Blog del Profesorado de Religión Católica: Mujeres en la Bibia I (Antiguo Testamento)

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lunes, 8 de marzo de 2021

Mujeres en la Bibia I (Antiguo Testamento)

Algunas de las mujeres que se mencionan en la Biblia 
En torno al 8-M, nuestros centros escolares se llenan de actividades sobre la mujer y su papel en la sociedad. Por ello, he buscado y organizado distinta información para repasar y nombrar las mujeres principales que aparecen en la Biblia

Frecuentemente se considera la Biblia como un hito de la cultura patriarcal, donde los protagonistas son varones: ¿es esto así?, ¿cómo aparecen las mujeres en la Biblia?, ¿qué papel tienen?, ¿la palabra de Dios va superando la cultura patriarcal? Veamos la experiencia de diversas mujeres, primero en el Antiguo Testamento. Son más de cuarenta semblanzas o retratos. No son siempre historias ejemplares. Son historias reales, de las que podemos sacar una lección y de las que podemos tener experiencia.

1) Eva, la madre de la humanidad, "madre de todos los vivientes" (Gn 3,20) No es una figura histórica. Forma parte de la pareja original. Según el proyecto de Dios, varón y mujer están llamados a ser "una sola carne" (Gn 2,24), en situación de igualdad, en un mundo humano y habitable, "un jardín" (2,8); la relación entre ambos es armoniosa, la comunicación es transparente: "estaban desnudos...pero no se avergonzaban uno del otro" (2,25). La sumisión de la mujer no pertenece al proyecto de Dios, es obra del pecado humano (3,16), del tipo de vida cananeo, simbolizado en la serpiente. La lucha es profunda: "Enemistad pondré entre ti y la mujer" (3,15).

2) Sara, o Saray. Es la mujer de Abraham (Gn 11,29). Le acompaña cuando sale de su tierra para dirigirse a Canaán (12,5). En época de hambre, bajan a Egipto (12,10). Abraham le dice a Sara: "Eres mujer hermosa. En cuanto te vean los egipcios, dirán: Es su mujer, y me matarán a mí, y a ti te dejarán viva. Di, por favor, que eres mi hermana" (12,11-13). Se produce un equívoco y el faraón la toma como esposa (12,19). "Es cierto que es hermana mía, hija de mi padre, aunque no de mi madre, y vino a ser mi mujer", explica Abraham (20,12). Sara, que es estéril (11,30), acepta tener hijos de Agar, la esclava (16,2), pero Agar, al verse encinta, la mira con desprecio (16,4). Sara da a luz a Isaac: nada hay imposible para Dios (18,14). Finalmente Sara se impone y le dice a Abraham: "Despide a la criada y a su hijo" (21,9-10).

3) La mujer de Lot. Lot es sobrino de Abraham (Gn 12,5). Sigue a su tío a todas partes. Al volver de Egipto, se establecen en el Negueb, pero tienen que separarse por problemas que surgen entre  los pastores de ambos. Abraham dejó elegir a su sobrino la tierra mejor, la vega del Jordán, junto a Sodoma. El se quedó junto a la encina de Mambré, en Hebrón (13,1-18). Sin saberlo, Lot eligió una tierra que sería catastrófica. Aunque estaba avisada, la mujer de Lot quedó convertida en estatua de sal por mirar hacia atrás, cuando había que escapar deprisa (19,26). Lot se quedó a vivir en el monte con sus dos hijas. La mayor dijo a la pequeña: "No hay ningún hombre en el país que se una a nosotras" (19,31). Entonces le dieron vino a su padre, se acostaron con él y quedaron encinta (19,33-36)

4) Agar (Gn.16,1..ss), sirvienta de Abraham. Abraham tuvo un hijo con ella, Ismael, de ahí que se la conozca como "la madre de los ismaelitas".

