Si ya ha leído los argumentos de algunos de
los divulgadores del ateísmo cientifista, va siendo hora de que lea también los
argumentos de científicos que consideran que la fe y la ciencia encajan
armoniosamente"
PGines/ReL.
¿La ciencia moderna hace innecesario hablar de Dios
o de un Creador que explique por qué hay algo en vez de nada? ¿Cómo se explica
que las leyes del universo parezcan estar "afinadas" para producir
vida, y no meros gases inertes? ¿Hay detrás una inteligencia rectora que sería
la de Dios?
Estos son algunos de los temas del libro 60
preguntas sobre ciencia y fe respondidas por 26 profesores de universidad
(Ed.Stella Maris).
Uno de sus autores y coeditores es Francisco José
Soler Gil, doctor en Filosofía por la Universidad de Bremen, miembro del grupo
de investigación de Filosofía de la Física de esta universidad alemana, además
de investigador «Ramón y Cajal» en la Universidad de Sevilla. Ha sido también
miembro del grupo de investigación de astrofísica de partículas en la
Universidad Técnica de Dortmund. Es autor de diversos títulos sobre filosofía
de la física y sobre las relaciones entre ciencia, razón y fe, entre los que
destacan: Aristóteles en el mundo cuántico (2003), Dios y las cosmologías
modernas (ed.) (2005), ¿Dios o la materia? (2008, junto con Martín López
Corredoira), Lo divino y lo humano en el universo de Stephen Hawking (2008) y
Mitología materialista de la ciencia (2013). Responde a algunas preguntas de
Religion En Libertad.
-¿Llegan a
las librerías obras en español sobre el debate ciencia-fe igual que llegan, por
ejemplo, libros de los llamados "nuevos ateos" como Dawkins u Onfray?
-Claramente, no. El intenso debate entre autores
teístas y ateos, que se desarrolla sobre todo en el ámbito académico
anglosajón, sufre un claro sesgo por parte de las editoriales en lengua
española. Las editoriales que tienen mejor difusión parecen especialmente
interesadas en difundir las publicaciones de los autores ateos. Estas
publicaciones son inmediatamente traducidas, y pueden encontrarse en los
estantes de cualquier librería.
»Las obras de los autores teístas lo tienen mucho
más difícil. Muchas veces no se traducen. Y, cuando se traducen, suele ser con
bastante retraso, y en editoriales de difusión menor. Esta situación es muy
lamentable, sobre todo porque no guarda relación alguna con la calidad de los
trabajos de unos y otros. O más bien diría que guarda una relación inversa.
»Sin embargo, últimamente me parece percibir una
cierta mejora. Vamos siendo conscientes del problema y se están realizando
algunas traducciones más rápidas. El libro de Antony Flew «Dios Existe», por
ejemplo, nos llegó al castellano con «sólo» cinco años de retraso. Algo es
algo... pero aún falta mucho por hacer.
- ¿Cómo cree
que influye internet en la circulación de bulos (o memes) sobre la fe y la
historia de la ciencia?
-Internet es un medio ambiguo, desde luego. Por una
parte, Internet permite la difusión de todo tipo de panfletos sin valor alguno.
Las descalificaciones más groseras y los errores más burdos pueden extenderse
sin trabas. Pero, por otra parte, Internet también permite romper mejor el
monopolio y la censura de las grandes editoriales. De manera que, aunque los
libros de pensamiento teísta sólo encuentren en nuestro país acogida en
editoriales de escasos medios, su impacto puede ser mayor, gracias a internet.
Pese a todos sus aspectos negativos, me parece que el balance es positivo.
Internet puede ser un buen medio para luchar contra la opresión del pensamiento
dominante.
- Parece que
la gente cada vez lee menos libros y recurre más a búsquedas apresuradas en
Internet...
-Hay temas que no pueden realmente analizarse
leyendo un par de artículos en Wikipedia, o un par de entradas en un blog. Si
queremos de verdad sopesar la fuerza de los indicios que apuntan a la
existencia de Dios, hay que tomarse la molestia (y el tiempo) de leer libros.
