Blog del Profesorado de Religión Católica: Pistas para reflexionar el Domingo de Ramos

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domingo, 24 de marzo de 2013

Pistas para reflexionar el Domingo de Ramos

DOMINGO DE RAMOS (Ciclo C)

Estamos en la Semana final de la Cuaresma. Acompañaremos a Jesús en su entrada a Jerusalén y también en su camino al Calvario.

1.- LA GRAN ENTRADA

“...Bendito el que viene en nombre del Señor... Cuando se fue acercando, al ver la ciudad, lloró por ella, y dijo: ¡Si en este día comprendieras los caminos de la paz! “(Lc 19, 29-44).
“...Ofrecí la espalda a los que me golpeaban... " (Is 50, 4-7).
“...Se despojó de su rango y tomó la condición de esclavo..." (Flp 2, 6-11).
".... Esto es mi cuerpo que se entrega por vosotros.... “(Lc 22, 14 - 23, 56).

SÍMBOLOS

◦ La Cruz.
◦ Ramos de olivo.

2.- PALABRA

Lectura del santo evangelio según san Lucas (Lc 19, 29-44)

Al llegar cerca de Betfagé y de Betania, junto al monte llamado de los olivos, envió a dos de sus discípulos  diciendo: - Id a la aldea de enfrente; al entrar, encontraréis un borrico atado, sobre el que nadie ha montado aún; desatadlo y traedlo. Y si alguien os pregunta por qué lo desatáis, le diréis que el Señor lo necesita.
Fueron los enviados y lo encontraron como Jesús les había dicho. Cuando estaban desatando el borrico, sus dueños le dijeron: - ¿Por qué lo desatáis?
Ellos respondieron: - El Señor lo necesita.
Ellos se lo llevaron a Jesús. Pusieron sus mantos sobre el borrico e hicieron a Jesús que montara. Según iba avanzando, extendían sus mantos en el camino. Cuando ya se iba acercando a la bajada del monte de los olivos, los discípulos de Jesús, que eran muchos, llenos de alegría, estallaron en gritos de alabanza a Dios por todos los milagros que habían visto. Decían: - Bendito el rey que viene en nombre del Señor. ¡Paz en el cielo y gloria en las alturas!
Algunos fariseos de entre la gente le dijeron: - Maestro, reprende a tus discípulos.
Pero Jesús respondió: - Os digo que si éstos callaran, empezarían a gritar las piedras.
Cuando se fue acercando, al ver la ciudad, lloró por ella, y dijo:- ¡Si en este día comprendieras tú también los caminos de la paz! Pero tus ojos siguen cerrados. Pues llegará un día en que tus enemigos te rodearán con trincheras, te cercarán y te acosarán por todas partes; te pisotearán a ti y a tus hijos dentro de tus murallas. No dejarán piedra sobre piedra en tu recinto, por no haber reconocido el momento en que Dios ha venido a salvarte.

COMENTARIO

En este relato Jesús aparece como el Mesías pacífico y humilde de Zac 9 9-10, frente al Mesías triunfal que era esperado por la mayoría del pueblo (Lc 19 11). Algunos rasgos de la narración, como el clima de alegría o el extender el manto al paso de Jesús, revelan sin embargo su realeza, manifestada de un modo sorprendente (1 Re 1 38-40; 2 Re 9 13). Es un anuncio simbólico de lo que se producirá en su resurrección, en la que Dios le hará Señor y Mesías (Hch 2 36). Los discípulos entonan un canto, inspirado en su primera parte en el salmo 118 26, que se utilizaba en las grandes fiestas judías. Citado ya en Marcos, Lucas introduce algunos cambios (por ejemplo, sustituir el término reino por el de rey) que hace más clara la alusión a Jesús. Pero, además, Lucas añade una segunda parte, que se parece mucho al cántico de los ángeles de la infancia de Jesús (Lc 2 14). Ahora son sus discípulos los que lo entonan en este momento de manifestación de su gloria.
En medio de este momento triunfal de Jesús brotan, sin embargo, de su boca palabras de juicio contra Jerusalén, que no ha sabido reconocer la salvación de Dios. La lamentación sobre Jerusalén y la destrucción que vendrá sobre ella nos indican la fragilidad de este momento de gloria. Jesús se manifiesta aquí como el rey que sentencia a la ciudad que le va a rechazar. Este es el primero de los tres anuncios de Jesús sobre la destrucción de Jerusalén (Lc 19 43-44; 21 20-24; 23 28-31). El error de Jerusalén consiste en no haber sabido reconocer el momento de la salvación que llegaba con Jesús. Estas palabras nos ponen, pues, en guardia para que sepamos hacer una lectura profunda de los acontecimientos que estamos viviendo para poder descubrir en ellos el paso del Señor por la historia de nuestro tiempo.
                        Comentario al Nuevo Testamento Luis F. García-Viana Casa de la Biblia