5) Rebeca. Es hija de Betuel, hijo de Milká, cuñada de Abraham (Gn 24,15). A través de diversas mediaciones se celebra su boda con Isaac: la persona que hace de intermediario (Gn 24,2), el encuentro junto al pozo (24,17), la reunión familiar que concluye: “Del Señor ha salido este asunto” (24,50), la decisión de Rebeca (24,58), la decisión de Isaac (24,67).

6) Lea. Era la hermana de Raquel y sabemos por la biblia que tenía los ojos delicados. Fue la primera esposa de Jacob (Gn 29, 20-29).

7) Raquel. Es pastora (Gn 24,9). Se encuentra con Jacob junto al pozo. Este resulta ser pariente de su padre. Ella se echa a correr y lo anuncia a su padre (29, 11-12). Jacob se queda trabajando en casa de su padre, que se llama Labán. Este tiene dos hijas: Lía, que es la mayor, y Raquel. “Jacob estaba enamorado de Raquel” (29,16-17), pero Labán hace trampa y le da las dos, diciendo: “No se usa en nuestro lugar dar la menor antes que la mayor” (29,26). La tumba de Raquel está en Belén.

8) Dina (Gn34), hija de Lea y Jacob, raptada por Siquén, el cananeo.

9) Judá, hijo de Jacob, se casa con una mujer cananea. Tienen tres hijos. El primero se casa con Tamar, pero muere sin dejar descendencia. Según la ley del levirato (Dt 25,5) la viuda se casa con el segundo. Este tiene relaciones con ella, pero evita tener descendencia (Gn 38,9). Muere también. Entonces Judá dice a su nuera: “Quédate como viuda en casa de tu padre hasta que crezca mi hijo” (38,11), el tercero. Con el tiempo enviuda Judá. El hijo había crecido, pero no se le daba como esposo (38,14). Entonces Tamar deja su ropa de viuda, se cubre con el pelo y se sienta a la vera del camino. Judá la ve y la toma por una prostituta. Tiene relación con ella a cambio de un cabrito. Como prenda, ella se queda con su sello, su cordón y su bastón (38,18). A los tres meses, se entera Judá que su nuera estaba encinta. Entonces dice: “Sacadla y que sea quemada” (38,24). Cuando la sacaban, Tamar envía un recado a su suegro: “Del hombre a quien esto pertenece estoy encinta”. Judá lo reconoce (38,26).

10) José, hijo de Jacob, es vendido como esclavo y comprado por el egipcio Putifar. Es “apuesto y de buena presencia" (Gn 39,6). La mujer de Putifar se fija en él, lo agarra por el manto y le dice: "Acuéstate conmigo" (39,7). Mas él, dejando el manto entre sus manos, sale fuera y huye (39,12). Cuando llega el marido, le dice la mujer: "Este siervo hebreo, que tú nos trajiste, ha intentado abusar de mí, pero yo he gritado y entonces ha dejado su manto junto a mí y ha huido fuera"  (39,17-18). El amo le mete en la cárcel (39,21).

11) Asenat es una mujer gentil, hija de Poti Fera, "regalo de Ra", sacerdote del culto solar (Gn 41,45). Se casa con José. Tienen dos hijos. Al tener el primero, dice ella. "Dios me ha hecho olvidar todo mi trabajo y la casa de mi padre". Al tener el segundo, comenta: "Dios me ha hecho fructificar en el país de mi aflicción" (41,50-52). Hay siete años de hartura y siete años de hambre. José había previsto la crisis y la gestiona: "haced lo que él os diga", dice el faraón (45,53-55). En los almacenes de Egipto había reserva de trigo.

12) Un faraón tiene miedo del crecimiento de los israelitas (Ex 1,8-10). A los trabajos forzados, se añade una medida peor: las parteras deben hacer morir a los niños hebreos (1,16). La madre de un recién nacido esconde a su hijo todo el tiempo que puede. A los tres meses toma una cestilla de papiro, la calafatea con betún y pez, mete en ella al niño y la pone entre los juncos, a la orilla del río. La hermana del niño se queda observando lo que pasaba (2,3-4). La hija del faraón bajó a bañarse y vio la cestilla entre los juncos. Se compadeció del niño y lo adoptó. Encargó a la madre del niño que lo criara. Le llamó Moisés, diciendo: "De las aguas lo he sacado" (2,9-10).