Sólo en el contexto de las reflexiones que motiva la lectura de una buena
selección de libros se pueden apreciar los puntos débiles y fuertes de las
distintas posiciones.
»Sin embargo, es cierto que cada vez se leen menos
libros. Y lo peor de todo es que el que basa su pensamiento en búsquedas
apresuradas de internet cree ya estar lo suficientemente informado, cuando en
realidad, apenas si ha rozado la superficie de las cuestiones en disputa. Es un
problema de nuestro tiempo, sin duda.
- En el
s.XXI, ¿qué será más dañino? ¿La difusión de esoterismos y pseudociencias o la
del cientifismo y el materialismo
dogmático?
-No sé qué peligro de pseudoconocimiento puede ser
mayor en este siglo XXI. Casi estaría por arriesgarme a decir que no será el
cientifismo materialista, pese al ruido que hacen ahora los Dawkins y los
Hawking con sus ocurrencias tan publicitadas. La mitología materialista de la
ciencia era más atractiva en el siglo XIX. Pero la propia ciencia se lo está
poniendo cada vez más complicado a los cientifistas. Quizás de ahí provenga el
tono agrio que se aprecia en algunos autores de esta corriente.
- ¿Qué es el
llamado "ajuste fino" de las leyes del universo y qué tienen que ver
con un posible Creador?
-Las leyes del universo no son nada comunes. Si las
leyes de la naturaleza hubieran sido ligeramente diferentes, el cosmos
consistiría en un lugar estéril y aburrido. No habría vida inteligente, ni de
ninguna otra clase.
»En realidad, en la mayoría de los escenarios de
leyes que cabe imaginar, no habría ningún tipo de estructuras complejas: sólo
un gas de hidrógeno, o de helio, o de radiación. O un universo que colapsa
inmediatamente, o cosas por el estilo. De manera que ni siquiera se puede decir
que si las leyes fueran otras, y no hubiera vida en el cosmos, habría otro tipo
de seres igualmente interesantes. No. La mayor parte de legislaciones que
podemos concebir para el universo, no producen nada que merezca la pena
considerar.
»De ahí que la pregunta se plantee de forma
natural: ¿Por qué, de entre todas las posibilidades, ha resultado que las leyes
del universo son justo éstas, que favorecen el desarrollo de seres complejos en
general, y de vida en particular, y de vida inteligente muy en particular (que
requiere realmente condiciones muy especiales para su desarrollo)? Esto es lo
que se denomina el «ajuste fino» de las leyes del universo. Y, es un dato que
sugiere fuertemente la idea de que el universo ha sido concebido a propósito.
- En Los 3
primeros minutos de la historia el físico Weinberg, ateo, escribe: "cuanto
más comprensible parece el universo, tanto más sin sentido parece
también".
-El mismo Steven Weinberg no sólo reconoce que la
estructura de leyes y constantes de la naturaleza parece hecha a propósito para
que el universo sea biófilo [favorable a la generación de vida, ndReL] sino que
incluso tomó como punto de partida esta peculiaridad del universo para efectuar
una predicción del valor de la constante cosmológica. Una predicción acertada,
dicho sea de paso. Lo que ocurre es que Weinberg trata de explicar el dato del
ajuste fino recurriendo a la idea de que vivimos en un multiverso.
- Muchos
ateos modernos hablan como si un hipotético "multiverso" con
"infinitos o numerosísimos universos" favorecieran la postura atea.
Pero ¿en qué sentido esos multiversos harían que el Creador fuese menos
creador?
-Los ateos que están al tanto del dato del ajuste
fino del universo, suelen recurrir a la hipótesis del multiverso para escapar
de la conclusión de que el cosmos ha sido diseñado. Según su planteamiento,
habría muchos universos, cada uno con sus leyes. Y nosotros simplemente
habitamos uno cuyas leyes lo hacen habitable. De manera que el ajuste fino
sería un mero efecto de perspectiva: obviamente vivimos en un universo cuyas
leyes son consistentes con nuestra existencia.
