presencia de francotiradores en las calles.
Con este propósito, hemos pedido a los niños que entregasen sus armas de juguete y a cambio han recibido una varita mágica y el diploma de embajadores de la paz, imitando a Jesús Príncipe de la paz.