Blog del Profesorado de Religión Católica: "33" El musical

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jueves, 24 de enero de 2013

"33" El musical

Toño Casado ultima los ensayos antes de la grabación del disco de esta obra espectacular
"33", el musical, en su recta final
Historia de amor, vida y música, con reminiscencias a Los Miserables, El Rey León o Cats
(Jesús Bastante).- Entrar en un ensayo de "33" es pasear por las calles de Broadway. El musical, ideado por el sacerdote Toño Casado se encuentra, después de casi una década de trabajo, en su recta final. En pocas semanas, comenzarán las grabaciones en estudio para editar un disco con las mejores canciones y, Dios mediante, a finales de año podremos ver el estreno de la obra en un gran teatro de Madrid.
Ayer tuvimos la oportunidad de participar, junto a una treintena de jóvenes de toda España, en unas pruebas de esta historia de amor, vida y música, con reminiscencias a Los Miserables, El Rey León o Cats y un futuro prometedor en las tablas.
No esperen un "Jesucristo Superstar" ni nada parecido. "33" no es una ópera rock, es un musical en el que se mezclan, de un lado, la calidad de los textos y la partitura y, del otro, una profunda intención de llevar el mensaje de Jesús, permanentemente actualizado, a una sociedad que sigue buscando respuestas. Y hacerlo a través de la música y del arte.
El primer acto arranca con una Obertura, Jerusalén, que supone una presentación, un canto coral de una ciudad insufrible pero escandalosamente cautivadora, cuya interpretación recuerda a al comienzo de películas como Aladdín o Moisés, de la factoría Disney. Y es que hay  mucha magia en este musical, que se engrandece con los duelos interpretativos de los tres demonios en "Tentaciones" y la presentación de los "Apóstoles" (especialmente hermosas las voces de Juan, Judas y un sorprendente Andrés).
El primer momento impactante de la obra llega con "Bienvenidos", una llamada de angustia e indignación de los pobres de la Tierra, con capital en Jerusalén y en cualquier lugar de un mundo que llora y rasga sus voces. Tras ella, Mi Misión, una balada con Jesús (para cuyo personaje todavía no hay voz protagonista) como centro de una visión esperanzada.
Los miembros del Sanedrín, cual hienas de El Rey León, se aproximan en "Religión Oficial", una partitura que escandalizará a muchos que creen más en clave de poder que de servicio. Como escandalizó al propio Jesús. ¿Quién es el protagonista de "33"? La encuesta, una divertida y transgresora emisión de un programa de TV,  nos da respuestas sobre quién es ese hombre, antes de que él mismo presente su programa de vida en "Nacer de nuevo", la pieza central del musical. "La única religión, el único camino. Mi único mandato será el amor".
"Bienaventurados" es, como en el Evangelio, una aventura programática cargada de esperanza e ilusión, con la que se cierra el primer acto.
El segundo acto arranca con "Conspiración", una interpretación oscura, rotunda, en la que los sacerdotes ejercen de auténticos "malos" de la película. Perdón, del musical.
Después de la trama, la alegría. Una segunda parte de "Bienvenidos", que festeja la entrada a Jerusalén, los abrazos, las palmas, la emoción a flor de piel, que se transforma en violencia en "Los mercaderes del Templo", un auténtico carrusel que recuerda a Cabaret o a Chicago, y que tiene continuidad con "¡Fuera!" y "¡Ciegos!".
Los tres demonios regresan en el segundo acto para, esta vez, tentar y lograr convencer a Judas, que acaba pronunciando sus mismas palabras. La traición viene acompañada de "El precio del amor", una preciosa balada coral en la que los apóstoles (y las apóstolas, magnífica la voz de María) recuerdan a Jesús, que aún no se ha ido, y que celebra con ellos "El secreto de la vida", una canción íntima en la que el protagonista revela cuál será el final de la historia.
La soledad de "Getsemaní" contrasta con la compañía de los demonios, con los que Jesús lucha por última vez, y con "El Juicio", una espléndida canción a varias voces (con Pilatos, Herodes y Caifás arrinconando al Nazareno) y unos sonidos que a muchos nos recordarán a otras instituciones, otras condenas.
"Matar al amor" es el cénit del musical. Una canción tristísima, desesperanzada, en la que el duelo interpretativo de María, Magdalena y Juan llega a su máxima expresión, y con un rompimiento final, la aparición de los demonios vencedores.
¿Vencedores? El final -no desvelaremos el escenario- no podría ser el de la muerte. Como en el Evangelio, "El amor como la luz os salvará". Jesús resucita con fuerza, con tesón, con alegría, anunciando la vida, "Os salvará el amor".
Fuente:
http://www.periodistadigital.com/religion/musica/2013/01/23/33-el-musical-en-su-recta-final-religion-iglesia-musical-tono-casado-ensayo.shtml

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