El presidente de la Conferencia Episcopal (CEE) y arzobispo de Barcelona, el cardenal Juan José Omella, reunido esta semana en la asamblea plenaria, teme que con la nueva reforma de la ley de Educación (Lomloe) que pasa hoy por el pleno del Congreso, la religión quede relegada en los colegios y se pongan “trabas y obstáculos” a las escuelas católicas concertadas. Según el cardenal, existe un “clamor” por un pacto educativo global y reclama que este se concrete en “una ley sólida que no sea objeto de debate con cada cambio de color político en el Gobierno”.
La nueva reforma educativa plantea mantener la religión como oferta obligatoria en los centros educativos públicos, pero voluntario para el alumno y sin una asignatura equivalente para quien no la escoja. Además no tendrá carácter evaluable.
Los obispos propusieron hace unas semanas al Ministerio “integrar un espacio objetivo, un ámbito, igual que hay en Ciencias Naturales, en Primaria y Secundaria”, donde se planteen los distintos “horizontes de creencias”, en “el respeto de la conciencia de los niños y de su identidad, su cultura y tradición”. También, para los no creyentes.
Para el secretario general de la CEE, Luis Argüello, la discusión sobre el tema puede llevar a la clase de religión a vivir “en una especie de gueto”, y que se imparte como “un favor”, o porque existen los Acuerdos Iglesia-Estado. “No perdemos la esperanza de trabajarla durante el desarrollo de la ley”, añadió.
Respecto a la escuela concertada, Omella consideró que no es el momento de “enfrentar instituciones públicas y privadas, sino de trabajar conjuntamente, de cooperar de forma eficaz y eficiente para ofrecer una educación adecuada”, y respetando “en todo momento el derecho constitucional de los padres y madres a escoger libremente el centro y el modelo educativo para sus hijos”, subrayó.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Añade un comentario