»Ese discurso es sencillo... sólo que en realidad
no funciona, porque los distintos multiversos que se pueden proponer son
siempre demasiado pequeños o demasiado grandes para resolver la cuestión de la
peculiaridad de las leyes de la naturaleza de nuestro cosmos.
»Dicho más concretamente, todos los multiversos
propuestos son demasiado pequeños (en el sentido de que se puede repetir en
ellos la cuestión de por qué existe precisamente éste y no otro de los
infinitos multiversos estériles que cabe concebir).
»Sólo el llamado «multiverso matemático» escapa a
esta objeción. En el «multiverso matemático» se admite que todas las
estructuras matemáticas posibles son leyes de universos, de manera que ya no
cabe preguntar por qué han sido seleccionadas estas o aquellas. Todas valen.
Pero lo que resulta en cambio es un escenario demasiado grande, porque en él no
se entiende por qué vivimos en un universo de leyes tan sencillas. Y es que en el
«multiverso matemático» debería haber infinitos universos habitables con leyes
más complicadas que las nuestras. Leyes, por ejemplo, que contuvieran
parámetros dependientes del tiempo.
»En definitiva, considero que, con independencia de
que puedan existir, o no, otros universos, la idea de usar esta hipótesis para
explicar el ajuste fino sin admitir un diseño cósmico es simplemente un clavo
ardiendo al que se agarran los autores ateos, a falta de algo mejor. Pero no
funciona: los indicios de diseño se mantienen, a pesar de la maniobra.
-El libro 60
preguntas sobre ciencia y fe plantea algunos temas peculiares, como el sentido
de las matemáticas, e incluso el curioso comportamiento del agua (su
comportamiento en células, su tensión superficial que hace ascender la savia en
secuoyas)... ¿cómo pueden estas cosas decir algo sobre un Creador?
-La cuestión de las matemáticas, y su relación con
el pensamiento teísta, es todo un clásico en la filosofía occidental. Por
muchas razones, entre ellas la de que siendo las matemáticas puro pensamiento,
pura racionalidad, encontramos que el cosmos responde a esa racionalidad.
Galileo afirmó que la naturaleza es un libro escrito en lenguaje matemático.
Quién podría haber escrito ese libro, es una cuestión acerca de la que, ni
Galileo, ni el resto de los fundadores de la física tenían la menor duda.
»Ya que menciona el caso del agua, le comentaré que
el que posiblemente sea el primer estudio científico detallado que avisó de que
las leyes del universo parecían estar dispuestas de tal modo que la vida fuera
posible, fue un libro escrito en 1913 por el químico Lawrence Henderson,
profesor de la Universidad de Harvard. El libro se titulaba «The Fitness of the
Environment», y hacía mucho hincapié sobre todo en los delicados equilibrios
físicos y químicos que posibilitan la existencia de algo tan prodigioso como el
agua, que es la base para el desarrollo de la vida.
»Esa obra no tuvo demasiado impacto en su momento.
Fue una obra prematura. Pero a la vista de lo que se ha venido conociendo
después, es preciso reconocer que apuntaba en la dirección correcta: el
universo presenta indicios vehementes de haber sido diseñado con ciertos
objetivos. Entre ellos el desarrollo de la vida.
- ¿Qué le
diría a un joven cristiano que se plantea que la ciencia hace innecesaria o no
deja espacio a la "hipótesis Dios", quizá porque lo ha leído en un
libro o se lo han dicho en clase?
-Le aconsejaría algo muy básico, pero muy
importante: que no juzgue el caso sin haber escuchado antes los argumentos de
las dos partes. Por tanto, si ya ha leído los argumentos de algunos de los
divulgadores del ateísmo cientifista, va siendo hora de que lea también los
argumentos de científicos que consideran que la fe y la ciencia encajan
armoniosamente.
»Quizás esta nueva obra «60 preguntas sobre ciencia
y fe» pueda servirle de punto de partida. Por cierto, creo que el joven que
siga este consejo posiblemente se llevará una sorpresa cuando descubra la gran
cantidad de científicos cristianos que hubo y que sigue habiendo en nuestros
días. Una sorpresa agradable, supongo.
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