Mariantonia
Maestro Lansac escribe siempre junto su nombre. Ha dedicado la mitad de
su vida a impartir la asignatura de Religión en distintos colegios
públicos de Aragón. Ahora culmina un proyecto innovador de docencia
solidaria que desarrolla valores como la caridad y la esperanza, junto a
sus alumnos.
Mariantonia, ¿en qué consiste tu labor y el proyecto que estáis llevando a cabo actualmente?
Soy profesora de Religión hace 31 años y ahora, desde hace seis años, trabajo en el CEIP Puerta de Sancho. En las últimas dos semanas estamos desarrollando nuestra labor en torno a una idea que hemos titulado Carta cariñosa. Está dirigida a personas concretas —con nombres y apellidos, en la mayoría de los casos— que se encuentran en soledad, en residencias geriátricas, enfermas, o que forman parte del personal sanitario o de servicios (limpieza y administración). Lo estamos realizando con los alumnos de quinto y sexto de primaria. Con los niños más pequeños —desde Primero de Educación Infantil hasta Cuarto de E. Primaria— escribimos una Carta cariñosa a alguno de los seres queridos que no hemos podido visitar durante este periodo de confinamiento. Algunos, escriben a sus abuelos; otros, a sus tíos, primos, amigos…
Dentro de la escuela inclusiva desarrollamos el servicio a los demás
¿Cómo surgió la idea?
Personalmente, a mí me gusta trabajar con mis alumnos el aprendizaje-servicio, que consiste en llevar a la práctica todas las enseñanzas que nos ha dejado Jesús. Dentro de la escuela inclusiva —que incluye a todos— desarrollamos el servicio a los demás: empezando por los compañeros y siguiendo por los profesores hasta incluir a todas las personas que participan de nuestra vida diaria. Esta Carta cariñosa tiene su origen en la idea de mantener el contacto con las personas que los niños quieren y aquellas a las que más quieren los niños, pero que están viviendo en distintas localidades y no pueden verlas en estos momentos. El proyecto de los cursos superiores es distinto: en Navidad, acudimos todos los años a una residencia de mayores, cantamos villancicos y representamos una obra de teatro. La verdad es que les cogen mucho cariño, y esta carta les ha transmitido mucha alegría viniendo de los niños de quinto y sexto de primaria.
¿Cómo explicarías el proceso de elaboración que habéis realizado?
Primero, expuse la idea en todos los blogs y plataformas educativos que utilizamos desde las últimas tecnologías para las tareas de cada semana. Cada uno, lo ve en su casa. El problema es que algunos sufren de la “brecha digital” que supone la escasez de medios y mi equipo directivo les ha hecho llegar a sus casas la tarea en papel para que pudieran acceder todos a ella. Le estoy enormemente agradecida. Hasta Cuarto de Primaria, los niños han enviado personalmente junto a sus padres cada una de las misivas por correo. Luego, me van contando las respuestas, que son maravillosas. Los mayores, de Quinto y Sexto de Primaria, han escrito la carta y me la han enviado a mi correo corporativo del centro, que utilizamos cada uno de los profesores. Finalmente, yo envío todas las cartas con muchas fotos al gerente de la residencia geriátrica y a la administración del hospital. Y esperamos sus agradecimientos, que siempre son muchísimos.
El escribir a mayores hace que los niños y ellos se sientan muy contentos
Tras este acto de servicio, ¿en qué estás pensando para continuar con la labor solidaria?
Ahora mismo, estamos terminando este proyecto. Esta semana que viene, vamos a comenzar el proyecto llamado del Pan bendito. Durante estos días, se celebran muchas fiestas de santos en los distintos pueblos de Aragón. Claro, ahora lo harán de una manera diferente. En concreto, mi pueblo (La Almolda, Los Monegros) celebra Santa Quiteria y San Úrbez durante los días 22 y 23 de mayo. Siempre se ha bendecido un pan tipo bizcocho para todas las casas del pueblo. Y así en muchos municipios. Nosotros, este año, vamos a elaborar —cada alumno, con su familia, en sus casas— una especie de bizcocho para compartir que nos va a bendecir a todos don Javier Pérez Más, porque ha sido muchos años nuestro párroco en La Almozara (Parroquia Virgen del Rosario) y ahora es el vicario de la Zona Oeste, a la cual pertenece nuestro colegio. Además de ser el sacerdote y vicario, es una persona queridísima por todo el barrio, por creyentes y no creyentes. Esta idea se irá desarrollando durante la semana que viene.
¿Qué valores crees que encierran actividades como éstas?
El escribir a mayores hace que los niños y ellos se sientan muy contentos: el valor de la alegría, que me parece fundamental; el de la solidaridad, de quererlos; de sentirse igual que ellos; el compartir el pan, elaborando el “pan bendito” con la familia, porque todos ayudan a hacerlo… Los valores que encierra son los valores cristianos que Jesús nos ha enseñado. Son valores humanos, sí, pero que proceden de la enseñanza de Jesús. Merece la pena seguir llevando a cabo esta labor desde la asignatura de Religión Católica en los centros, atendiendo también a las personas que no son religiosas, para lograr un encuentro real y establecer puentes sólidos entre todos.
Para terminar, ¿cómo animarías a otros a compartir ideas de este tipo, que incluyen el aprendizaje-servicio?
Lo haría con mucho entusiasmo, diciéndoles que supone una alegría muy grande el hacer prácticas en nuestro tiempo todas las enseñanzas de Jesús. ¡Que Jesús vive ahora, entre nosotros! Y creo que esto forma parte de una vocación que me siento dichosa de seguir.
