¡Mamá, Papá! Cuanto echaba de menos saber algo de vosotros, me ha encantado la carta que me mandasteis me llego al mes y medio de la fecha en la que vosotros la mandasteis, ¿habéis visto que rápido? Como están cambiando algunos medios de comunicación eh.
Bueno sabiendo que estáis bien, estoy mucho más tranquila, pero también os tengo que contestar, que me encantaría que ya supierais algo de mí, gracias por la carta antes de nada,
Bueno os voy a contar como ha sido mi vida en el monasterio desde que llegue aquí hace ya 5 años. ¿Qué rápido pasa el tiempo verdad?
Parece que fue ayer cuando decidí venirme a este monasterio a dedicar mi vida expresamente a la oración.
Como es la primera carta que os escribo, estaría bien que os contara como es este sitio tan maravilloso:
Cuando entre, pensaba que iba a ser mucho peor pero sin embargo cuando llegue estaba muy bien para la época en la que estamos.
Desde que entre aquí me conciencie más de que aquí se entra para llevar una vida de completa soledad y pobreza.
Aquí hay algunas dependencias como la iglesia, y este es realmente el sitio que mas me agrada de todo el monasterio, también me gusta estar en los jardines o el huerto donde todos los días me retiro a pensar y a hacer algunas actividades como recoger la verdura que después guardamos en Cillería de Tomar que es nuestro almacén de alimentos, aquí mi salud me la estoy cuidando perfectamente así que no os preocupéis como todos los días frutas y verduras, y la carne siempre nos la reservamos para el domingo.
Una cosa que echo mucho de menos eran las siestas en el salón de casa durmiendo durante horas, ahora no rezamos, aquí tenemos la hora nona, donde rezamos, para después seguir con nuestro trabajo encomendado.
Antes de la nueva oración toda la comunidad nos reunimos en la llamada Sala Capitular, leyendo en ella un capítulo de la Regla de San Benito.
Espero que el toda la familia este bien y el primo pequeño también, siempre me acuerdo mucho de él cuando tengo un rato de tiempo libre donde me paseo por los jardines, por el claustro, me gustaría estar detrás de él corriendo y jugando, pienso mucho en el.
Este monasterio está gobernado por la regla, pero tenemos a nuestro propio maestro espiritual, el mejor monje que he podido conocer en la vida, me ayuda muchísimo en la fe católica y en no venirme abajo nunca.
Aquí nuestro horario es al contrario que en la casa mama, seguro que te encantaría, aquí todo se hace a la misma vez y a la misma hora de siempre.
Ese era uno de tus sueños ¿eh mama?, que todos llegáramos a la vez a comer y hacer vida en familia.
Tenemos un horario muy restringido y apretado pero estoy bien no os preocupéis.
>En la comida mama estamos todos en silencio y mientras cada monje lee en orden la biblia o la regla.
Papa, seguro que tú también echas mucho de menos que valla contigo a dar una vuelta por el pueblo mientras me contabas tus batallitas para no dormir, aunque no te lo creas yo también las echo de menos y estoy deseando ir para allí y contarte todas las batallitas que tengo yo también para no dormir.
Pues ya con esto, se acaba mi hora de descanso, ahora tengo que ir a cumplir con mi obligación.
Espero que esta carta os llegue pronto, que seguro que si que han mejorado muchísimo las comunicaciones como ya os he dicho antes.
En conclusión espero estar allí con vosotros pronto que ya me apetece, seguiré rezando mucho para que sigáis bien que me encanta que estéis así.
Un beso muy grande para toda la familia que os quiero mucho.
PD: Mamá espero que no hayas reformado mi cuarto.
Aquí os dejo un papiro de cómo es mi precioso monasterio.
Miriam Moreno Chinchilla y Eugenia Gross Fernández
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