Parece ser que estamos perdiendo el norte, ya que hay algo que se está haciendo realmente mal en las aulas, como se puede ver en la siguiente carta al director de La Vanguardia. Una carta escrita por Lucía (pero que podría estar firmada por Marta, Nuria, Jose, Luis, Pedro, …, o cualquiera de los alumnos que está inmerso en el amplio experimento con cobayas humanas que se llama plan Escuela 2.0), alumna de segundo de ESO, donde se comenta lo siguiente:“Soy una alumna de segundo de ESO y no estoy de acuerdo con el nuevo sistema educativo porque internet va muy lento y avanzamos mucho menos que con un libro en condiciones. Algunas personas tienen la tentación de meterse en páginas que no son educativas, aunque se intenten bloquear, y desconcentran incluso a los más estudiosos, que están bajando sus notas.
Mi solución sería volver al sistema del libro, porque así podríamos subrayar en ellos y no tendríamos el problema de que falle internet, de que nos olvidemos las contraseñas, etcétera. Ya sé que es difícil una vuelta atrás, pero tendríamos que replantearnos este sistema educativo y que los ordenadores sólo sean un apoyo más, sin olvidar el soporte de papel. Además, los libros digitales nos dan las respuestas prácticamente hechas y sólo hay que hacer un clic. Nos olvidamos de pensar y de escribir. ¿Acaso quieren educarnos como autómatas?”De esta misiva podemos extraer varias conclusiones de amplio calado:
- Si un alumno, nativo digital, prefiere un libro de texto tradicional a una clase usando las TIC es que no estamos adecuando el tipo de enseñanza-aprendizaje a los recursos que están a nuestra disposición
- Si los alumnos acceden a páginas “no educativas”, el problema no es del alumno, ya que el problema es de la falta de formación en el uso educativo de la red (y de muchas de esas páginas que a priori no son educativas, pero que según su uso pueden ser mucho más educativas que las consideradas como tales)
- Los problemas de conexión de los centros educativos requieren una atención inmediata, ya que más del 70% (y estoy siendo magnánimo) de las disrupciones educativas se deben a ese parámetro
- El uso de las TIC no es el uso del “libro de texto digital”, ya que es mucho más que ello, aunque parece ser que la comodidad de muchas partes implicadas en el plan de digitalización de las aulas, simplemente haya convertido la hoja del papel anterior en imágenes emitidas por una pantalla
- El sistema educativo sigue siendo el mismo que el de antes, por lo que intentar cambiar de paradigmas sin cambiar un modelo obsoleto y decimonónico no tiene ningún sentido (¿cómo se vende el cambio de modelo sin haber cambiado de modelo?)
Algo falla, y esta carta nos tendría que hacer reflexionar sobre los porqués. Un plan sin contar con los docentes y, sin tener en cuenta las características e inquietudes que presentan los receptores de la formación y educación (los alumnos), no tiene ningún tipo de sentido y está irremediablemente abocado al fracaso.
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