13) Séfora, la esposa de Moisés, hija de un sacerdote de Madián. Da a luz un hijo y le llama Guersom, pues dice: "Forastero soy en tierra extraña" (Ex 2,16-21; 18,1). María y Aarón murmuran contra Moisés por causa de la mujer cusita (etíope) que ha tomado por esposa. Dicen: “¿Es que el Señor no ha hablado más que con Moisés? ¿No ha hablado también con nosotros?" (Nm 12,1-2).

14) Miriam (o María), hermana de Moisés y Aaron, "la profetisa, hermana de Aarón" (Ex 15,29; ver Nm 26,59), celebra el paso del mar Rojo. Toma en sus manos un tímpano y todas las mujeres la siguen con tímpanos y danzando en coro. María entona el estribillo: "Cantad al Señor pues se cubrió de gloria, arrojando en el mar caballo y carro. Mi fuerza y mi canto es el Señor. El es para mi la salvación".

15) Tras la muerte de Moisés, Josué conduce al pueblo a la tierra prometida. Envía secretamente dos hombres que exploren el país y la ciudad de Jericó. Entran en casa de Rajab, una mujer prostituta. Denunciados ante el rey, la mujer los esconde entre unos haces de lino en el terrado de la casa. Después les dice: “Yo sé que el Señor os ha dado esta tierra”, “nos hemos enterado que el Señor secó las aguas del mar de Suf delante de vosotros a vuestra salida de Egipto”, “juradme, pues, ahora ...que trataréis con bondad a la casa de mi padre” (Jos 2,1-13).

16) Débora. Es profetisa y juez de Israel. Se sentaba bajo la palmera entre Ramá y Betel, en las montañas de Efraím: "los israelitas acudían a ella en busca de justicia" (Jue 4,5). Mandó llamar a Barak y le dijo: "Recluta y toma contigo diez mil hombres de los hijos de Neftalí" (4,6), "el Señor entregará a Sísara en manos de una mujer" (4,9). Esa mujer es Yael (4,21). El cántico de Débora es un canto de victoria sobre los enemigos. Exalta a las tribus que han respondido a la llamada de Débora e increpa a las que no han acudido a combatir: "¡Despierta, Débora, despierta!...entona un cantar!¡Animo! !Arriba, Barak!" (5,12).

17) Yael (Jue.4,21 ss), mató al general enemigo, Sísara, cuando yacía en su tienda. La astucia de Yael llevó a los israelitas a la victoria. De ella podemos aprender que no debemos dudar de las promesas de Dios.

18) Jefté es jefe de una banda que protege el territorio de los enemigos que lo invaden. Para asegurarse de que Dios estará de su parte en una batalla, hace una promesa: "El primero que salga por la puerta de mi casa a mi encuentro, cuando vuelva victorioso, será para el Señor, y lo ofreceré en holocausto" (Jue 11,30-31). Cuando regresa a su casa, sale a su encuentro la hija de Jefté bailando al son de las panderetas. Es su hija única. Al verla, rasga sus vestidos y grita: "¡Ah, hija mía, me has destrozado! ¿Habrías de ser tú la causa de mi desgracia? Abrí la boca ante el Señor y no puedo volverme atrás" (11,34-35). Dos meses después, la ofrece en holocausto (11,30)

19) Dalila fue la mujer de la que se enamoró Sansón, un juez de Israel (Jue 16, 4-5). Dalila aceptó dinero de los gobernantes filisteos para traicionar a Sansón. Dios había estado utilizando a este juez para salvar a los israelitas de los filisteos. Estos enemigos no podían vencer a Sansón, pues Dios le había dado una fuerza extraordinaria (Jue 13,5). Por eso, los gobernantes filisteos le pidieron ayuda a Dalila. Sobornaron a Dalila para que descubriera por qué Sansón era tan fuerte. Ella aceptó el dinero y después de varios intentos logró averiguar el secreto de Sansón (Jue 16,15-17). Dalila les reveló el secreto a los filisteos, y así pudieron capturar y encarcelar a Sansón (Jue 16, 18-21). Dalila se dejó dominar por la codicia

