Cecilia Mena de Méndez
Asistimos en los últimos tiempos a un serio cuestionamiento en torno a si se debe enseñar o no religión en la escuela. La primera pregunta que surge es ¿por qué no enseñar religión en las escuelas salteñas?
La enseñanza de la religión en las escuelas salteñas es un derecho adquirido, arraigado en nuestra tradición educativa latinoamericana. Tenemos una herencia humanística, un legado de respeto a la persona en su integralidad. Llama poderosamente la atención que se haya abierto un debate para sacar contenidos educativos que hacen a la identidad de los pueblos. Salta tiene un fuerte arraigo religioso y ello es parte de su cultura. Al sacar la religión de los contenidos de la enseñanza, estaríamos violando el principio de respeto a la cultura del pueblo de Salta. En otros países el criterio que prima es mucho más abierto, pluralista e inclusivo.
En Chile se imparte religión desde 1983, pero se da cierta flexibilidad a las escuelas, colegios y familias. Ahí las escuelas adaptan y distribuyen sus horarios respecto a la asignatura religión. Son las escuelas y las familias las que deciden si los estudiantes tienen clases de religión o no.
En España la enseñanza de la religión se da en los centros educativos, no desconoce la conflictividad que la enseñanza de la religión ha supuesto en los niveles educativos no universitarios. La Constitución española consagra en su articulado el derecho a la educación, el principio de la libertad religiosa y el de la laicidad del Estado. La enseñanza de la educación religiosa católica es voluntaria, por respeto a la libertad de conciencia y es una decisión de las familias. Esta enseñanza se realiza en condiciones similares a las demás disciplinas y no puede suponer discriminación en la actividad escolar. En la totalidad de los países europeos existe un protagonismo constante de la presencia en los planes de estudios de la asignatura religión, con importancia curricular similar a las otras asignaturas. Tales los casos de Alemania, Austria, Bulgaria, Finlandia, Dinamarca, Francia (en algunos lugares como introducción de la enseñanza del "hecho religioso" como elemento de formación indispensable, en tanto que es la prolongación de todas las enseñanzas fundamentales), Grecia, Holanda, Italia , Suecia, entre tantos otros. Vuelvo al planteamiento inicial
¿Por qué no enseñar religión en las escuelas salteñas?.
Resulta necesario recalcar la idea de impartir la enseñanza de la religión en aquellos centros educativos en los cuales los padres así lo requieran, o solicitar la enseñanza de la religión que elijan (elaborando un documento con los referentes reconocidos de cada religión) y plasmarlo en el ideario institucional, y aquellos padres que no compartan la enseñanza de ninguna religión deberán expresarlo explícitamente ante las autoridades educativas y entre todos elaborar un documento oficial, para entregar a las autoridades ministeriales. Esta práctica permitiría ejercer la libertad religiosa y de creencia en las instituciones educativas y así evitar el conflicto de intereses entre familia y Estado.
De lo contrario, si se suprime la enseñanza de la religión en las escuelas salteñas se estaría lesionando seriamente el derecho a la enseñanza religiosa que tienen los niños y jóvenes de Salta. Se estaría entrando en un serio conflicto de intereses entre la familia y el Estado.
Por su parte, las familias que optan por la enseñanza religiosa, no todas pueden pagar el costo de la misma en colegios confesionales, con lo cual el derecho a la educación religiosa les estaría vedado. En consecuencia, solo triunfarían en esta cuestión las familias que no aceptan la enseñanza de la religión a sus hijos. El principio de equidad y pluralismo debe primar en este tipo de controversias.
Fuente: http://www.eltribuno.info/salta/nota/2017-8-29-0-0-0--ensenar-religion-por-que-no
Asistimos en los últimos tiempos a un serio cuestionamiento en torno a si se debe enseñar o no religión en la escuela. La primera pregunta que surge es ¿por qué no enseñar religión en las escuelas salteñas?
La enseñanza de la religión en las escuelas salteñas es un derecho adquirido, arraigado en nuestra tradición educativa latinoamericana. Tenemos una herencia humanística, un legado de respeto a la persona en su integralidad. Llama poderosamente la atención que se haya abierto un debate para sacar contenidos educativos que hacen a la identidad de los pueblos. Salta tiene un fuerte arraigo religioso y ello es parte de su cultura. Al sacar la religión de los contenidos de la enseñanza, estaríamos violando el principio de respeto a la cultura del pueblo de Salta. En otros países el criterio que prima es mucho más abierto, pluralista e inclusivo.
En Chile se imparte religión desde 1983, pero se da cierta flexibilidad a las escuelas, colegios y familias. Ahí las escuelas adaptan y distribuyen sus horarios respecto a la asignatura religión. Son las escuelas y las familias las que deciden si los estudiantes tienen clases de religión o no.
En España la enseñanza de la religión se da en los centros educativos, no desconoce la conflictividad que la enseñanza de la religión ha supuesto en los niveles educativos no universitarios. La Constitución española consagra en su articulado el derecho a la educación, el principio de la libertad religiosa y el de la laicidad del Estado. La enseñanza de la educación religiosa católica es voluntaria, por respeto a la libertad de conciencia y es una decisión de las familias. Esta enseñanza se realiza en condiciones similares a las demás disciplinas y no puede suponer discriminación en la actividad escolar. En la totalidad de los países europeos existe un protagonismo constante de la presencia en los planes de estudios de la asignatura religión, con importancia curricular similar a las otras asignaturas. Tales los casos de Alemania, Austria, Bulgaria, Finlandia, Dinamarca, Francia (en algunos lugares como introducción de la enseñanza del "hecho religioso" como elemento de formación indispensable, en tanto que es la prolongación de todas las enseñanzas fundamentales), Grecia, Holanda, Italia , Suecia, entre tantos otros. Vuelvo al planteamiento inicial
¿Por qué no enseñar religión en las escuelas salteñas?.
Resulta necesario recalcar la idea de impartir la enseñanza de la religión en aquellos centros educativos en los cuales los padres así lo requieran, o solicitar la enseñanza de la religión que elijan (elaborando un documento con los referentes reconocidos de cada religión) y plasmarlo en el ideario institucional, y aquellos padres que no compartan la enseñanza de ninguna religión deberán expresarlo explícitamente ante las autoridades educativas y entre todos elaborar un documento oficial, para entregar a las autoridades ministeriales. Esta práctica permitiría ejercer la libertad religiosa y de creencia en las instituciones educativas y así evitar el conflicto de intereses entre familia y Estado.
De lo contrario, si se suprime la enseñanza de la religión en las escuelas salteñas se estaría lesionando seriamente el derecho a la enseñanza religiosa que tienen los niños y jóvenes de Salta. Se estaría entrando en un serio conflicto de intereses entre la familia y el Estado.
Por su parte, las familias que optan por la enseñanza religiosa, no todas pueden pagar el costo de la misma en colegios confesionales, con lo cual el derecho a la educación religiosa les estaría vedado. En consecuencia, solo triunfarían en esta cuestión las familias que no aceptan la enseñanza de la religión a sus hijos. El principio de equidad y pluralismo debe primar en este tipo de controversias.
Fuente: http://www.eltribuno.info/salta/nota/2017-8-29-0-0-0--ensenar-religion-por-que-no
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