Los seminarios menores de Lugo y Santiago abrirán, a partir del próximo curso, sus centros educativos como colegios diocesanos de carácter privado, lo que se traducirá en que se podrán matricular de ESO y Bachillerato aquellas alumnas que lo deseen. No obstante, el seminario «seguirá siendo un espacio de vida comunitaria y formativa para aquellos niños que quieran discernir su vocación». Esta fórmula, en las que los seminaristas se forman académicamente junto a otros alumnos y alumnas, desarrolla también una importante indicación del nuevo plan de formación sacerdotal: «Que los futuros presbíteros se formen en un contexto donde la mujer tenga protagonismo». Este proceso se enmarca también dentro del Pacto Educativo Global propuesto por el Papa Francisco y el compromiso con «procesos creativos y transformadores en colaboración con la sociedad civil», aseguran desde las diócesis gallegas.
La vida de la Iglesia ha de ir acompañando los acontecimientos que marcan su tiempo.
Este es un mensaje que ha calado de forma especial en el ámbito educativo, donde a raíz de la aprobación de la LOMLOE, las instituciones católicas han de enfrentar la renovación curricular de la asignatura de Religión; así como repensar el lugar de esta misma en el mundo de hoy.
Los Seminarios no son ajenos a esta realidad y es por ello que la diócesis de Lugo ha emitido un comunicado donde, citando al Papa Francisco, han querido recalcar la necesidad de comprometernos «con valentía para dar vida, en nuestros países de origen, a un proyecto educativo, invirtiendo nuestras mejores energías e iniciando procesos creativos y transformadores en colaboración con la sociedad civil».
Desde los Seminarios de Santiago y Lugo, han querido, cuidando su identidad católica, misión y trayectoria educativa, abrirse a su entorno. Es por este motivo que a partir del próximo curso los centros educativos, como los colegios diocesanos, acogerán a todos los alumnos y alumnas que quieran realizar en ellos la formación de secundaria y bachillerato.
Bajo el criterio de la diócesis, este gesto busca ponerse a disposición de las familias gallegas. Del mismo modo, ésta parece una alternativa para buscar el máximo rendimiento de las infraestructuras disponibles en un periodo donde las vocaciones languidecen.
«Educar es siempre un acto de esperanza», dice el Papa Francisco y de este modo aguardan los centros de formación de religiosos el comienzo del próximo año escolar.
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