A partir de hoy comenzaré a publicar una serie de post sobre la asignatura de Religión y su alternativa en el sistema educativo español, realizando un recorrido por las distintas leyes educativas y el tratamiento que le da a dicha área escolar. Para finalizar con un análisis de los anteproyectos de la LOMCE.
Espero sinceramente que les sea de utilidad e interés. Es un contenido Creative Commons de libre distribución pero respetando siempre su autoría y haciendo referencia a ésta.
Gracias por vuestra colaboración e interés.
Saludos
José Antonio Fernández Martín
Prof. Religión Infantil y Primaria (Málaga) y Profesor de Pedagogía Religiosa y Didáctica de la ERE (DECA)
Espero sinceramente que les sea de utilidad e interés. Es un contenido Creative Commons de libre distribución pero respetando siempre su autoría y haciendo referencia a ésta.
Gracias por vuestra colaboración e interés.
Saludos
José Antonio Fernández Martín
Prof. Religión Infantil y Primaria (Málaga) y Profesor de Pedagogía Religiosa y Didáctica de la ERE (DECA)
La asignatura
de Religión y su alternativa en el sistema educativo español.
El 20 de noviembre de 2011 se celebraron elecciones a Cortes Generales en
España, dando como vencedor al Partido Popular y provocando la alternancia de
partido político en el Gobierno de la nación. Y, una vez más, a cambio de
partido político gobernante, nueva reforma educativa.
El Ministerio de Educación, Cultura y Deporte inició la tramitación del Anteproyecto
de Ley Orgánica para la Mejora de la Calidad Educativa (LOMCE), tras la
presentación de un primer informe al Consejo de Ministros, el pasado 29 de Junio
de 2012.
Acompañada inicialmente de cierta polémica centrada, sobre todo, en la
necesidad de la reforma y el establecimiento de unos mínimos curriculares para
todo el territorio español, con el segundo borrador del Anteproyecto datado el
19 de Diciembre de 2012, se producen numerosas críticas centradas, casi en su
totalidad, en el tratamiento de la Enseñanza Religiosa Escolar y su alternativa
propuestas en dicho borrador.
Una vez más, la Enseñanza Religiosa Escolar está en el punto de mira de
las críticas realizadas a una futura ley educativa, cuya razón de ser se
presenta, desde ciertos medios, motivada exclusivamente por causa de dicha área
escolar.
El presente artículo
muestra cómo los principios constitucionales referidos a la educación han sido
desarrollados en diversas leyes orgánicas, en las que se establece la
estructura y la organización del sistema educativo. Y, sobre todo, cómo ha ido evolucionando la
Enseñanza Religiosa Escolar (ERE) dentro del sistema educativo español. Así se
comprenderá mejor la situación de la ERE en España, el porqué de la polémica
aparentemente implícita de su presencia en la escuela y de sus distintas
alternativas.
A finales de los 60
se vive en España una preocupación especial por el problema educativo,
coincidente con la preparación y promulgación de la Ley General de Educación, firmada el 4-8-70 (BOE 187 del 6-8-70)[2]. La
Comisión Episcopal de Enseñanza y Educación Religiosa publica en 1969 el
documento “La Iglesia y la Educación en España hoy”, coincidiendo prácticamente
con la aparición del llamado Libro Blanco para la Reforma Educativa[3].
En este documento
aparece la siguiente visión sobre la ERE:
“No es un asignatura más, pues es un mensaje
de salvación de parte de Dios, proclamado con la autoridad de los que fueron
testigos de la Resurrección de Jesucristo” (n.14); y por otra parte
confiesa que la Iglesia en ese momento “no
puede disponer de otros instrumentos más eficaces para anunciar explícitamente
el mensaje de salvación a niños, adolescentes y jóvenes, como la presencia de
educadores cristianos en el ámbito docente… por ello los pastores han llamado y
enviado a sacerdotes, religiosos y seglares para que transmitan la enseñanza de
la fe en los centros de educación” (n. 26)[4].
Se habla de una
catequesis escolar o educación de la fe más que de ERE. Igualmente, el maestro-a es un
catequista en la escuela, con la diferencia de que actúa en un lugar
determinado que es la escuela y con una mayor carga didáctica, sistemática y
organizativa. El maestro ha de tener las características de “heraldo que
pregona en el ámbito escolar el Mensaje de Salvación”[5].
