Película: !Qué verde era mi valle!
El sindicato es una asociación de trabajadores asalariados para representarles, defender sus derechos y ayudarse mutuamente.
El derecho de asociación sindical fue reconocido por el magisterio de la Iglesia ya en la primera encíclica social en 1891 (León XIII, Rerum novarum 34).
Pio XII vio con claridad que en el sistema capitalista, caracterizado por la separación del capital y del trabajo, los sindicatos son una exigencia estructural, porque “los trabajadores, así como los restantes grupos populares, antes que con la ayuda de otros, deben contar con sus propios esfuerzos” (Eccovi ancora, 29-06-1948).
Juan Pablo II precisan que los esfuerzos de los sindicatos deben entenderse como una lucha a favor de la justicia social, más que como una lucha contra otros (Laborem exercens 20c).
En numerosas ocasiones no se respetan los derechos fundamentales de la persona en el ámbito laboral. Ante esta situación de injusticia, los trabajadores deben buscar los medios necesarios para lograr el respeto de los derechos y condiciones que garantizan un trabajo digno. Uno de estos medios es la huelga, que como reconoce el Catecismo de la Iglesia, es legítima cuando se presenta como un medio inevitable o proporcionado y se ejerce de manera pacífica buscando el bien común.
En las relaciones laborales debe darse prioridad siempre al diálogo y recurrir a la huelga solo como medida extrema, según dijo el Concilio Vaticano II (Gadium et spes, nº 68).
En el Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia nº 305 se nos indica cual es el cometido específico de los sindicatos.
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Fuente: Canal religión y cine
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