Octubre de 2010.
Estimado Pablo:
Lo primero, me presentaré. Soy Pilar, una niña de 4º ESO del Colegio Madre Asunción que ha oído hablar mucho de su vida, por eso decidí escribirle esta carta, para contarle lo que me han contado sobre usted.
Según me han dicho, nació entre los años 5 y 10 d.c. en Tarso, y su nombre era Saulo. Procedía de una familia judía con cultura helenística y romana. El conocimiento de la cultura helenística le permitió predicar el Evangelio con ejemplos y comparaciones comunes de esta cultura por lo que el mensaje fue recibido en territorio griego claramente y esta característica marca el éxito de sus viajes fundando comunidades cristianas. Es usted considerado el mejor discípulo de Jesús a pesar de que nunca llegó a conocerlo y, después de Jesús, el más importante para el cristianismo. Sin embargo, cuentan que usted fue un activo perseguidor de los cristianos y participó en la ejecución del primer mártir, San Esteban. Pero en el año 36, camino a Damasco tuvo una visión en la que Jesús le preguntó por qué le perseguía, por qué perseguía a los cristianos. A partir de ese momento se convirtió al cristianismo y pidió que le bautizaran. Predicó y luchó mucho por dar a conocer la palabra de Dios desde entonces hasta que murió, de hecho, dando su vida porque los pueblos conociesen la palabra de Dios. En Antioquía surge por primera vez la denominación de cristianos a los discípulos de Jesús gracias a su evangelización, junto con otros profetas. Además escribió trece epístolas llamadas comúnmente “Epístolas paulinas”.
Me parece muy interesante todo lo ocurrido a lo largo de su vida. El cambio que dio tras la aparición de Jesús; pasó de perseguir a los cristianos a defenderlos, hasta el punto de morir por ellos. Hoy es considerado Santo por todos nosotros, por todo lo que hizo. Es de agradecer que diera su vida para que los demás conociesen la palabra de Dios, por eso hoy el cristianismo es una religión tan extendida. Gracias.
Pilar Santos-Olmo.
C. Madre Asunción, 4º ESO.
