Los alumnos de Primaria tendrán que conocer los
aspectos fundamentales de las Ciencias de la Naturaleza, las Ciencias
Sociales, la Geografía, la Historia y la Cultura. Es lo que se conoce
como “Conocimiento del Medio Natural Social y Cultural”, más conocida
como “Cono”, un área que se implantó la Logse en 1990 y que desapareció
con la “Ley Wert” para ser sustituida por dos asignaturas: las
tradicionales Ciencias Sociales y Ciencias Naturales. Aunque “Cono” se
podrá desdoblar en estas materias, el Gobierno recupera el concepto
integrador de esta área de conocimiento que se deberá impartir en los seis cursos que durará la formación en Primaria y que los alumnos tendrán que estudiar entre los 6 y los 12 años.
Así queda recogido en el proyecto de Real Decreto por el que se
establece la ordenación y las enseñanzas mínimas de esta etapa
obligatoria al que ha tenido acceso LA RAZÓN, que recupera los tres
ciclos que había anteriormente y reordena las áreas.
Los
cambios entrarán en vigor para los cursos primero, tercero y quinto en
el curso escolar 2022-2023, y para los cursos segundo, cuarto y sexto en
el curso 2023-2024.
Además, los alumnos tendrán que estudiar
Educación Artística, que se podrá desdoblar en Educación Plástica y
Visual, por una parte, y Música y Danza, por otra; Educación Física;
Lengua Castellana y Literatura y, si la hubiere, Lengua cooficial y
Literatura; Lengua Extranjera y Matemáticas.
A las áreas incluidas en el apartado anterior, se añadirá en alguno de los cursos del tercer ciclo la Educación en Valores Cívicos y Éticos,
un área de conocimiento que ha generado recelos por si pudiera
convertirse en una reedición de la polémica asignatura de Educación Para
la Ciudadanía de la época de Rodríguez Zapatero.
Ahora, las
comunidades autónomas podrán incorporar al currículo de Primaria las
lenguas de signos y aquellas que tengan lengua propia podrán establecer
exenciones de cursar o de ser evaluados del área “en las condiciones
previstas en la normativa autonómica”.
Evaluaciones: en 4º curso
El
decreto prevé que los alumnos sean evaluados en cuarto curso para
comprobar si han adquirido los conocimientos necesarios. “Solo tendrá
carácter informativo, formativo y orientador” para los centros, los
alumnos y los padres. Se encargarán de hacerla las Comunidades
autónomas, de ahí que haya sido cuestionada su utilidad como una
herramienta que proporcione una información global sobre lo que aprenden
los niños españoles a esta edad, porque cada comunidad hará su propia
prueba.
Informe al final de la etapa
Los alumnos
tendrán un informe sobre su evolución y las competencias desarrolladas,
al final de la etapa " a fin de garantizar una transición con las
mayores garantías a la Educación Secundaria Obligatoria”.
Educación afectivo-sexual
El
decreto prevé que durante esta etapa académica se trabaje en todas las
asignaturas la comprensión lectora, la expresión oral y escrita, la
comunicación audiovisual, la competencia digital, el fomento de la
creatividad, del espíritu científico y del emprendimiento, aunque luego
se haga de manera más específica en algunas asignaturas.
De igual modo, se promueve la educación afectivo-sexual desde los seis años, tal y como prevé la Lomloe, además de la igualdad
de género, la educación para la paz, la educación para el consumo
responsable y el desarrollo sostenible y la educación para la salud.
“se pondrá especial atención a la orientación, la educación emocional y en valores y a la potenciación del aprendizaje significativo que promueva la autonomía y la reflexión”, dice el documento.
La lectura será
otro pilar fundamental en el aprendizaje. Se fomentará el hábito y su
dominio. De hecho, los centros “dedicarán un tiempo diario a la misma”.
También
habrá que dedicar un tiempo del horario lectivo “a la realización de
proyectos significativos para el alumnado y a la resolución colaborativa
de problemas, reforzando la autoestima, la autonomía, la reflexión y la
responsabilidad”.
Otro de los objetivos nuevos introducidos a
conseguir entre los alumnos que estaban recogidos en la ley y ahora
plasma el Real Decreto es que los alumnos conozcan y valoren a los animales y “adopten modos de comportamiento que favorezcan la empatía y su cuidado”. Que los estudiantes reciban esta formación fue una aportación de los partidos nacionalistas y de Más País.
Enseñanzas mínimas: la cesión a las autonomías
El
Estado pierde peso a la hora de determinar el currículo básico en esta
etapa obligatoria. Pasa de fijar el 55% al 50 en las en las que tienen
lengua cooficial. La otra mitad queda en manos de las autonomías y de
los centros. De ahí que haya quien piense que esta normativa ahonda en
la desvertebración del sistema educativo.
Orientación sin estereotipos sexistas
Los alumnos podrán recibir orientación profesional a partir del segundo ciclo de la etapa. Eso sí, se deberá hacer “libre de estereotipos sexistas”.
“Desde la tutoría se coordinará la incorporación de elementos de
orientación académica y profesional que incluyan, al menos, el
progresivo descubrimiento de las profesiones y la generación de
intereses vocacionales”.
Sin repeticiones, pero sí con refuerzo
El
documento hace especial hincapié en establecer planes de refuerzo
específicos para los alumnos que van mal para evitar la repetición, que
será algo excepcional y solo se podrá hacer una vez en la etapa. Además
pone especial énfasis en la atención individualizada de los estudiantes y
en que se dispongan mecanismos de refuerzo con los alumnos tan pronto
se detecten dificultades de aprendizaje.
No obstante, “si el
equipo docente considera que la permanencia un año más en el mismo curso
es la medida más adecuada para favorecer su desarrollo, se organizará un plan específico de refuerzo
para que, durante ese curso, pueda alcanzar el grado de adquisición de
las competencias correspondientes. Esta decisión solo se podrá adoptar
una vez durante la etapa y tendrá, en todo caso, carácter excepcional”,
dice el borrador de Real Decreto.
Por regla general, los alumnos
pasarán de curso y “recibirán los apoyos necesarios para recuperar los
aprendizajes necesarios que no hayan alcanzado el curso anterior” si van
mal en algunas asignaturas.
No obstante, “si en algún caso y tras
haber aplicado las medidas ordinarias suficientes, adecuadas y
personalizadas para atender el desfase curricular o las dificultades de
aprendizaje”.
Religión
Es una asignatura degradada
con la nueva ley, que no cuenta para hacer media ni para conseguir una
beca. Es de elección voluntaria. El Gobierno aún tiene pendiente
elaborar el decreto que desarrolla la asignatura.
Fuente: https://www.larazon.es/educacion/20210809/a33h2jlb6bghbefpytuwovs45q.html