(Iglesia en Aragón)
Fuente: https://www.agenciasic.es/2020/05/15/un-proyecto-innovador-de-docencia-solidaria/
Mariantonia, ¿en qué consiste tu labor y el proyecto que estáis llevando a cabo actualmente?
Soy profesora de Religión hace 31 años y ahora, desde hace seis años, trabajo en el CEIP Puerta de Sancho. En las últimas dos semanas estamos desarrollando nuestra labor en torno a una idea que hemos titulado Carta cariñosa. Está dirigida a personas concretas —con nombres y apellidos, en la mayoría de los casos— que se encuentran en soledad, en residencias geriátricas, enfermas, o que forman parte del personal sanitario o de servicios (limpieza y administración). Lo estamos realizando con los alumnos de quinto y sexto de primaria. Con los niños más pequeños —desde Primero de Educación Infantil hasta Cuarto de E. Primaria— escribimos una Carta cariñosa a alguno de los seres queridos que no hemos podido visitar durante este periodo de confinamiento. Algunos, escriben a sus abuelos; otros, a sus tíos, primos, amigos…
Dentro de la escuela inclusiva desarrollamos el servicio a los demás
¿Cómo surgió la idea?
Personalmente, a mí me gusta trabajar con mis alumnos el aprendizaje-servicio, que consiste en llevar a la práctica todas las enseñanzas que nos ha dejado Jesús. Dentro de la escuela inclusiva —que incluye a todos— desarrollamos el servicio a los demás: empezando por los compañeros y siguiendo por los profesores hasta incluir a todas las personas que participan de nuestra vida diaria. Esta Carta cariñosa tiene su origen en la idea de mantener el contacto con las personas que los niños quieren y aquellas a las que más quieren los niños, pero que están viviendo en distintas localidades y no pueden verlas en estos momentos. El proyecto de los cursos superiores es distinto: en Navidad, acudimos todos los años a una residencia de mayores, cantamos villancicos y representamos una obra de teatro. La verdad es que les cogen mucho cariño, y esta carta les ha transmitido mucha alegría viniendo de los niños de quinto y sexto de primaria.
¿Cómo explicarías el proceso de elaboración que habéis realizado?
Primero, expuse la idea en todos los blogs y plataformas educativos que utilizamos desde las últimas tecnologías para las tareas de cada semana. Cada uno, lo ve en su casa. El problema es que algunos sufren de la “brecha digital” que supone la escasez de medios y mi equipo directivo les ha hecho llegar a sus casas la tarea en papel para que pudieran acceder todos a ella. Le estoy enormemente agradecida. Hasta Cuarto de Primaria, los niños han enviado personalmente junto a sus padres cada una de las misivas por correo. Luego, me van contando las respuestas, que son maravillosas. Los mayores, de Quinto y Sexto de Primaria, han escrito la carta y me la han enviado a mi correo corporativo del centro, que utilizamos cada uno de los profesores. Finalmente, yo envío todas las cartas con muchas fotos al gerente de la residencia geriátrica y a la administración del hospital. Y esperamos sus agradecimientos, que siempre son muchísimos.
El escribir a mayores hace que los niños y ellos se sientan muy contentos
Tras este acto de servicio, ¿en qué estás pensando para continuar con la labor solidaria?
Ahora mismo, estamos terminando este proyecto. Esta semana que viene, vamos a comenzar el proyecto llamado del Pan bendito. Durante estos días, se celebran muchas fiestas de santos en los distintos pueblos de Aragón. Claro, ahora lo harán de una manera diferente. En concreto, mi pueblo (La Almolda, Los Monegros) celebra Santa Quiteria y San Úrbez durante los días 22 y 23 de mayo. Siempre se ha bendecido un pan tipo bizcocho para todas las casas del pueblo. Y así en muchos municipios. Nosotros, este año, vamos a elaborar —cada alumno, con su familia, en sus casas— una especie de bizcocho para compartir que nos va a bendecir a todos don Javier Pérez Más, porque ha sido muchos años nuestro párroco en La Almozara (Parroquia Virgen del Rosario) y ahora es el vicario de la Zona Oeste, a la cual pertenece nuestro colegio. Además de ser el sacerdote y vicario, es una persona queridísima por todo el barrio, por creyentes y no creyentes. Esta idea se irá desarrollando durante la semana que viene.
¿Qué valores crees que encierran actividades como éstas?
El escribir a mayores hace que los niños y ellos se sientan muy contentos: el valor de la alegría, que me parece fundamental; el de la solidaridad, de quererlos; de sentirse igual que ellos; el compartir el pan, elaborando el “pan bendito” con la familia, porque todos ayudan a hacerlo… Los valores que encierra son los valores cristianos que Jesús nos ha enseñado. Son valores humanos, sí, pero que proceden de la enseñanza de Jesús. Merece la pena seguir llevando a cabo esta labor desde la asignatura de Religión Católica en los centros, atendiendo también a las personas que no son religiosas, para lograr un encuentro real y establecer puentes sólidos entre todos.
Para terminar, ¿cómo animarías a otros a compartir ideas de este tipo, que incluyen el aprendizaje-servicio?
Lo haría con mucho entusiasmo, diciéndoles que supone una alegría muy grande el hacer prácticas en nuestro tiempo todas las enseñanzas de Jesús. ¡Que Jesús vive ahora, entre nosotros! Y creo que esto forma parte de una vocación que me siento dichosa de seguir.
(Iglesia en Aragón)
Fuente: https://www.agenciasic.es/2020/05/15/un-proyecto-innovador-de-docencia-solidaria/
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