20) Huyendo del hambre, una familia de Belén se traslada a Moab. El marido de Noemí muere allí. Mueren también sus dos hijos casados con dos mujeres moabitas, Rut y Orpá. Noemí decide volver a su tierra, pero Rut le acompaña: “Donde tu vayas, yo iré, donde habites, yo habitaré. Tu pueblo será mi pueblo y tu Dios será mi Dios” (Rut 1,16). En el tiempo de la siega, Rut tiene que espigar detrás de los segadores. Así se encuentra con Booz (4,13). Tienen un hijo llamado Obed, padre de Jesé y abuelo de David (4,17).

21) Ana, la madre de Samuel (1 Sm.1..), que creyó en la promesa del Señor y entonó su cántico de alabanza (1 Sm.2), en el que está inspirado el Magnificat. Su marido tiene dos mujeres. La otra, llamada Penniná, tiene hijos. Ana, no (1 Sm 1,2). “Su rival la zahería y vejaba de continuo” (1,6), “cuando subían al templo del Señor, la mortificaba. Ana lloraba de continuo y no quería comer”. Llena de amargura, ora al Señor: “Si te dignas mirar la aflicción de tu sierva y darle un hijo varón, yo le entregaré al Señor por todos los días de su vida” (1,11). Ana concibe un hijo a quien llama Samuel “porque, dice, se lo he pedido al Señor” (1,20). Entonces hace esta oración: “Mi corazón exulta en el Señor” (2,1).

22) Ajinoán (1 Sm14, 50), la esposa de Saúl.

23) Mical (1 Sm 14, 49) hija de Saúl y primera esposa de David (18, 20), a quien menospreció cuando danzaba detrás del Arca (2 Sm 6, 18).

24)
David se casa con Mical, hija de Saúl (1 Sm 18, 27). Convertido en jefe de una banda, pide recompensa a aquellos a quienes protege. Había en Carmelo un hombre muy rico, que tenía tres mil ovejas y mil cabras. El hombre se llamaba Nabal. Su mujer, Abigail, “era muy prudente y hermosa” (25, 2-3). Llegan los hombres de David a saludarle, pero Nabal responde: “¿Quién es David y quién es el hijo de Jesé? Abundan hoy día los siervos que andan huidos de sus señores” (25, 10). Al enterarse, David montó en cólera y subió con sus hombres para matar a Nabal. Avisada Abigail, salió a su encuentro: “Caiga sobre mí la falta”, “no haga caso mi señor de este necio de Nabal” (25, 24-25). Unos días después, murió Nabal. Enterado David, envió mensajeros para proponer a Abigail que fuera su mujer. David tomó también por mujer a Ajinoam (25, 43).

25) Un atardecer David se paseaba por el terrado de la casa del rey, cuando vio a una mujer que se estaba bañando. Era Betsabé, mujer de Urías el hitita, una mujer muy hermosa. David envió gente que la trajese y se acostó con ella. Quedó embarazada. David mandó poner a Urías en lo más reñido de la batalla y murió (2 Sm 11). El profeta Natán denuncia al rey su crimen. David lo reconoce: “He pecado contra el Señor” (2 Sm 12, 1-15).

26) Abisag, la sunamita (1 Re 1), que “calentaba la cama” al viejo David.

27) La reina de Saba (1 Re 10 / 2 Cr 9), que vino desde muy lejos, cargada de regalos, para experimentar la sabiduría de Salomón.

28) En tierra de Sidón, una mujer viuda que recogía leña, la viuda de Sarepta, da de comer al profeta Elías. Es tiempo de hambre. El profeta anuncia a la viuda: "No se acabará la harina en la tinaja, no se agotará el aceite en la orza hasta el día en que el Señor conceda la lluvia sobre la tierra" (1 Re 17,14). Después de estas cosas, el hijo de la viuda cae enfermo y queda sin aliento. La oración de Elías le devuelve la vida (17,20).

