Queridos Padre y Madre:
Os escribo esta carta para que sepáis que me va muy bien en el monasterio en el que vivo. La vida aquí no resulta del todo fácil porque es bastante duro adaptarte después de llevar una vida buena a una vida austera y sin muchos placeres. A fin de cuentas, servir a la Iglesia y ser el siervo de Dios es una gran satisfacción. La vida en el monasterio es totalmente distinta, tenemos un plan de vida que empieza a las 5 y 30 de la mañana al levantarnos, tenemos una meditación que dura 2 horas acompañada de una lectura (lectio divina, que es una manera de entrar en el diálogo con el Dios que nos habla a través de su Palabra) y el Oficio de los Maitines que es una meditación por la noche y consta de oración de lectura y meditación.
Tras esto a eso de las 8 de la mañana vienen los Laudes, oraciones de alabanza por el nuevo día y un desayuno.
A las 9 de la mañana tenemos una Misa conventual, tras la cuál nos ponemos a realizar nuestro trabajo.
Acabamos a la 13 y 15 y tenemos varias actividades:
En primer lugar la Sexta, un tiempo de oración breve, luego la comida y un pequeño tiempo de descanso pero no creáis que es mucho rato. Y tras esto volvemos al trabajo.
Acabamos a las 17 el trabajo y nos disponemos a la celda que es una casita con varias habitaciones y un pequeño jardín. Cada celda da al gran claustro en donde, por un ventanillo, el Hermano encargado deja la comida. Siempre que el monje entra en su celda reza, como saludo, el AVE MARÍA en la habitación de entrada, presidida por una imagen de Nuestra Señora. El interior de la celda sirve de oratorio para el rezo de los Oficios, oración, etc., así como de lugar de estudio, de comedor y de alcoba para dormir. Tiene anejo un taller y los servicios higiénicos necesarios. A las 19 tenemos las Vísperas que son oraciones solemnes de acción de gracias. A las 20 la cena y un recreo en comunidad que dura hasta las 21 y 30, hora en la que tenemos las Completas que son oraciones penitenciales al final del día y nos acostamos para empezar un nuevo día. Como veis no es una vida sencilla pero todo el esfuerzo merece la pena. Nuestro monasterio se compone de la Iglesia donde se celebra la misa, el claustro que es un jardín con caminos y tiene un pozo, esta la biblioteca donde copiamos textos y manuscritos, la sala capitular donde se leen capítulos de la Regla y el abad organiza las tareas, el calefactorio lugar caldeado donde iban los monjes de vez en cuando para descansar y entrar en calor, el refectorio que era el comedor y colindante a este la cocina, la bodega y la celda que ya he citado antes, por último estaba el cementerio.
Bueno pues ya sabéis cómo es la vida en mi monasterio, echo de menos la forma en la que vivía antes por comodidad pero no cambiaría por nada la satisfacción que recibo al acabar el día y mas importante todavía saber que todo esto que hago, que a veces es muy difícil, lo hago por Dios.
D. Daniel García Ramírez y D. Jorge Valencia Aragón
@elprofebati Se autoriza y recomienda la difusión de sus artículos, indicando su procedencia. El blogger no se hace responsable del contenido de los artículos aquí publicados, ni asume necesariamente las posturas de sus autores. Además, podrá encontrar recomendaciones a artículos o productos de los que obtengo ingresos por las compras adscritas que cumplen los requisitos aplicables en calidad de Afiliado de Amazon.
Barra de páginas
Novedades en Religión y Escuela
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
En calidad de Afiliado de Amazon, obtengo ingresos por las compras adscritas que cumplen los requisitos aplicables
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Añade un comentario