Conforme
a la legislación establecida la enseñanza de la religión es una asignatura que
obligatoriamente los directores de los colegios deben ofrecer a los padres de
los alumnos en el momento en el que se formalicen las matrículas.
Los
padres pueden elegir entre la religión o la «atención educativa», que no es
asignatura ni materia académica. El derecho de los padres a que sus hijos
reciban en la escuela una formación religiosa y moral católica incluye el
derecho a que desde otras asignaturas o actividades no se les imparta una
enseñanza contraria a la formación religiosa y moral que los padres han
solicitado. (Acuerdos Iglesia-Estado, art. 1).
La
enseñanza de la Religión y Moral Católica debe impartirse en todos los centros
de enseñanza «en condiciones equiparables a las demás disciplinas
fundamentales», según los Acuerdos entre la Santa Sede y el Estado Español.
(Acuerdos Iglesia-Estado, art. II y IV). Los Poderes Públicos tienen el deber de
garantizar el derecho que asiste a los padres para que sus hijos reciban la
formación religiosa moral que esté de acuerdo con sus propias convicciones. (Cf,
Constitución Español art. 27,3).
Los
Padres tienen el derecho constitucional y humano a determinar cómo va a ser la
educación de sus hijos. Los padres
tienen el derecho a elegir los instrumentos formativos conforme a sus
propias convicciones, y a buscar los medios que puedan ayudarles mejor en su
misión educativa, incluso en el ámbito espiritual y religioso. Las autoridades
públicas tienen la obligación de garantizar este derecho y de asegurar las
condiciones concretas que permitan su
ejercicio. El 70% de los padres de los centros estatales dicen cada año que sus
hijos reciban una formación religiosa y católica.
Hay
sitios en España que se presiona a los padres para que no lleven a sus hijos a
clase de religión. Eso es preocupante, los padres no pueden ser sustituidos por
nadie y nadie puede sustraer tampoco a
los padres esta tarea suya primordial.
La
clase de religión no se identifica con la catequesis que los hijos reciben en
la parroquia para recibir los sacramentos de la iniciación cristiana. La
escuela ha de llevar a cabo su tarea en un clima cultural en el que consciente
o no, se pretende impedir que la razón humana tienda hacía la verdad, mientras
que su misma naturaleza tiende a alcanzarla. La escuela ha de ayudar a vivir,
pensar y actuar conforme a la recta razón. No caigamos en la trampa de
considerar que el tema de la enseñanza religiosa escolar es un asunto privado o
de la iglesia, aunque ella como servidora de los hombres tiene la obligación de
promover los derechos que asisten a la persona humana y trabajan por la
humanización integral. Los padres que bautizaron a sus hijos coherentes con lo
que hicieron y fieles a lo que prometieron en su día –educar a sus hijos cristianamente
en la fe- tienen el grave deber de poner los medios necesarios para la
formación cristiana de sus hijos. Hoy es muy difícil hacer una persona cristiana
y moralmente cabal sin la enseñanza religiosa en la escuela, colegio o
instituto, para alcanzar hoy la madurez cristiana, un niño y un adolescente
necesitan “fundir” lo que aprenden y saben de la fe con lo que aprenden y saben
de la sociedad, la historia y la cultura, para
lograrlo, el lugar propicio es la escuela.
Los
profesores de religión a los que tenemos tanto que agradecer han de seguir
ofreciendo una enseñanza religiosa de calidad y rigurosa que corresponda
fielmente a lo que la Iglesia enseña, ayuden a descubrir la verdad del hombre y
su vocación que son inseparables de Cristo.
La
clase de religión ha de dar respuesta a las preguntas mas fundamentales para el
vivir humano y cuando se requiere afianzar la vida en comportamientos morales
que se derivan de la visón del hombre en que se asienta la persona, conforme a
la responsabilidad de los padres para con sus hijos, la clase de religión es
una materia ordinaria ofrecida a todos, no imponerla a nadie con las
condiciones correspondientes a las exigencias propias y especificas de esta
materia y con el trato adecuado que le es propio en el conjunto escolar.Fuente: http://revistaecclesia.com/content/view/34960/43/
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