29) Jezabel, princesa fenicia, se casa con Ajab, rey de Israel (874-853). Convence a su marido para que deje al Dios de Israel y erija en Samaría un templo a Baal (1 Re 16,33). Cuatrocientos cincuenta profetas falsos comen a la mesa de Jezabel(18,19). Una pertinaz sequía asola el país. Refugiado en la cueva del Horeb, el profeta Elías se queja ante Dios: “Los israelitas han abandonado tu alianza, han derribado tus altares y han pasado a espada a tus profetas; quedo yo solo y buscan mi vida para cercenarla” (19,10).

30) Una mujer de la comunidad de los profetas, la viuda del aceite, le dice a Eliseo: "Mi marido ha muerto", "el acreedor ha venido a tomar mis dos hijos para esclavos suyos", "tu sierva no tiene en casa más que una orza de aceite" (2 R 4, 1-2). Eliseo avisa a las vecinas que llegan con tinajas. El aceite se multiplica. El profeta dice a la viuda: "Anda y vende el aceite y paga a tu acreedor, tú y tus hijos viviréis de lo restante" (4,7).

31) La mujer del Cantar de los Cantares es la Sunamita (Cc 7,1), quizá de la ciudad palestina de Sunem, hoy Solem. Se presenta a sí misma: “Negra soy, pero graciosa”, “no os fijéis en que estoy morena, es que el sol me ha quemado. Los hijos de mi madre se airaron contra mi, me pusieron a guardar viñas, ¡mi propia viña no guardé!” (1,5). En cierto sentido, es inaccesible: "Huerto cerrado", "fuente sellada“ (4,12). Vive el compromiso que nace del amor: "Ponme cual sello sobre tu corazón" (8,6).

32) Atalía (2 Re 11 / 2 Cr 22,16), madre del rey Ocozías, que se propuso eliminar a toda la estirpe real.

33) Hulda es una mujer casada y vive en Jerusalén. Es considerada como profetisa. Con ocasión de unas obras de reforma, se encuentra en el templo el manuscrito perdido, "el libro de la Ley" (2 R 22,8). El rey Josías (640-609) envía al sumo sacerdote Helcías y a otros hombres para que consulten a Hulda cuál es la voluntad de Dios "acerca de las palabras de este libro que se ha encontrado" (22,13). La profetisa les responde: “Así habla el Señor: Voy a traer el mal sobre este lugar y sus habitantes...porque ellos me han abandonado y han quemado incienso a otros dioses, irritándome con todas las obras de sus manos" (22,16-17). 

34) En el libro de Tobías dos historias se desarrollan en paralelo. La del viejo Tobit (Tb 1,1), deportado a Nínive en el exilio del reino del Norte (722 a.C.);que ha quedado ciego y tiene un hijo llamado Tobías. La otra historia es la de la joven Sara, desgraciada en amores. Un demonio (Asmodeo, que hace perecer) devora a sus maridos. El viejo y la joven, en sitios muy distantes, le piden a Dios que les envíe la muerte (3,6 y 3,15). No se conocen, pero Dios hace confluir sus respectivos destinos de modo que se produzca un desenlace feliz (3,16-17). Tobit se acordó de un dinero que podía recuperar en un país lejano (4,1). De esta forma, Tobías se encuentra con Sara (10,1-14). Un hombre, que busca trabajo, le acompaña (5,5-17).

35) Judit es viuda, "muy bella y muy bien parecida”, “no había nadie  que pudiera decir de ella una palabra maliciosa” (Jd 8,7-8). En situación de asedio, se introduce entre las tropas del general asirio Holofernes, simulando una deserción. El general, bajo el influjo de su encanto, dio un banquete en su honor: “bebió vino tan copiosamente como jamás había bebido en todos los días de su vida” (12,20). Cuando se hizo tarde, “quedaron en la tienda tan sólo Judit y Holofernes, desplomado sobre su lecho y rezumando vino” (13,2). Judit le decapitó. Entregó la cabeza a su sierva, que la metió en la alforja de las provisiones. Luego salieron las dos juntas a hacer la oración, como de ordinario, atravesaron el campamento enemigo y se presentaron en la ciudad, que se vio así libre del asedio (13,6-10).

