Hay que reconocer que en el
último viaje a Centroamérica, desde EVD hemos puesto especial pasión por
presentar el DOCAT,
la obra del proyecto evangelizador YOUCAT orientada a dar a conocer a los
jóvenes la Doctrina Social de la Iglesia y, sobre todo, a llamarles a vivir
conforme a los principios de verdad, justicia y amor que subyacen a esta
doctrina.
Es el mismo Papa Francisco desde
el prólogo del DOCAT quien descubre su sueño de que un millón de jóvenes se
impliquen en la construcción de un mundo más justo. Compartiendo todo esto con
el equipo de liderazgo de IMDOSOC, nos
contaban cómo desde esta organización están apoyando y colaborando con la labor
social que hacen Las Patronas,
un grupo de mujeres voluntarias que en el Estado de Veracruz (México) alimenta
a los migrantes que viajan en “La Bestia”, el tren que cruza México rumbo a
Estados Unidos. Me parece todo un signo de solidaridad, generosidad y esperanza
para la vida de esos migrantes.
El grupo de mujeres voluntarias
–muchas de ellas amas de casa, vecinas del campo– se organiza y hace los turnos
para cocinar, empacar, recoger alimentos y otros productos que donan algunas
empresas; otras tocan puertas o acuden a los mercados para pedir ayuda. Lo
cierto es que preparan un buen número de bolsas con frijoles, arroz, tortitas
de pan, botellas con agua y, a veces, huevos, fruta o algún pastel.
Una o dos veces al día, La Bestia
se aproxima cargado de personas sedientas y hambrientas que llegan de países
centroamericanos y caribeños; el maquinista generalmente baja la velocidad
–aunque también hay quien acelera–, y los migrantes toman al lazo la comida y
la bebida que les ofrecen estas mujeres al lado de la vía.
He de reconocer que este ejemplo
de solidaridad y de amor al prójimo me ha sobrecogido; era totalmente
desconocido para mí, aunque tal como dicen fueron presentados en 2015 al Premio
Princesa de Asturias en la categoría de la Concordia. Cada vez son más las
universidades y otros grupos interesados por los derechos humanos y el
pensamiento social de la Iglesia que se están poniendo en contacto con ellas.
Es Navidad, tiempo de compartir y
de que todas y todos apoyemos ese sueño y esperanza por una auténtica comunidad
humana. Las Patronas saben que hay mucho por hacer y quieren mover más
corazones por esos seres humanos, que, empujados a salir de sus países por la
imposibilidad de desarrollar en ellos una vida digna, esperan una oportunidad.
Felicidades a "Las Patronas" por dejar esa huella de generosidad y
solidaridad.
Fuente: vía email
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