Blog del Profesorado de Religión Católica: Los profesores de Religión Católica, por Ángel Rubio Castro, obispo de Segovia

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lunes, 14 de mayo de 2012

Los profesores de Religión Católica, por Ángel Rubio Castro, obispo de Segovia

Conforme a la legislación establecida la enseñanza de la religión es una asignatura que obligatoriamente los directores de los colegios deben ofrecer a los padres de los alumnos en el momento en el que se formalicen las matrículas.
Los padres pueden elegir entre la religión o la «atención educativa», que no es asignatura ni materia académica. El derecho de los padres a que sus hijos reciban en la escuela una formación religiosa y moral católica incluye el derecho a que desde otras asignaturas o actividades no se les imparta una enseñanza contraria a la formación religiosa y moral que los padres han solicitado. (Acuerdos Iglesia-Estado, art. 1).
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La enseñanza de la Religión y Moral Católica debe impartirse en todos los centros de enseñanza «en condiciones equiparables a las demás disciplinas fundamentales», según los Acuerdos entre la Santa Sede y el Estado Español. (Acuerdos Iglesia-Estado, art. II y IV). Los Poderes Públicos tienen el deber de garantizar el derecho que asiste a los padres para que sus hijos reciban la formación religiosa moral que esté de acuerdo con sus propias convicciones. (Cf, Constitución Español art. 27,3).
Los Padres tienen el derecho constitucional y humano a determinar cómo va a ser la educación de sus hijos. Los padres  tienen el derecho a elegir los instrumentos formativos conforme a sus propias convicciones, y a buscar los medios que puedan ayudarles mejor en su misión educativa, incluso en el ámbito espiritual y religioso. Las autoridades públicas tienen la obligación de garantizar este derecho y de asegurar las condiciones concretas que permitan  su ejercicio. El 70% de los padres de los centros estatales dicen cada año que sus hijos reciban una formación religiosa y católica.
Hay sitios en España que se presiona a los padres para que no lleven a sus hijos a clase de religión. Eso es preocupante, los padres no pueden ser sustituidos por nadie y nadie puede sustraer tampoco  a los padres esta tarea suya primordial.
La clase de religión no se identifica con la catequesis que los hijos reciben en la parroquia para recibir los sacramentos de la iniciación cristiana. La escuela ha de llevar a cabo su tarea en un clima cultural en el que consciente o no, se pretende impedir que la razón humana tienda hacía la verdad, mientras que su misma naturaleza tiende a alcanzarla. La escuela ha de ayudar a vivir, pensar y actuar conforme a la recta razón. No caigamos en la trampa de considerar que el tema de la enseñanza religiosa escolar es un asunto privado o de la iglesia, aunque ella como servidora de los hombres tiene la obligación de promover los derechos que asisten a la persona humana y trabajan por la humanización integral. Los padres que bautizaron a sus hijos coherentes con lo que hicieron y fieles a lo que prometieron en su día –educar a sus hijos cristianamente en la fe- tienen el grave deber de poner los medios necesarios para la formación cristiana de sus hijos. Hoy es muy difícil hacer una persona cristiana y moralmente cabal sin la enseñanza religiosa en la escuela, colegio o instituto, para alcanzar hoy la madurez cristiana, un niño y un adolescente necesitan “fundir” lo que aprenden y saben de la fe con lo que aprenden y saben de la sociedad, la historia y la cultura, para  lograrlo, el lugar propicio es la escuela.
Los profesores de religión a los que tenemos tanto que agradecer han de seguir ofreciendo una enseñanza religiosa de calidad y rigurosa que corresponda fielmente a lo que la Iglesia enseña, ayuden a descubrir la verdad del hombre y su vocación que son inseparables de Cristo.
La clase de religión ha de dar respuesta a las preguntas mas fundamentales para el vivir humano y cuando se requiere afianzar la vida en comportamientos morales que se derivan de la visón del hombre en que se asienta la persona, conforme a la responsabilidad de los padres para con sus hijos, la clase de religión es una materia ordinaria ofrecida a todos, no imponerla a nadie con las condiciones correspondientes a las exigencias propias y especificas de esta materia y con el trato adecuado que le es propio en el conjunto escolar.
Fuente: http://revistaecclesia.com/content/view/34960/43/

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