El hombre es
fundamentalmente alguien en marcha y, cuando toma la senda de lo
sagrado, se vuelve un peregrino. Todos los pueblos y religiones del
mundo tienen sus rutas sagradas. Por este motivo podemos aventurar que
el fenómeno de la peregrinación religiosa no será barrido ni decaerá por
esta crisis pandémica. De hecho, en los últimos años se ha multiplicado
la gente que recorre el Camino de Santiago y otros caminos.
Reseña Bíblica
propone ahondar sobre la relevancia espiritual y cultural del Camino de
Santiago en este Jubileo tan especial que tiene una duración de dos
años. Una particularidad de este número de la revista es que los
colaboradores pertenecen a distintos ámbitos: bíblico, histórico y
teológico. La razón es la conveniencia de abordar la peregrinación a
Santiago de forma interdisciplinar para poder comprenderla mejor, pues,
desde sus orígenes, se trata de un camino de fe y de cultura.
El verdadero nombre de Santiago
En el Camino de Santiago, me encontré con un peregrino mexicano, quien, nada más iniciar la conversación, me preguntó: ¿Por qué este camino se llama también la ruta jacobea? Le respondí que "Santiago" es la forma que ha terminado tomando el nombre "Jacob" tras siglos de evolución. ¡Pero cómo! -exclamó sorprendido- ¿Qué relación puede haber entre "Santiago" y "Jacob"? Como la etapa no había hecho más que empezar, me dispuse a relatarle con algún detalle las raíces de este nombre en la Biblia.
Extracto del artículo de Alberto de Mingo, en la Sección abierta en este número de Santiago
¿Sabías que...?
En Mesopotamia, los primeros peregrinos fueron los propios dioses, presentes en sus imágenes cultuales. La divinidad se despedía de su templo procesionando por las calles purificadas de la ciudad y acompañada por sus fieles.
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Fuente: vía email
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