VII-Estacion 
Jesús cae por segunda vez
Sus caídas son cada vez más terribles, porque el camino, la subida se va haciendo más costosa y empinada. Las fuerzas decaen. Y, encima, Él no cae solo.
Jesús sigue cayendo hoy. Cae con el pobre, con el enfermo, con el desnudo, con el preso… Y nosotros no caemos en la cuenta de tantos como están cayendo.
Son  caídas hacia el abismo. Abismo de insolidaridad, de indiferencia cómplice. Abismo de oscuridad, de falta de valores, de superioridad y pasotismo.
Esta segunda caída es un segundo aviso. Jesús ya no cae siquiera en el suelo. ¿No podemos hacer nada por sostener a Jesús, por sostener a los que caen?
Oración: Señor Jesús, caído y compañero de los que continuamente caen, víctimas de la falta de amor de los que les rodean. Remuévenos para no dejarte ver tirado por el suelo junto al pobre, el anciano o el preso. No permitas que seamos cómplices de las sombras de tanto desconsuelo. Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.