En el año 1970
aparece la Ley General de Educación. Presenta los siguientes objetivos entre
los específicos de cada etapa, además de la formación integral, el desarrollo
armónico de la personalidad, la adquisición de valores, actitudes y hábitos
inspirados en el concepto cristiano de la vida.
“La Enseñanza Religiosa
en la Educación General Básica” es el documento de la Comisión Episcopal de
Enseñanza del 26-10-70. La Iglesia ve que su presencia y acción en el mundo
escolar es decisiva para el pueblo español (n. 6) y que era sumamente difícil
el contacto con los niños o con los jóvenes fuera de los centros docentes.
La enseñanza
religiosa en esta época es considerada catequesis escolar. Está en el sistema educativo desde la época
de constitución del Estado franquista (1937). En aquella época la única
institución que existía para la enseñanza de la religión era la escuela. En las
parroquias no hay infraestructura de catequesis. A veces el párroco, a veces
catequistas auxiliares, enseñan el catecismo a niños que van a hacer la primera
comunión, haciendo una preparación específica a la misma. Será en la segunda
parte de los años setenta cuando se comienza a intentar un movimiento de
Catequesis en las parroquias (con instituciones de catequistas), como uno de
los corolarios prácticos del Concilio Vaticano II.
Se afirma que no es
una mera información o transmisión cultural, ni simple transmisión de
conceptos, sino una catequesis viva en el ámbito escolar. Como afirman García
Domene y Carrascosa Rico:
“Se perseguía la confesión de la fe, la
asimilación de la doctrina; se exponía con claridad el dogma y la moral
católicas, concebidos de un modo estático y cerrado, y su talante general era
pre-conciliar. Su método era el catecismo o la lección magistral. En ocasiones
se explicaba el evangelio del domingo. El profesor ordinario era el propio
maestro (en la escuela elemental) y en los pocos institutos que existían la
enseñanza la impartía el párroco o un sacerdote enviado por el obispado”[6].
Estos
autores afirman que en esta época “los
catecismos escolares eran los libros de texto y nunca existió alternativa a
dicha enseñanza porque se mantuvo siempre obligatoria para todos”[7], pero anterior a los Catecismos Escolares existen programas de Religión en los Planes
de Estudio de Bachillerato elemental (cuatro años a partir de los once) y
Bachillerato superior (tres años). Los programas del Bachillerato elemental
eran: Historia Sagrada (1º); Vida de Jesucristo (2º); Historia de la Iglesia
(3º) y Doctrina cristiana (4º); y en el Bachillerato superior: Dogma (1º);
Moral (2º); Culto (3º). Los primeros Catecismos Escolares se editaron en el año
1967, porque ese fue el primer año en que se regularizó oficialmente la
Educación Primaria en España.
[1] ARANDA CALVO ofrece un recorrido histórico hasta la LOGSE en: ARANDA
CALVO, A., “Nueva dimensión de la Enseñanza Religiosa Escolar a partir de la
LOGSE”, en II Congreso Andaluz de la Educación Católica: Nuevo Milenio: Educación
y evangelización, Consejo Interdiocesano para la Educación Católica de
Andalucía, Granada, 1999, pp. 72-78.
[3] Hay un formidable documento MEC, Educación General Básica: Nuevas
orientaciones, Editorial
Magisterio Español, Madrid, 1970.
Contiene el Currículo oficial de todas las áreas educativas propio de la
Ley de Educación del 70. A partir de la página 48 se describe
pormenorizadamente cómo se entiende la enseñanza de la Religión en la escuela
en aquella época, y también el currículo tanto para la EGB como para el BUP. Es
un documento clarísimo de la concepción de la enseñanza de la Religión en la
escuela que había entonces y que, en aquel momento, suponía toda una
innovación.
[4] ARANDA CALVO, A., “Nueva dimensión de la Enseñanza Religiosa Escolar
a partir de la LOGSE”, o. c., p. 74.
[5] Cfr. COMISIÓN EPISCOPAL DE ESNEÑANZA Y EDUCACIÓN REIGIOSA, La Iglesia y la Educación en España hoy,
1969, n. 43. Ver también n. 43 – 47.
[6] GARCÍA DOMENE, J.C. y CARRASCOSA RICO, J. F., Didáctica de la ERE, texto guía, Ed. ICE, Murcia, 1996, p. 10.
[7] Idem.
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