(Antonio Salas Ximelis, Abbacanto).- Siempre que se avecina un cambio del sistema educativo y siempre que se acercan nuevas elecciones generales, suele salir a la luz pública un tema para ser cuestionado por muchas personas. Me refiero al de la enseñanza de la Religión en el sistema educativo.
Es una de las conclusiones de la tesis doctoral que defendí en la Universidad Complutense de Madrid bajo el título Problemática de la enseñanza de la Religión en la LOGSE. Propuesta de un área curricular, el 15 de diciembre de 2015.
Y, por fin, los partidos políticos se han decidido a sentarse para plantear un pacto de estado por la educación. Las personas que consideramos que la enseñanza de la Religión, puede contribuir decisivamente a la formación integral para quienes deseen cursarla, al amparo de la misma Constitución en su artículo 27.2, desearíamos que no constituyera un motivo que impidiese llegar al pacto.
No puede ser problema para el pacto. El debate sobre la misma se concretó en nuestra Constitución cuando obliga a los poderes públicos a que garanticen la enseñanza religiosa y moral de acuerdo con las convicciones de los padres. Debería, pues, sacarse del debate, porque de lo contrario, por algo ya consensuado, no se llegaría al pacto.
Comprendemos que haya personas que no les parezca su presencia en la escuela. Sin embargo, es un derecho que se proclamó en la Declaración Universal de los Derechos Humanos en 1948, y desde que vivimos en democracia a nadie se le obliga a cursarla. Es un derecho, no una imposición.
Y de hecho, en cada curso hay una petición mayoritaria de los padres para que sus hijos la cursen con la dignidad curricular como cualquier otra materia, y ello, en un contexto legislativo que, año tras año, no resulta el más idóneo para nuestra materia.
En toda Europa, salvo Francia (exceptuando Alsacia y Lorena), con total normalidad se tiene integrada la enseñanza de la Religión en sus respectivos sistemas educativos y no se ha hecho de ella un asunto problemático, como ha ocurrido en España.
Deseamos que prime la cordura y que la enseñanza de la Religión, no solo de la católica, también de las que tienen convenios para su impartición, no sea ni el motivo para no llegar a un pacto ni sea tampoco moneda de cambio para alcanzarlo.
Fuente: http://www.periodistadigital.com/religion/opinion/2017/04/24/la-religion-y-el-pacto-por-la-educacion-religion-iglesia-opinion-abbacanto.shtml
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