De ser hijo a ser siervo (parábola del hijo pródigo)

Película: Prefiero el paraíso (2010) 

Un padre tenía dos hijos (Lc 15,11-32). El hijo menor toma la iniciativa y pide la herencia al padre. ¿Cuándo se da una herencia? Cuando uno muere. El hijo no quiere saber nada de él. Literalmente, para él su padre está muerto. El hijo desde su libertad deja de ser hijo. 

La historia continúa en un cúmulo de impureza tras impureza: se va a un país extranjero, lleva mala vida, trabaja con cerdos...Llega un momento en que vuelve a tomar la iniciativa y quiere regresar, pero no para recuperar la filiación -es imposible, ha "matado" a su padre-, sino para trabajar para él: ser un siervo. 

Y es ahí cuando toma la iniciativa el padre. Antes de que hable le abraza y le cubre de besos. Y le pone el anillo en la mano y las sandalias en los pies, es decir, recupera la filiación perdida. Vuelve a ser familia. Es hijo, pero sin merecimiento alguno. Es hijo, por lo es, porque el padre lo reconoce como tal. Y se organiza un banquete -el banquete, el signo del Reino-. 

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