Javi Rodríguez
El número de profesores de religión en la escuela pública dibuja una estela de caída constante en los últimos veinticinco años en las enseñanzas de Secundaria y Bachillerato. En la actualidad, Canarias tiene solo 142 profesores de religión. El número de docentes ha caído en picado en las últimas décadas, de hecho, en los últimos veinticinco años han desaparecido en Canarias casi ochenta profesores de religión. En el año 2.000 había 220 y actualmente hay solo 142. La caída de las vocaciones está entre las razones que explican este descenso, pero también la caída de la natalidad.
Si bien al principio del milenio hubo un incremento de este tipo de docentes, a partir de 2004 caen en picado. Fue en 2012 cuando pasaron la barrera crítica de los 200, pasando de 208 a 195 en 2013. A partir de entonces, el descenso ha sido notable y continuado, salvo un ligero incremento durante la pandemia. Desde entonces han desaparecido veinte: pasando de los 167 que había en 2021 a los 142 actuales. El profesorado de religión católica en Secundaria y Bachillerato parece estar en peligro de extinción.
Hay más de veinte clases con un solo alumno
En el caso de infantil y primaria hay 65.600 alumnos de religión distribuidos en unos 5.900 grupos. Sorprende que hay veintidós clases con un solo alumno de religión, o lo mismo, veintidós alumnos que tienen un profesor de religión para ellos solos en la educación pública infantil y primaria de Canarias. Además, hay 133 grupos que tienen únicamente dos o tres alumnos, al tiempo que existen otras asignaturas que soportan ratios excesivas. En el caso de infantil y primaria, la mayoría de los grupos tienen entre diez y doce alumnos en total.
El portavoz del sindicato de profesores SEPCA considera una pérdida de recursos que existan más de veinte alumnos que reciban clases de religión individualmente en educación infantil y primaria. "Por supuesto que un alumno solo en un audio es una pérdida de recursos, es más que evidente", afirma Pedro Crespo. Con toda probabilidad, estos alumnos, que no son la mayoría, pertenecen a comunidades educativas muy pequeñas, escuelas unitarias y rurales o bien reciben clase en condiciones muy especiales por enfermedad o incapacidad.
La alternativa a religión es "un cachondeo"
Los centros educativos tienen libertad para determinar la alternativa a religión en Secundaria y Bachillerato. La asignatura equivalente se llama "atención educativa", que no es exactamente una tutoría. Se trata de una asignatura flexible dedicada a la atención al alumnado cuyo contenido puede ser determinado libremente por el centro. Sin embargo, la indefinición que rodea a esta asignatura hace que para muchos centros se haya convertido en una especie de segundo recreo para el alumnado que no cursa religión.
En opinión del portavoz del profesorado, muchos alumnos eligen la alternativa a religión precisamente por este motivo. Crespo confirma que esta asignatura a menudo es un cachondeo, "si, exactamente, entendemos que esa es una de las razones que han motivado la disminución" de alumnado en las clases de religión. "A esa asignatura hay que darle valor, un contenido que tenga todo el rigor que tiene cualquier otra asignatura porque de lo contrario, eso si que evidentemente es una pérdida de recursos", valora el portavoz del sindicato de profesores SEPCA.
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