En 1917, la biblioteca John Rylands de Manchester, recibió un gran panel de papiro egipcio. Entre los rollos había uno con un corto texto escrito en griego clásico. Fue etiquetado con el número 470. Tenían entre sus manos la oración mariana más antigua del mundo, conocida como Sub tuum praesidium (ya por su nombre en latín y traducido al español como Bajo tu protección).
El fragmento fue datado en el año 250 d.C., un siglo antes del Edicto de Milán firmado por el emperador Constantino. Eran tiempos de persecución y los cristianos le pedían en esta oración su protección a María, bajo la advocación de Theotokos. Esta palabra griega quiere decir la que da luz a Dios y se usaba para referirse a la Virgen como madre de Jesús. Casi 200 años después se consagró este nombre de María como Cristotokos, en el Concilio de Éfeso (431 d.C.).
'Sub tuum praesidium'
Bajo tu amparo nos acogemos,
Santa Madre de Dios;
no deseches las súplicas
que te dirigimos
en nuestras necesidades;
antes bien, líbranos siempre
de todo peligro,
¡Oh Virgen gloriosa y bendita!
Durante siglos, el papiro estuvo bajo la arena del desierto, en una zona de arrabales de la antigua ciudad de Oxirrinco. El lugar adquirió fama internacional después de que los arqueólogos Bernard Pyne Grenfell y Arthur Surridgeencontraron una ingente cantidad de manuscritos de un antiguo vertedero. Los llamados papiros de Oxirrinco llevan siendo recopilados desde 1898, mientras que el volumen más reciente apareció en 2008.
La oración a María Theotokos aparece en el papiro escrita a mano con tinta marrón. Según los detalles del archivo, se cree que podría ser un modelo para un grabador, es decir, para copiarse tantas veces fuese necesario. Igualmente indican que no hay indicios de que estuviera destinada al uso litúrgico, sino que se trataría más bien de un extracto privado.
Además de ser la reproducción más antigua de esta oración tan importante para las tradiciones católica y ortodoxa, en las que se ha llegado a convertir en un himno, es también la evidencia más antigua que sobrevive de cristianos dirigiéndose a la Virgen como madre Dios. Ello es prueba también de que ya durante los primeros siglos del cristianismo existía una devoción a María.
Además de la griega, hay versiones en copto, siriaco, armenio y latín. Fue durante la Edad Media cuando se popularizó su uso como antífona final del rezo de Completas, en vez del Salve Regina, en la Liturgia de las Horas, que se sigue practicando a día de hoy. Más tarde, Pío VI concedió de forma extraordinaria una indulgencia de cien días para quien con contrición rezase por la mañana la Salve y por la tarde el Sub tuum praesidium.
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