Alabado sea Dios. El motivo de esta carta es mostraros cómo es nuestra vida en el
monasterio.
Lo principal de nuestro día a día es que dedicamos la mayoría de nuestro tiempo en la oración y el trabajo. Nuestro monasterio está localizado cerca de un río que ofrece agua potable y está situado a bastante tiempo de la ciudad de Málaga.
El monasterio posee numerosas habitaciones y salas comunes. Adosado al cuerpo del templo hay un patio con columnas. Alrededor del patio, en la parte oriental, se encuentra la biblioteca, la sala capitular y la sala de los monjes. La sala capitular es un lugar de encuentro de la comunidad, utilizándose también para las conferencias que el abad ofrece periódicamente.
En el ala meridional está el comedor, con bancos de madera y con un púlpito desde el que leemos textos de la Biblia, durante la comida, al resto de la comunidad. En un lugar inmediato al comedor se halla la cocina y la despensa. En la parte del patio que comunica con el comedor hay una fuente que utilizamos de lavabo.
Un poco más alejado, en la zona occidental, se encuentran la bodega y el granero. En el área septentrional está la iglesia de la comunidad. En la planta alta del patio principal y en otros espacios secundarios están nuestras celdas. En la zona a la salida de la biblioteca tenemos un precioso huerto el cual nos dedicamos a trabajar todos los días.
Para facilitar el acceso al monasterio poseemos nuestras propias habitaciones en él.
Cada monje tiene su habitación lo más cerca posible de su zona de trabajo, debido a la gran extensión de nuestro monasterio.
Vivimos en gran parte gracias a los “donativos” y los impuestos que pagan los campesinos. También la nobleza nos ayuda aportando cierta cantidad monetaria a cambio de ciertos favores...
Nuestro superior, el abad, nos dirige y nos sirve de modelo para nuestras tareas cotidianas. Todos le profesamos respeto y obediencia. Es también, por así decirlo, “nuestro jefe”, y por eso es el que posee la responsabilidad y el deber de “gobernar” el monasterio y guiarnos a todos en nuestra vida espiritual.
Nosotros siempre debemos obedecer al abad y tratar con máximo respeto a nuestros hermanos. Nuestro comportamiento está limitado por nuestros votos; tenemos que rezar y trabajar mucho.
Tenemos diversos votos. Destacan:
- Obediencia: debemos una obediencia absoluta a nuestros superiores.
- Silencio: no podemos hablar nunca entre nosotros acaso que estemos confesando a alguien o nos estemos confesando, y mientras se leen los textos evangélicos durante la comida, oraciones, etc, aunque hay un día anual que sí tenemos permitido hablar.
- Castidad: es una gran virtud por la cual no debemos cometer ningún acto impuro.
- Pobreza: estamos destinados a vivir sin ningún lujo.
Durante la comida debemos estar, como siempre, en silencio para escuchar al hermano que está leyendo los textos evangélicos.
Entre las tareas que realizamos:
HORARIO | |
5:30 | Levantarse. |
6 | Maitines. |
7 | Lectura y meditación. |
8 | Desayuno y laudes. |
9 | Misa diaria y trabajo. |
13:15 | Comida y descanso. |
14:30 | Trabajo. |
17 | Tiempo de celda. (Reflexión). |
19 | Vísperas. |
20 | Cena y completas. Acostarse. |
La vida monacal era muy dura y creemos que era excesivamente exigente. Por eso algunos monjes desobedecían las reglas y se daban la buena vida. Nos ha impresionado que algunos monjes lo consiguiesen seguir a rajatabla, y por eso nos hemos dado cuenta que si verdaderamente amas a Dios, eres capaz de superar cualquier obstáculo o bache en el camino para llegar hasta ÉL.
Bibliografía:
- Libro de Religión.
- Link que aparecen en la guía...
Autores: Pablo Di Stefano Borraz y Manuel Paz Delgado. (Colegio Madre Asunción)
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