(Jesús Bastante).- No es directamente una respuesta a la reforma educativa, pero sí una declaración de intenciones. Que parece concordar con la idea de José Ignacio Wert. La Conferencia Episcopal acaba de hacer públicas sus "Orientaciones pastorales para la coordinación de la familia, la parroquia y la escuela en la transmisión de la fe", elaborado por la Comisión Episcopal de Enseñanza y Catequesis y aprobado por la Plenaria. En el mismo, los obispos denuncian, igual que hace el ministro de Educación, que "el esfuerzo, la memoria, el sacrificio y, sobre todo, el sentido de la vida han sido eliminados de la educación escolar".
El documento acoge las orientaciones dadas por Benedicto XVI acerca de la llamada "emergencia educativa" y propone como una de las primeras respuestas de la Iglesia el "aunar esfuerzos, compartir experiencias, dedicar personas y priorizar recursos, con el fin de coordinar objetivos y acciones entre los diversos ámbitos: familia, parroquia y escuela, en orden a la transmisión de la fe, hoy". El texto está dirigido a padres, familias, escuelas y parroquias, y sigue el clásico esquema de análisis, denuncia y propuesta.
"La mayoría de nosotros vivimos de prisa, y si bien nuestras relaciones con otras personas se multiplican, estas quedan reducidas muchas veces a un trato superficial, poco profundo, que se desvanece sin apenas dejar huella", apunta el documento, que sostiene cómo "la vida cotidiana se dispersa en diferentes ámbitos de actividad, desconectados entre sí, distintos y, a veces, en espacios distantes. Esto puede originar una fragmentación de la persona en el desempeño de papeles o roles diversos, faltos de integración y coherencia, que repercute en todos los órdenes de la vida. Pensemos, por ejemplo, dentro de las relaciones humanas, lo que esto puede suponer para el desarrollo afectivo en niños, adolescentes y jóvenes. Ello puede conducir de manera progresiva, y a veces inconsciente, a un individualismo ciego y caprichoso".
En este punto, los obispos denuncian que "el pluralismo ideológico, cultural y religioso, rasgo de nuestra situación social, que exige una actitud de respeto y tolerancia, lleva a confundir, muchas veces, la afirmación de libertades personales con una postura individualista de desinterés práctico hacia los derechos y necesidades de los otros", lo que desemboca "en un profundo relativismo: puedo pensar y decir lo que quiera, de cualquier cosa, sin dar cuenta ni justificación de lo que afirmo. Al mismo tiempo, bajo el influjo de la globalización económica y socio-cultural, se van borrando las señas de identidad peculiares de los distintos pueblos o grupos humanos, dejando reducidas a simple recuerdo costumbrista antiguas tradiciones despojadas de su sentido y valor original".
En lo referente a la escuela, los obispos constatan que "en el sistema educativo actual no se desarrolla, salvo honrosas excepciones, una formación en principios y valores éticos o morales fuera de la asignatura de religión". "La enseñanza religiosa escolar -añaden- es una apuesta por la integración de la cultura religiosa católica en el conjunto de las ciencias humanas, que no debe confundirse con la catequesis. A pesar del esfuerzo de la Iglesia en las últimas décadas por cuidar el derecho y deber de padres y alumnos católicos a la enseñanza religiosa en la escuela, así como en preparar a un profesorado capacitado y en elaborar los programas adecuados, las dificultades legislativas y administrativas, la indiferencia e infravaloración por parte de padres y alumnos, y hasta el menosprecio que la enseñanza religiosa experimenta entre los conocimientos científicos y sociales, hacen de ella un medio que, siendo importante, es insuficiente para trasmitir la fe". Al menos, hasta la aprobación de la nueva reforma educativa.
A su vez, la CEE insiste en que "puede constatarse una pérdida de influencia de la escuela frente al peso de otras instancias en la transmisión de la cultura". "La crisis en la transmisión de valores y saberes, así como el empeño excesivo por unas metodologías donde prima el activismo, han sido determinantes en la evolución de la educación. A ello hay que unir el empeño por la deconstrucción de lo existente, que ha llegado a desechar todo valor que pudiera ser considerado como tradicional o antiguo. Así, el esfuerzo, la memoria, el sacrificio y, sobre todo, el sentido de la vida han sido eliminados de la educación escolar. En este contexto, la dimensión trascendente de la persona humana, elemento fundamental de la educación integral, resulta anacrónico, cuando no es excluido y combatido en el quehacer escolar. Como consecuencia, la enseñanza religiosa pasa a un segundo o tercer plano en el aprendizaje".
Respecto a la escuela católica, el documento indica que "debe ser un referente educativo no solo en su acción formativa, sino en el testimonio de las personas consagradas y profesores cristianos laicos", un testimonio que sólo "será si se realiza dentro de la espiritualidad de comunión eclesial. La autoridad del obispo en la escuela católica no afecta tan solo a la catequesis y a la vigilancia sobre la clase de religión, sino a la salvaguarda de su identidad y organización, incluso cuando la escuela católica es promovida por institutos religiosos. «Compete al obispo el derecho de vigilar y visitar las escuelas católicas establecidas en su territorio, aun las fundadas y dirigidas por miembros de institutos religiosos; asimismo le compete dar normas sobre la organización general de las escuelas católicas; tales normas también son válidas para las escuelas dirigidas por miembros de esos institutos, sin perjuicio de su autonomía en lo que se refiere al régimen interno de esas escuelas»", añade el documento.
Para leer el texto completo, pincha aquí:
Fuente: http://www.periodistadigital.com/religion/educacion/2013/05/20/el-esfuerzo-la-memoria-el-sacrificio-y-sobre-todo-el-sentido-de-la-vida-han-sido-eliminados-de-la-educacion-escolar-religion-iglesia-obispos-clase-religion-reforma-wert.shtml
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