Hay que creer. Que es posible. Más allá de nuestras fuerzas y
nuestros límites. Más allá de nuestras derrotas y nuestras alas
quebradas. Más allá de la fragilidad que nos hace dudar. Más allá de
enfadarnos con el mundo, con nosotros mismos, con los otros, o con
Dios... Hay que creer. Creer y plantar cara a nuestros fantasmas con
fortaleza, con valentía y con creatividad. ¿Tal vez también tú tienes
tus propias heridas e inseguridades? ¿Tal vez también tú te sientes
abatido, roto, enfadado, incapaz y encerrado en oscuridades de fuera o
de dentro? ¡No te rindas!
Jacob Frey, (El regalo)
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