El arzobispado admite «dificultades» por la fuerte escasez de profesorado
La Iglesia asturiana tiene problemas para cubrir las bajas de los
profesores de Religión en los ciclos de Secundaria y Bachillerato, a
pesar del continuo descenso en el número de alumnos matriculados. Así lo
ha confirmado la Delegación de Enseñanza y Pastoral Educativa de la
Diócesis que busca profesionales para completar la bolsa creada para
atender las sustituciones. Pero los aspirantes deben cumplir los mismos
requisitos que el resto de docentes que ya están ejerciendo o que ya
están incluidos en la lista. Esto es, el certificado de idoneidad y la
propuesta afirmativa del Arzobispado de Oviedo. En principio, el plazo de solicitud para conseguir la idoneidad católica que necesitan los profesores que aspiren a impartir la asignatura de Religión sigue abierto hasta este viernes, 14 de octubre, así que la Iglesia asturiana aspira a ampliar la bolsa de posibles sustitutos. Porque, textualmente, la Delegación de Enseñanza ha admitido “dificultades” para cubrir las vacantes que se están produciendo este curso en los institutos.
Especialistas en la materia como los representantes de ANPE, un sindicato con gran implantación en el gremio, ponen sobre el tapete una contradicción: “El Arzobispado de Oviedo pide ahora profesores, cuando hasta el momento, y durante años, ha rechazado a cientos de docentes. Recibía multitud de solicitudes para la idoneidad y aprobaba apenas una docena, sin explicar los motivos por los que rechazaba al resto”. Es decir, que según los representantes de los trabajadores, la Iglesia se ha estado cerrando las puertas.
Las plantillas En la actualidad, en Asturias hay alrededor 260 profesores de Religión, la gran mayoría de Primaria y apenas 60 de Secundaria. Su situación laboral es singular. No son funcionarios, son personal laboral docente. Y para poder incorporarse a las listas de trabajo de la Consejería de Educación necesitan, además de una titulación, una especie de autorización de la Delegación Diocesana de Educación, perteneciente al Arzobispado de Oviedo. La delegación realiza unas pruebas, cuyos criterios no son públicos y concede ese permiso, denominado idoneidad eclesiástica. Sin ella nadie puede optar a una plaza.
El problema es que la matriculación de alumnos ha caído en picado en los últimos años, sobre todo en Bachillerato, y se necesitan menos profesionales en las aulas. Ha sido necesario aprobar varios Expedientes de Regulación de Empleo (ERE) y han dejado en la calle a profesores que se han quedado sin plaza. Otros muchos deben compaginar varios centros para cubrir sus horarios o conformarse con medias jornadas. Aún así, y aunque parezca una contradicción, la bolsa para vacantes es necesaria, ya que es la que funciona en caso de eventualidades, como pueden ser las bajas por enfermedad.
Según los últimos datos publicados por la Delegación de Enseñanza, correspondientes al curso 2010-2011, el 69% de los alumnos asturianos recibe enseñanza de Religión católica, lo que supone un descenso de 10 puntos en sólo cinco años. El porcentaje es todavía muy elevado en la etapa de Primaria, pero en Secundaria y Bachillerato se encuentran en mínimos históricos, con apenas el 12% de los estudiantes en la comarca del Nalón o el 18% en Caudal.
Fuente: http://www.lavozdeasturias.es/asturias/Iglesia-busca-docentes-cubrir-Religion_0_571742848.html
La Religión no pasa de la ESO
La asignatura de Religión católica no acaba de superar su
eterno examen: el paso de Primaria a Secundaria. Y, con los datos de
matriculación prácticamente cerrados, el curso escolar arranca en
Asturias con 163 estudiantes de la asignatura menos que el año pasado.
El dato confirma los temores de la curia asturiana sobre
el alejamiento progresivo de la Iglesia de un importante sector de la
sociedad, una desconexión que tiene su claro reflejo en las aulas de una
región donde, el año pasado, sólo la mitad de los 141.843 alumnos del
sistema educativo cursaban la materia.
La debacle se produce, invariablemente, en el paso de
Primaria a Secundaria, donde los estudiantes pueden optar por la materia
voluntaria y aconfesional 'Historia y Cultura de las Religiones' y
donde las notas de las enseñanzas de Religión católica no computan en
los procesos de selección académica a los que concurran los expedientes.
Es en ese momento cuando la asignatura pasa de 22.964
estudiantes a 6.603, según revelan los últimos datos de la Consejería de
Educación y Universidades. Es decir: 16.361 estudiantes perdidos en la
transición de un ciclo a otro.
Según reflejan esas mismas estadísticas, los estudiantes
que eligieron la asignatura de Religión católica en Asturias suman
durante el periodo 2011/2012 un total de 71.196, de los que 42.091 se
encuentran matriculados en la red pública y el resto, más de la mitad,
hasta 29.105, en la concertada. O lo que es lo mismo: representan el 45%
de los 129.242 alumnos matriculados en las enseñanzas no universitarias
a falta de completar los datos de la matriculación de FP.
Y mientras que esta cifra se mantiene más o menos estable
en la red concertada por la obligatoriedad de la materia (el año pasado
se matricularon en estos centros 29.118 alumnos frente a los 29.105 de
este), el bajón se deja notar con fuerza en la pública, donde los 42.241
alumnos del curso 2010/2011 se convirtieron en los 42.091 actuales. O
lo que es lo mismo: 150 menos en un año.
La mayor parte de ellos están matriculados en Infantil
(11.356) y Primaria (22.964), de forma que el desplome se produce al
llegar a Secundaria (con 6.603 estudiantes matriculados) y se acentúa en
Bachillerato (con sólo 1.168 alumnos que optan por la materia este
curso en toda Asturias).
La situación se agrava, por tanto, después de que el
curso pasado volviese a arrojar una foto fija desalentadora para la
Iglesia asturiana: en 2010-2011, los 71.359 alumnos que optaron por
Religión representaron sólo la mitad de las aulas asturianas, con
141.843 estudiantes.
La situación no pillaba desprevenida a la curia, ya que
las cifras correspondientes a 2009/2010 revelaron que 76.409 alumnos de
centros públicos, concertados y privados (el 70% del total) eligieron la
asignatura, lo que suponía dos puntos menos que la media nacional y un
descenso sostenido durante los últimos años. Y en los centros públicos
la tasa de alumnos que escoge la materia se redujo en diez puntos en los
últimos cinco cursos: del 68% que la cursaban en el periodo 2004/2005
al 58% que suponían los matriculados en el 2009/2010.
Pero Asturias no es una excepción en el mapa peninsular,
donde la demanda de Religión en la educación básica ha caído en medio
millón largo de alumnos en un decenio: 158.483 en Primaria y 344.668 en
ESO, según se deduce de las estadísticas ministeriales, que desvelan
también que la demanda de la materia es menos de la mitad en Educación
Secundaria Obligatoria en los centros públicos que en los privados y
concertados.
La Conferencia Episcopal ya se ha pronunciado al
respecto, al igual que el arzobispo de Oviedo, Jesús Sanz Montes. La
LOE, denuncian los obispos, supone «nuevas trabas» para optar en
igualdad de oportunidades por la enseñanza de la Religión católica.
Entre ellas, «la configuración de la asignatura como si fuera una
materia marginal y un peso añadido a la carga curricular». Los docentes,
por su parte, han acudido al Defensor del Pueblo hasta en tres
ocasiones. De momento, sin ningún éxito.
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