3.- RESUENA LA PALABRA

• Las lágrimas de Jesús forman parte de su Pasión: "Cuando se fue acercando, al ver la ciudad, lloró por ella..." (v.41)
◦ Rodeado de vítores y aplausos.... (v.37 y 38), Jesús se siente solo e incomprendido y llora.
◦ Viendo una ciudad espléndida pero ciega, Jesús llora.
◦ Ante un Templo profanado y de culto vacío, Jesús llora.
◦ Frente a un culto cruento y sin espíritu, Jesús llora.
◦ Al ver a unos jefes políticos y religiosos injustos e interesados, Jesús llora.
◦ Con un pueblo desorientado, "como ovejas sin pastor", que se encamina a su desgracia, Jesús llora.
◦ Ante un pueblo ciego y belicoso, Jesús llora.
◦ Con unos creyentes que no "reconocen el momento en que Dios viene a salvar" (v.44), Jesús llora.

MEDITACIÓN, ORACIÓN DE QUIETUD

Mantras

• " Bendito el que viene”
• " Bendito el nombre del Señor”
• " Dios viene a salvar”

PARA LA REFLEXIÓN Y VIVENCIA

• ¿Con qué sentimientos comienzo esta Semana Santa?
◦ ¿Dejo que los afectos y las emociones de los textos lleguen a la hondura?
◦ ¿Procuro hacer míos los sentimientos de Jesús?
◦ ¿Me apropio el mensaje de los textos litúrgicos?
• ¿Hago del silencio de la Pasión un medio para que Dios me enseñe lo que el texto contiene?
◦ ¿Miro mi entorno actual con la mirada de Jesús en la pasión?

4.- PARA EL DIÁLOGO Y LA EXPERIENCIA

• Podemos compartir el sentido que encierra para los creyentes el siguiente versículo:  "¡Si en este día comprendieras tu también los caminos de la paz! Pero tus ojos siguen cerrados" (v.42).
• ¿Nos encontramos nosotros en una situación semejante a la de Jerusalén entonces?
• ¿Cómo se nos ofrece la paz en nuestros días?
• ¿Quién o quienes han de ser constructores de esa paz?
◦ ¿Por qué caminos y con qué instrumentos para construir la paz?
• ¿Dónde y en quién tenemos puestos los ojos?

Terminamos orando juntos el Salmo 21 del Diurnal

Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?; a pesar de mis gritos, mi oración no te alcanza.

Dios mío, de día te grito, y no respondes; de noche, y no me haces caso; aunque tú habitas en el santuario, esperanza de Israel.

En ti confiaban nuestros padres; confiaban, y los ponías a salvo; a ti gritaban, y quedaban libres; en ti confiaban, y no los defraudaste.
Pero yo soy un gusano, no un hombre, vergüenza de la gente, desprecio del pueblo; al verme, se burlan de mí,  hacen visajes, menean la cabeza: "Acudió al Señor, que lo ponga a salvo; que lo libre, si tanto lo quiere".

Tú eres quien me sacó del vientre, me tenías confiado en los pechos de mi madre; desde el seno pasé a tus manos, desde el vientre materno tú eres mi Dios.
No te quedes lejos, que el peligro está cerca y nadie me socorre.

Me acorrala un tropel de novillos, me cercan toros de Basán; abren contra mí las fauces leones que descuartizan y rugen.

Estoy como agua derramada, tengo los huesos descoyuntados; mi corazón, como cera, se derrite en mis entrañas; mi garganta está seca como una teja, la lengua se me pega al paladar; me aprietas contra el polvo de la muerte.

Me acorrala una jauría de mastines, me cerca una banda de malhechores; me taladran las manos y los pies, puedo contar mis huesos.

Ellos me miran triunfantes, se reparten mi ropa, echan a suerte mi túnica.
Pero tú, Señor, no te quedes lejos; fuerza mía, ven corriendo a ayudarme.
Líbrame a mí de la espada, y a mí única vida de la garra del mastín; sálvame de las fauces del león; a éste pobre, de los cuernos del búfalo.

Contaré tu fama a mis hermanos, en medio de la asamblea te alabaré

Paco Aranda
Fuente: vía mail

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