36) Ester, que salvó a su pueblo de las maquinaciones de Amán ante el Rey de Persia. A Ester su padre le había trasmitido, con la memoria de sus antepasados y de su pueblo, la fe en un Dios del que todos proceden y al que todos están llamados a responder. Sin embargo, Ester no es precisamente un ejemplo de vida familiar: forma parte del harén real (Est 2,9) y ocupa el lugar de la reina Vastí, repudiada por su marido, el rey Asuero (2,17). En esta posición, libra a su pueblo de la orden de exterminio contra el pueblo hebreo dada por el primer ministro Amán (7,10).

37) Susana es una mujer casada, "muy bella y temerosa de Dios" (Dn 13,2). Dos ancianos que han sido nombrados jueces en Babilonia la desean y buscan el momento de sorprenderla a solas y abusar de ella. Los viejos están al acecho. Un día en que Susana va a bañarse en su jardín, la amenazan diciendo: "Entrégate a nosotros. Si no, daremos testimonio contra ti diciendo que estaba contigo un joven" (13,21). Susana les responde: "Si hago esto es la muerte para mí; si no lo hago, no escaparé de vosotros. Pero es mejor para mi caer en vuestras manos sin haberlo hecho, que pecar delante del Señor" (13,23). El profeta Daniel defiende a la mujer, preguntando a los viejos por separado bajo qué árbol fue: "Bajo una acacia", dice uno, "Bajo una encina", dice el otro (13,51-59).    

38) La madre de los macabeos, al ver morir a sus siete hijos en un solo día, sufre con valor, poniendo su esperanza en el Señor. Les dice: “Yo no sé cómo aparecisteis en mis entrañas, ni fui yo quien os regaló el espíritu y la vida, ni tampoco organicé yo los elementos de cada uno. Pues así el Creador del mundo...os devolverá el espíritu y la vida con misericordia, porque ahora no miráis por vosotros mismos a causa de sus leyes” (2 Mc 7,22-23).

39) Las tres hijas de Job (42, 13): Paloma (Jemima), Acacia y Azabache. Jemima es el nombre dado a la primera de las tres hijas de Jacob, que eran mujeres de gran belleza, y significa Paloma, aunque algunos traductores señalan que también puede significar “hermosa como el día”(Job 42, 14).

40) El libro de los Proverbios hace el elogio de la mujer perfecta: “Una mujer completa ¿quién la encontrará? Es mucho más valiosa que las perlas. En ella confía el corazón de su marido, y no será sin provecho. Le produce el bien, no el mal, todos los días de su vida. Se busca lana y lino y lo trabaja con manos diligentes...Abre su boca con sabiduría, lección de amor hay en su lengua...Engañosa es la gracia, vana la hermosura, la mujer que teme al Señor, esa será alabada. Cantadle por el éxito de su trabajo, que sus obras la alaben en la plaza” (Pr 31,10-30).

41) Mujeres buenas y malas (Eclo 26) “Dichoso el marido de una mujer buena...

42) Las hijas de Sión (Is 3,16 ss) ”... porque las hijas de Sión son altaneras, andan con el cuello estirado, echando miradas seductora".

43) La virgen madre (Is7,14) el signo de la virgen madre del Emmanuel. Se le considera una premonición de María, la Virgen Madre.

44) La alegoría de Ezequiel (Ez16) “Por tu origen y nacimiento eres cananea: tu padre era amorreo y tu madre hitita..
 

45) Gómer (Os 1), la prostituta, a quien el profeta Oseas toma como esposa: símbolo de las relaciones de Yahvé con Israel.

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