El
confinamiento en casa a causa de la amenaza de la COVID-19 ha traído un
nuevo modo de impartir clases a través de la red, con aplicaciones
proporcionadas por la Consejería de Educación. La plataforma Moodle, a la que se accede con el correo electrónico Educacyl, es un almacén que contiene varias herramientas como OneDrive, útil para compartir documentos y aulas virtuales; Microsoft Teams que permite contactar con los alumnos a través de vídeo conferencias…
En este
contexto los maestros y profesores de religión están impartiendo las
clases, tratando de conectar personalmente con los alumnos y sus
familias ya que todos los chicos escolarizados tiene un e-mail personal
de Educacyl, lo mismo que los profesores, aunque en ocasiones ha habido
dificultades porque algunos alumnos no podían conectarse, lo que ha
complicado el poder seguir las instrucciones y utilizar a pleno
rendimiento las herramientas, pautas y medios de trabajo que los
colegios e institutos les han proporcionado.
Para
poder facilitar lo más posible el trabajo/estudio de los alumnos, los
profesores han implicado a los padres, buscando su colaboración con el
fin de comprobar que los chicos llevaran a cabo las labores que
semanalmente les indicaban y las actividades a realizar. Previamente los
tutores recogían de los profesores los materiales a trabajar de cada
asignatura y los entregaban a los alumnos de su clase.
El
confinamiento que se instauró el 14 de marzo obligó a los profesores a
que, en dos días, cambiaran mentalidad y se adaptaran, no sin
dificultades, a este nuevo modo de impartir la asignatura, modificaran
los tiempos de enseñanza/aprendizaje -que les lleva a estar pendientes
de los alumnos todo el día-, adquirieran nuevas destrezas, herramientas
informáticas, modo de ver la realidad para también explicar las cosas
importantes de la vida que han ido surgiendo a raíz de esta experiencia
que estamos viviendo, ya que esta modalidad que nos hemos visto
obligados a adoptar ha abierto caminos de relación y de acompañamiento
para con los alumnos y familias al completo.
Un
acompañamiento que siembra esperanza cristiana y que da sentido al
trabajo diario, al esfuerzo, al sufrimiento, a las relaciones familiares
cuando se está todo el día juntos y sin salir de casa tantos días
seguidos, a la colaboración en las labores domésticas, a la búsqueda de
respuestas.
Rosalina, del CEIP Profesor Tierno Galván, explica que hay una experiencia peculiar y es que algún padre/madre la decía: «cuando termines con mi hijo, empiezas conmigo».
Padres
que, ante el desconcierto por la situación tan grave que ha provocado el
virus a nivel nacional y mundial, ante el dolor por las personas
afectadas, fallecidas, ante el sufrimiento de ver a los sanitarios
combatir el virus, así como la compleja labor de las fuerzas y cuerpos
de seguridad, exponiendo ambos sus vidas, ante el trabajo de quienes nos
están haciendo la vida mejor a los que permanecemos en casa…, buscan
sentido, piden hablar, oraciones, textos y lecturas religiosas que les
ayuden también a ellos a vivir en la esperanza cristiana, rezar para
unirse más a Dios.
Acompañan
a este relato dos fotografías que muestran la elaboración de un paso de
Semana Santa realizado en casa por Pablo del Val Marbán, de 5º de
primaria, del CEIP Elvira Lindo, y una actividad de Lucía Martínez, de
2º de primaria, del CEIP Atenea. Mª Jesús de Pedro ha guiado a estos
dos niños en estas tareas y me ha ayudado a conocer de cerca cómo llevan
a cabo el trabajo educativo estos días.
Es de
reconocer y agradecer a los maestros y profesores de religión la gran
labor educativa que realizan con sus alumnos y familias porque les
ayudan a vivir y afrontar esta situación que vivimos desde el amor, la
fe y la esperanza. Gracias por su dedicación y compromiso que una vez
más muestra lo importante que es el que la asignatura de religión forme
parte del ámbito académico porque enriquece la vida personal, familiar y
social de nuestros alumnos.
No
podemos despedirnos sin rezar por las personas que han perdido la vida,
por sus familiares, y agradecer la inmensa labor de los que luchan
directamente contra el virus arriesgando la propia vida, o exponiéndose
en servicios sociales y de cercanía. Agradecer también la labor de los
de los que nos facilitan la vida diaria a los que estamos confinados en
casa.
Julia Gutiérrez, delegada de Enseñanza de la archidiócesis de Valladolid
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