Excelente material enviado por nuestro compañero y sacerdote Paco Aranda.
Gracias.
Probablemente en mi juventud hubo una vivencia fervorosa de vocación. Me
sentí llamado/a....
¿Cómo están las ascuas de esa experiencia
ardiente?
¿Como un rescoldo apagado, o vivo?
¿Necesito avivar esa experiencia, o por lo menos volver a
ella, para retomar conciencia del llamado que Dios me
hace?
- ¿Qué es la vocación: ¿algo que tiene un fundamento fuera
de nosotros mismos, algo que reside en nuestro corazón, o en nuestra
decisión?
- ¿Puede un joven ser cristiano sin decidir discernidamente
ante Dios qué hacer con su vida como
totalidad?
- Reflexionar-dialogar sobre este pensamiento
(especialmente para la reunión del grupo
juvenil):
- “No sé de privilegio más atractivo que éste de haber
encontrado la vocación, de haberse encontrado uno a sí mismo. La mayoría de los
mortales vive como descaminada. Acepta su destino con resignación pero no sin la
secreta esperanza de eludirlo algún día. Sólo son felices aquellos que saben que
la luz que entra por su balcón cada mañana viene a iluminar la tarea justa que
les está asignada en la armonía del mundo”.
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